La vacuna de AstraZeneca solo se administrará a personas entre 18 y 55 años

España se alinea con los países europeos más conservadores. El lote que llega este fin de semana irá para sanitarios de segunda línea

Un hombre recibe la vacuna de AstraZeneca, el 11 de enero en Stevenage, en Inglaterra (Reino Unido).DPA vía Europa Press (Europa Press)

Las vacunas de AstraZeneca solo se pincharán en España a menores de 55 años. Así lo ha decidido este viernes la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud, formada por técnicos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, que han necesitado tres reuniones para llegar a esta conclusión, según ha confirmado Sanidad en un comunicado. Con esta resolución habrá que añadir nuevos grupos prioritarios al plan de vacunación, que preveía...

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Las vacunas de AstraZeneca solo se pincharán en España a menores de 55 años. Así lo ha decidido este viernes la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud, formada por técnicos del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, que han necesitado tres reuniones para llegar a esta conclusión, según ha confirmado Sanidad en un comunicado. Con esta resolución habrá que añadir nuevos grupos prioritarios al plan de vacunación, que preveía que, tras los de la primera fase (residencias, sanitarios y grandes dependientes) el próximo fuera el de mayores de 80 años. Es algo que se debatirá la semana que viene. Antes de eso, este fin de semana, el ministerio ha anunciado que llegará un lote del fármaco de AstraZeneca, sin confirmar el número de dosis. Estas irán a los sanitarios que no están en primera línea, a los que algunas comunidades ya estaban vacunando.

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En la reunión de este viernes han votado a favor de establecer el límite en 55 años 11 comunidades, se ha abstenido Cantabria y cinco han votado en contra: Cataluña, Andalucía, Madrid, Aragón y Castilla y León, según fuentes presentes en la reunión. La decisión llega después de que al menos ocho países europeos hayan decidido que solo darían la vacuna a menores de 65 años, a pesar de que la Agencia Europea del Medicamento la autorizó para cualquier persona mayor de 18. Entre ellos hay algunos, como Alemania, que pone la barrera en 65 y otros, como Italia o Bélgica, que la bajan a 55, como hará España. El motivo es que en los ensayos clínicos no había suficiente muestra de personas mayores de 65 como para demostrar su efectividad y el grueso de los participantes tenían menos de 55. A pesar de ello, el Reino Unido sí está vacunando con este medicamento, ya que sí mostró que la respuesta inmunitaria en los sujetos vacunados mayores de esta edad era buena.

Los que han defendido establecer el límite en 55 años, la postura que finalmente se ha impuesto, han argumentado que es el grupo para el que realmente ha mostrado eficacia. Amós García Rojas, presidente de la Sociedad Española de Vacunología, explica que si finalmente en los países en los que están vacunando a mayores de esta edad se muestra que también es efectivo, será muy fácil revertir la decisión e incluirlos. “Pero si vemos que no lo es, tendríamos que empezar de nuevo el proceso. No parece lo más razonable en un contexto de pandemia. La prudencia es el camino que debemos seguir”, asegura.

Como la suya, otras sociedades médicas de España ya se habían mostrado de acuerdo con no inocular esta vacuna en grupos en los que no se ha demostrado eficacia. La decisión de fijar el margen en 55 es “correcta con la evidencia actual”, en opinión de Rafael M. Ortí Lucas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), ya que reserva las vacunas “con más eficacia para los mayores de 55, que tienen mayor mortalidad”. En esta misma línea se han manifestado portavoces de la sociedad de Epidemiología, de Salud Pública y de Gerontología.

Entre las comunidades que han votado en contra, aseguran las mismas fuentes, había sobre todo motivos logísticos: cuanto más restrictivo sea el límite de edad, menos margen hay combinar las vacunas disponibles con los distintos grupos y más se dificulta el rápido avance de la inmunización. La opción más conservadora se ha impuesto.

El comité ya había anticipado el pasado miércoles que la solución de AstraZeneca no se administraría a mayores de 80 años. La ampliación a los de 55, dejando fuera a 15 millones de españoles que superan esa edad. Para todos ellos irán las de Moderna y Pfizer, con las que ya se han pinchado 1,9 millones de dosis, de las cuales más de 600.000 han completado la pauta de dos inyecciones, según el último informe del Ministerio de Sanidad.

La decisión, estrictamente, no supone un retraso en la vacunación de esta población, ya que la mayoría todavía no tenía asignado un turno en el plan de vacunación. Pero sí hará el proceso más largo que si se usasen los 1,8 millones de dosis de AstraZeneca que van a llegar en febrero. Esas dosis se administrarán a otras tantas personas, ya que el Comité también ha decidido que entre los dos pinchazos de este fármaco se dejará un espacio de entre 10 y 12 semanas. Según ha dicho en sus comparecencias de esta semana Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, a pesar de no usar las de AstraZeneca en ancianos, con las que hay previstas que lleguen se podrá cumplir el objetivo compartido de toda la Unión Europea de vacunar al 80% de los mayores de 80 años en marzo. Este es el grupo etario más vulnerable: seis de cada 10 muertes en la segunda ola.

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