Sanidad y las comunidades estudian dar un vuelco a la estrategia de vacunación y retrasar la segunda dosis de Pfizer y Moderna
La medida, pensada para inmunizar al menos parcialmente a más personas con la misma cantidad de viales, contempla aplazar hasta a ocho semanas el segundo pinchazo a los menores de 80
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas estudian dar un giro a la estrategia de vacunación y retrasar la administración de la segunda dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna, que hasta ahora se inyectaban a los 21 y 28 días de la primera, respectivamente. Algunas autonomías, como Cataluña, Madrid y Andalucía, ya habían reclamado posponer el segundo pinchazo y Sanidad ha propuesto ahora debatir, previsiblemente este martes ...
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas estudian dar un giro a la estrategia de vacunación y retrasar la administración de la segunda dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna, que hasta ahora se inyectaban a los 21 y 28 días de la primera, respectivamente. Algunas autonomías, como Cataluña, Madrid y Andalucía, ya habían reclamado posponer el segundo pinchazo y Sanidad ha propuesto ahora debatir, previsiblemente este martes en la Comisión de Salud Pública, la posibilidad de administrar la segunda dosis hasta ocho semanas después de la primera en las personas menores de 80 años. Los mayores de esta edad —el 98% ha recibido ya una dosis y el 58% tiene la pauta completa— recibirán el segundo pinchazo en el plazo ordinario.
Las tres vacunas que actualmente se están administrando —las de Pfizer, Moderna y AstraZeneca— requieren dos dosis para alcanzar la inmunización completa, aunque con el primer pinchazo el nivel de eficacia ya es elevado: un estudio del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos reveló que la eficacia con una dosis de las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) es del 80% (y del 76% en la de AstraZeneca). Los continuos tropiezos y parones en la vacunación por retrasos en el suministro o investigaciones de efectos secundarios ha alentado a algunas autonomías —Madrid y Cataluña pedían ampliar de 21 a 42 días el segundo pinchazo— a reclamar que se pospongan las segundas dosis para agilizar la vacunación y que un mayor número de personas reciba la primera y alcance, cuanto antes, algún grado de protección. “Espaciar la vacunación permite ganar tiempo para inmunizar a más gente”, justificaba la semana pasada la consejera catalana de Salud, Alba Vergés.
De aprobarse, la propuesta daría un vuelco a la estrategia de vacunación, en la línea de la decisión adoptada desde el primer momento, por ejemplo, por el Reino Unido con la vacuna de AstraZeneca (la segunda dosis es a las 12 semanas). Sobre la mesa siempre ha estado el debate entre cumplir la ficha técnica e inocular las dos dosis para conferir la mayor protección posible a los más vulnerables o avanzar un solo pinchazo al mayor número de personas para que haya un colchón más amplio de protección, aunque de forma individual, esa defensa no sea total. Francia e Italia, por ejemplo, también han dado luz verde a ampliar el plazo de administración de la segunda dosis a los 42 días de la primera.
La propuesta a debate, avanzada por la Cadena SER, se discutirá previsiblemente este martes en la Comisión de Salud Pública, donde está representado el ministerio y los responsables autonómicos de la cartera de salud pública. La propuesta inicial trasladada a las autonomías, que contempla dejar la separación entre dosis tal y como está o rebajarla a seis u ocho semanas en menores de 79 y menores de 69, tendrá que ser avalada también por el Consejo Interterritorial de Salud, donde participan la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y los consejeros autonómicos de sanidad. Sanidad no ha concretado cuál es su posición oficial en este sentido. “Hay un debate y documentos que son borradores. No es bueno discutir borradores porque mediatizamos la posición de los técnicos. Hay una ponencia de alertas con técnicos de gran nivel que están debatiendo sobre la posibilidad, el interés y utilidad de espaciar las dosis. Y luego hay una comisión de salud pública que tiene que aprobar lo que la ponencia de técnicos decidan. No hay que mediatizar dando por hecho lo que dicen borradores”, ha puntualizado este lunes el director del Centro de Alertas y Emergencias, Fernando Simón.
“Hasta 42 días se puede retrasar la segunda dosis. Posibilidad de retraso hay. Una primera dosis ofrece una protección más que suficiente, sobre todo para las formas graves, contra la que estarían claramente protegidos”, sostiene Amós García, presidente de la Asociación Española de Vacunología. El experto considera que la medida “puede ser una buena estrategia dentro de un contexto de déficit de vacunas”, pero matiza: “No es lo ideal. Lo ideal es cumplir la ficha técnica. Y parece que ahora llegará una cantidad de vacunas de Pfizer bastante potente y esto también lo tendrán que tener en cuenta y evaluar antes de decidir”.
Para Daniel López-Acuña, exdirector de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), retrasar el segundo pinchazo ocho semanas es, a su juicio, “inadecuado”: “Retrasarlo a 42 días [seis semanas], que es algo que contempla la ficha técnica, es una cosa: es una ventana de eficacia basada en los ensayos, que es lo que nos tiene que guiar. Pero retrasar a ocho semanas es otra cosa distinta, es enmendar las restricciones de la ficha técnica del medicamento sin una evidencia sólida. Querer hacer crecer rápidamente el número de personas vacunadas posponiendo las dosis no es adecuado”. Según Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología, la medida no impactaría en la protección. “Más allá de los 42 días no se ha demostrado, no hay evidencias claras, pero no tiene por qué no funcionar. Hay estudios donde los anticuerpos después de la primera dosis aguantan, al menos, tres meses. No hay ningún dato que sugiera que baje la protección”, señala López Hoyos.
Sanidad también está pendiente de decidir qué hacer con las personas menores de 60 años que recibieron ya la primera dosis del fármaco de AstraZeneca. Tras confirmarse la asociación poco frecuente de la vacuna con coágulos sanguíneos, Sanidad y las comunidades acordaron limitar la inmunización con este preparado solo las personas de entre 60 y 69 años. Pero falta por aclarar qué pasa con los menores de esa edad que no han completado la pauta vacunal. Las opciones que se estudian son recibir una segunda dosis de otra vacuna, como han decidido países como Alemania o Francia; no inyectar segunda dosis, ya que el efecto protector de la primera es ya elevado, o poner el segundo pinchazo de AstraZeneca.
Combinación de vacunas
En este sentido, el Instituto Carlos III (ISCIII) ha lanzado el estudio CombiVacs, que evaluará la posibilidad de administrar una dosis de la vacuna contra la covid de Pfizer o Moderna en personas que han recibido previamente solo una dosis de AstraZeneca. El ensayo reclutará a 600 personas menores de 60 años a las que se les ha administrado un pinchazo con el fármaco anglosueco y el plan es ver si esa segunda inyección aumenta el nivel de anticuerpos: a 400 se les inyectará una segunda dosis de Pfizer inmediatamente y las otras 200 serán el grupo control, a los que se les propondrá recibir la vacuna 28 días después si los resultados en el grupo de intervención fuesen favorables. “Esto nos permitirá conocer la duración del efecto, cuál es impacto que tiene en la respuesta el retraso de un mes y cuál es la magnitud de la intensificación de la respuesta inmunitaria humoral después de una segunda dosis”, ha indicado este lunes José Antonio Frías, coordinador de la red de investigación clínica del ISCIII.
El reclutamiento de los participantes empezará la semana que viene. “Lo primero es identificar que esta alternativa lo podemos ofrecer y la segunda corresponde a las autoridades de salud pública incorporarla en la estrategia de vacunación”, ha explicado Raquel Yotti, directora del Instituto Carlos III.
Con información de Silvia Ayuso y Daniel Verdú.