Bruselas adquiere 20 millones de test de antígenos para repartir entre los países de la UE
La Comisión Europea recomienda que se expanda el uso de las pruebas rápidas en paralelo a la distribución de las vacunas
La Comisión Europea ha anunciado este viernes la adquisición de 20 millones de test de antígenos para ponerlos a disposición de los 27 países de la Unión Europea. La compra redobla la estrategia de Bruselas a favor de las pruebas rápidas para detectar la infección de covid-19, como vía complementaria a las pruebas PCR, consideradas más fiables pero también más caras y lentas en ofrecer el resultado. El ejecutivo comunitario ha aprobado también este viernes un proyecto de recomendación para expandir el uso de los test rápidos y facilitar el reconocimiento mutuo de los resultados de las pruebas ...
La Comisión Europea ha anunciado este viernes la adquisición de 20 millones de test de antígenos para ponerlos a disposición de los 27 países de la Unión Europea. La compra redobla la estrategia de Bruselas a favor de las pruebas rápidas para detectar la infección de covid-19, como vía complementaria a las pruebas PCR, consideradas más fiables pero también más caras y lentas en ofrecer el resultado. El ejecutivo comunitario ha aprobado también este viernes un proyecto de recomendación para expandir el uso de los test rápidos y facilitar el reconocimiento mutuo de los resultados de las pruebas de un país a otro de la Unión.
“Necesitamos aumentar nuestra capacidad de realizar test en paralelo para mantener el virus bajo control”, ha señalado la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides. “Para ayudar en este esfuerzo, hoy hemos firmado un contrato para apoyar a los Estados miembros con 20 millones de test rápidos”.
Bruselas ha suscrito el contrato con las compañías Abbott y Roche, por un valor total de hasta 100 millones de euros con cargo al presupuesto comunitario. Los test estarán disponibles a principios de 2021 y Bruselas espera que se utilicen para realizar pruebas, por ejemplo, a personas con síntomas de padecer covid-19 o a aquellas que hayan estado con casos confirmados de contagio.
El proyecto de recomendación, que necesita el visto bueno de los Estados miembros para entrar en vigor, prevé que los test de antígenos sean realizados por personal sanitario cualificado o por otros operadores del sector que reciban la formación adecuada, una definición que incluye al personal farmacéutico.
La comisaria Kyriakides considera que la realización de pruebas seguirá siendo un arma esencial para frenar la pandemia durante meses, incluso cuando empiece el despliegue de las vacunas, previsto a partir del 27 de diciembre. “Los test de antígenos ofrecen rapidez, fiabilidad y rápidos resultados para aislar a los casos de covid”, señala Kyriakides.
Bruselas reclama a los Estados que mantengan y compartan con la Comisión una base de datos sobre los tipos de test de antígenos que consideran apropiados y que se actualice la lista periódicamente. Los Estados, según la recomendación, deberían acordar también la selección de test cuyos resultados serán reconocidos mutuamente.
La Comisión recomienda que las pruebas rápidas se utilicen durante los cinco primeros días en que una persona presenta síntomas de la enfermedad, dado que en ese momento la carga viral está en su punto más alto. El mismo test debe usarse, según Bruselas, cuando ingrese en un centro hospitalario un paciente que presente síntomas compatibles con la enfermedad. O a los residentes en centros de atención que se encuentren en esa situación.
En el caso de personas asintomáticas que han estado en contacto con alguna persona contagiada, la Comisión recomienda que el test de antígeno se utilice durante los siete días posteriores al potencial contagio.
En las zonas de alto riesgo o en recintos cerrados, como hospitales, residencias de ancianos, centros escolares, prisiones o instalaciones para refugiados o personas sin hogar, la realización de pruebas rápidas debe realizarse, según la Comisión, cada dos o cuatro días. Y los resultados positivos en la prueba de antígenos deben ser sometidos a una prueba PCR para confirmar el posible contagio.
La realización masiva de test rápidos también puede ser recomendable en las zonas donde se detecte una proporción de casos positivos alta o muy alta (más del 10%, según la CE), aunque en este caso se requeriría, según Bruselas, un sistema de evaluación adecuado para medir el impacto y la repetición periódica de las pruebas.
La Comisión ya aprobó a mediados de noviembre un presupuesto de 35 millones de euros para ayudar a los Estados miembros a aumentar su capacidad de testeo y para ofrecer formación al personal necesario. España figura entre los socios que se han sumado a ese programa, cuyos fondos se canalizarán en colaboración la Cruz Roja.
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