Bolsonaro cede ante los gobernadores e incluye la vacuna china en su plan de vacunación
El presidente de Brasil afirma que, junto a los gobernadores, busca una solución a la pandemia
El ministro de Salud de Brasil, Eduardo Pazuello, estima que la campaña de vacunación contra la covid-19 en el país podrá comenzar apenas a mediados de febrero, si los laboratorios solicitan el registro a la Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria local), en lo que resta de diciembre.
“Posiblemente a mediados de febrero, comienzos de marzo, estaremos con las vacunas recibidas y registradas para iniciar el plan”, afirmó, durante la ceremoni...
El ministro de Salud de Brasil, Eduardo Pazuello, estima que la campaña de vacunación contra la covid-19 en el país podrá comenzar apenas a mediados de febrero, si los laboratorios solicitan el registro a la Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria local), en lo que resta de diciembre.
“Posiblemente a mediados de febrero, comienzos de marzo, estaremos con las vacunas recibidas y registradas para iniciar el plan”, afirmó, durante la ceremonia de presentación del Plan Nacional de Inmunización. Sin embargo, la fecha definitiva se establecerá solo cuando haya autorización de la agencia para alguna vacuna y la previsión del Gobierno es que en 16 meses se pueda vacunar a toda la población.
En una entrevista con el periodista José Luiz Datena, Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, declaró que no se vacunaría contra la covid-19 y reveló que había pedido al Ministerio de Salud que explicara el peligro de las vacunas. Sin embargo, el documento presentado por el ministerio va en contra de lo que pidió el mandatario e informó de una campaña de comunicación en dos etapas para dar a la población la certeza de la eficacia de las vacunas. Bolsonaro comenzó a cambiar el tono de su discurso durante la presentación del plan nacional. “Si alguno de nosotros exageró, fue en el afán de encontrar una solución”, dijo.
Bolsonaro defendió la unión, después de meses de críticas a los alcaldes y gobernadores que adoptaron medidas restrictivas para reducir el contagio. El presidente, que mantuvo una postura errática y negativa, ahora afirma que todos los gobernantes están buscando “una alternativa concreta para deshacerse de este mal”.
El instituto Butantan ― vinculado al Gobierno de São Paulo y que tiene un acuerdo para producir la vacuna del laboratorio chino Sinovac en Brasil― señaló que deberá pedir el registro definitivo el día 23 de diciembre. Después de la presión de los gobernadores, el Ministerio de Salud incluyó el inmunizador ―que está en el centro de la disputa política entre el presidente Jair Bolsonaro y el gobernador de São Paulo, João Doria― en la planificación. Por el momento, el plan presentado por el Gobierno trae detalles de la logística apenas para el uso de la vacuna de Pfizer, que prevé la vacunación del 11% de los profesionales de la salud en capitales y ciudades metropolitanas en una primera fase. El Gobierno ha informado que ya hay acuerdos para adquirir 350 millones de dosis con diferentes laboratorios, pero el cronograma del plan aún es vago.
Objeto de críticas por parte del propio personal técnico que participó en su discusión, el plan incluye demandas del equipo técnico como la inclusión de la vacuna del laboratorio chino Sinovac y la adición de los quilombolas (familias descendientes de esclavos rebeldes), personas privadas de la libertad y ribereños a los grupos prioritarios, pero aún deja varias cuestiones inconclusas. Aún no está claro cuándo se incluirán estos grupos en la campaña o el tamaño de su población. Tampoco hay muchos detalles sobre la puesta en marcha de la logística de las 15 vacunas citadas como posibles para ser adquirida por Brasil, nueve de ellas del consorcio mundial Covax Facility. A excepción de Pfizer, el ministerio dice en el documento oficial que el calendario de las vacunas depende de la “respuesta de las empresas sobre la cantidad de dosis disponibles y el calendario de entrega”.
Las autoridades sanitarias tienen prevista la entrega de dos millones de dosis de Pfizer para marzo y propone concentrarlas en las capitales y regiones metropolitanas, ya que el inmunizador necesita de ultra congeladores para ser almacenado a temperatura de 70 grados bajo cero. Se espera que con esta cantidad se vacunen a 626.000 profesionales de la salud que han trabajado en la primera línea de la pandemia, el 11% del total de trabajadores previstos en el primer grupo prioritario. “El excedente se indica a otros profesionales de la salud. El Gobierno sigue estimando el 10% de las dosis para posibles problemas de pérdida por las características de la vacuna”, señala el documento. Sin embargo, el Gobierno no establece los equipos que deben ser comprados para esta estrategia, mientras que indica que la temperatura más baja soportada por la cadena de frío del SUS es de menos de 30 grados.
El plan tampoco menciona directamente un acuerdo con Moderna, otra prometedora vacuna que está a punto de obtener autorización en los organismos internacionales. La vacuna pertenece al consorcio Covax, pero documentos internos de la OMS señalan un riesgo “muy alto” de fracaso, lo que podría dejar a naciones de miles de millones de personas sin acceso a las vacunas hasta finales de 2024, según informa Reuters. El Ministerio de Salud indica que hay una “garantía” de unos 350 millones de dosis de los acuerdos de Covax, Pfizer y AstraZeneca. La vacuna de Oxford y AstraZeneca concentra la mayoría de las dosis previstas y tiene un acuerdo de transferencia de tecnología con Fiocruz, que ya ha anunciado que solicitará el registro definitivo ―no de emergencia―, sin especificar fechas para ello. El programa prevé la producción de 30 millones de dosis para febrero.
Los investigadores han señalado el temor ante la falta de predicción asertiva sobre las entregas de las diferentes vacunas, pero consideran positiva la intención de adquirir todas las vacunas autorizadas por Anvisa. El propio plan del Gobierno indica que el 70% o más de la población necesitaría ser vacunada para contener el coronavirus. Y el Ministerio de Salud dice que tiene la intención de comprar vacunas para toda la población. Una medida provisoria que se anunciará en los próximos días debería prever 20.000 millones de reales (3,9 millones de dólares) para la adquisición de inmunizantes. Pero como el país se ha retrasado en las negociaciones, es dudoso que haya una cantidad significativa de agente inmunizador disponible en el país. El ministro Pazuello dice que, por el momento, no hay una gran cantidad de dosis producidas en el territorio nacional para iniciar una campaña de vacunación. “Necesitamos producir más y tener la capacidad de controlar la ansiedad y la angustia. Los próximos 45 días serán clave para completar los procesos”, añadió.
Pazuello aseguró que el país comprará “todas las vacunas registradas y producidas que sean seguras”. “No se permitirá el uso de la vacuna que no tenga el registro y la aprobación de Anvisa”, resaltó. Además, las vacunas que obtengan una autorización de emergencia deben limitarse a grupos específicos y utilizarse en voluntarios, con un formulario de consentimiento firmado. “Si un laboratorio solicita una autorización de emergencia y Anvisa la aprueba, para ese grupo específico, las personas que participan firmarán un formulario de consentimiento. Solo en estos casos. En los otros, nada”, declaró.
La exigencia de un formulario de consentimiento fue defendida por el presidente Jair Bolsonaro esta semana, pero el presidente de la Cámara de Representantes, Rodrigo Maia, ya ha anunciado que la medida provisoria, que prevé 20.000 millones de reales para la compra de medicamentos, se votará este jueves, sin incluir el formulario.
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