El Reino Unido solo compartirá dosis con la UE si no afecta a su plan de vacunación
El Gobierno de Boris Johnson está convencido de que el suministro de la planta belga de Pfizer está garantizado
Guante de seda con firmeza de hierro. El Gobierno de Boris Johnson ha dado a sus ministros la consigna de no entrar en un cuerpo a cuerpo con Bruselas ni alimentar un discurso nacionalista y euroescéptico, pero a la vez enviar un mensaje contundente respecto a la seguridad de sus suministros de vacunas. Downing Street está dispuesto a ayudar a sus “amigos europeos”, pero solo cuando den por cumplido su propio plan de vacunación a la población adu...
Guante de seda con firmeza de hierro. El Gobierno de Boris Johnson ha dado a sus ministros la consigna de no entrar en un cuerpo a cuerpo con Bruselas ni alimentar un discurso nacionalista y euroescéptico, pero a la vez enviar un mensaje contundente respecto a la seguridad de sus suministros de vacunas. Downing Street está dispuesto a ayudar a sus “amigos europeos”, pero solo cuando den por cumplido su propio plan de vacunación a la población adulta británica. “Tenemos el objetivo de vacunar a los más vulnerables a finales de febrero [15 millones de personas]. Todavía es muy pronto para decir cuándo podremos distribuir la vacuna, pero queremos ayudar a nuestros amigos y vecinos, y queremos ayudar a los países en vías de desarrollo”, ha dicho este domingo la ministra británica de Comercio Internacional, Lizz Truss, a Sky News.
El Reino Unido ha establecido un calendario de vacunación con nueve grupos de edad y riesgo diferenciados. Si se cumplen sus previsiones, no sería hasta septiembre cuando toda la población mayor de 50 años estaría inmunizada. El Gobierno ha dado a entender que solo cuando se cumpla este objetivo estaría dispuesto a compartir los excedentes. Downing Street entiende que la lucha contra el virus solo será eficaz con una estrategia global, y que carece de sentido que el Reino Unido “se convierta en una isla vacunada mientras otros muchos países no la tengan”, ha dicho Truss. Pero Johnson disfruta, por primera vez en muchos meses, de un cierto éxito político. Más de ocho millones de personas han recibido ya la primera dosis. El Gobierno cuenta con el apoyo general de la opinión pública y de la oposición laborista en su propósito de asegurar que los objetivos se alcancen.
La amenaza de la Comisión Europea de activar incluso un mecanismo de seguridad incluido en el Protocolo de Irlanda del Norte (parte clave en el Acuerdo de Retirada firmado entre Londres y Bruselas), que luego retiró, ha desatado una crítica unánime entre los británicos. “Un movimiento absurdo” y “algo inaceptable”, ha descrito la medida el ex primer ministro, Tony Blair.
El primer ministro británico ha logrado además, por el momento, espantar la amenaza de un posible bloqueo por parte de la UE de las vacunas producidas por Pfizer en su planta belga. El Reino Unido fue el primer país europeo en autorizar su uso y en comenzar a distribuirla. A pesar de que ya hace tres semanas que ha incorporado la vacuna de AstraZeneca a su campaña, el Gobierno debe asegurarse de que dispondrá del suministro necesario para ofrecer una segunda dosis a todas las personas mayores que fueron inyectadas con el producto de Pfizer. “No habrá ninguna interrupción en los contratos firmados con los fabricantes localizados en la Unión Europea. Ese es un principio básico”, aseguró la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, después de una conversación telefónica en la noche del viernes con Johnson que, según fuentes conocedoras del intercambio, tuvo un tono especialmente tenso.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Buscador de restricciones: ¿Qué puedo hacer en mi municipio?
- Así evoluciona la curva del coronavirus en el mundo