Madrid limitará la vida social ante la alerta de las autonomías vecinas
Castilla y León y Castilla-La Mancha reclamaban restricciones “coordinadas” por el temor a la exportación de casos desde la capital, como sucedió en la primera ola
Mientras los gobernantes de la Comunidad de Madrid señalaban al aeropuerto de Barajas —donde han entrado oficialmente 364 casos de coronavirus desde que se abrieron las fronteras hace dos meses—, los dirigentes de las autonomías vecinas miraban con preocupación a Madrid. Este jueves, en un solo día, añadió a la serie 2.859 contagios. No entendían en Castilla y León y en Castilla-La Mancha que, mientras ...
Mientras los gobernantes de la Comunidad de Madrid señalaban al aeropuerto de Barajas —donde han entrado oficialmente 364 casos de coronavirus desde que se abrieron las fronteras hace dos meses—, los dirigentes de las autonomías vecinas miraban con preocupación a Madrid. Este jueves, en un solo día, añadió a la serie 2.859 contagios. No entendían en Castilla y León y en Castilla-La Mancha que, mientras suspendían fiestas y acotaban reuniones sociales con una incidencia de 216 y 198 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, respectivamente, en Madrid (con 467,4) no se hubieran implementado más medidas que las que acordaron todos los Gobiernos regionales con el Ministerio de Sanidad el pasado 14 de agosto.
Esto está a punto de cambiar. Tras una reunión solicitada por Castilla-La Mancha que se celebró el miércoles por la tarde con Castilla y León, el Ministerio de Sanidad y la propia comunidad de Madrid, esta última ha decidido endurecer las restricciones sociales, con limitación de aforo de terrazas, a actos con gran asistencia de personas o a velatorios, aunque las medidas concretas no se han anunciado todavía. La idea es que lugares muy interconectados tengan estrategias similares para luchar contra el virus.
Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático en Medicina Preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid, recuerda que muchos estudios han demostrado que la movilidad entre regiones es uno de los grandes determinantes de extensión de la epidemia. Un trabajo del Centro Nacional de Epidemiología señalaba que la conexión con Madrid fue en la primera ola uno de los cinco factores determinantes en la propagación del virus. Otro, del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (participado por el CSIC) y Kido Dynamics, aseguraba que el 76% del pico de mortalidad en España se podía explicar antes de mayo a partir de la movilidad entre cada provincia con Madrid en proporción a su número de población.
La interconexión entre Madrid y sus provincias limítrofes es tal que muchas personas que viven en ellas acuden a diario a trabajar a la capital. Segovia y Toledo, por ejemplo, están a menos de media hora en tren. Según un estudio del CSIC, entre Madrid, Toledo y Guadalajara se movían cada día 300.000 personas antes del confinamiento de marzo. También son frecuentes en las comunidades vecinas las segundas residencias y en verano el trasiego para ver a familiares es constante.
Castilla-La Mancha asegura que el 75% de los brotes en su comunidad tienen su origen directo o indirecto en Madrid. La mayoría de sus nuevos casos se registran en Toledo y Guadalajara, las dos provincias más conectadas con la capital. Su presidente Emiliano García-Page ha calificado a Madrid como una “bomba radiactiva vírica”. Su consejero de Sanidad, el socialista Jesús Fernández Sanz, pidió claramente al Gobierno de la popular Isabel Díaz Ayuso que tomara medidas. En Castilla y León, que ha retrocedido a algo equivalente a la fase 1 en Valladolid y Salamanca, son más sutiles. Una portavoz se limita a hablar de “coordinación”. Pero hay provincias que tienen también una comunicación constante con Madrid, como Ávila y Segovia. No es casualidad que esta última fuera una de las más golpeadas por la primera ola de contagios de la primavera. Según los datos de su consejería de Sanidad, entre julio y agosto atendieron a más de 50.000 pacientes desplazados de la comunidad vecina.
Fernando Simón, el director del Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias, reconoció este jueves que Madrid, al ser la comunidad con más transmisión es también la que “más preocupa”. “Se está tratando de conseguir implementar medidas adecuadas y se va a conseguir y observar ese efecto en breve, pero que no se pueden lanzar las campanas al vuelo hasta que ese efecto sea obvio”, dijo en su comparecencia.
Simón entró en la cuestión de la movilidad y la relación de Madrid con Castilla-La Mancha y Castilla y León: “Cuando hablamos de riesgos de efecto centrífugo, puede preocupar a las comunidades de alrededor, pero es verdad que el movimiento de personas es recíproco. En las Castillas por supuesto tienen que estar mirando lo que pase, no tienen otra. Me consta que están tratando de implementar medidas muy contundentes de control, incluso con confinamiento de municipios”, medidas que se han aplicado en Bolaños de Calatrava, en Ciudad Real, entre otros lugares.
El catedrático Fernando Rodríguez Artalejo señala que es lógico que comunidades con mucho contacto y riesgos epidemiológicos similares tomen medidas parecidas, aunque estas no tengan un fuerte respaldo científico. Se refiere el catedrático a que en una epidemia tan nueva, restricciones como la limitación de reuniones de más de 10 personas, como está implementando por ejemplo Castilla-La Mancha en los municipios con más de 100 casos por cada 100.000 habitantes, están dictadas más por “el buen juicio” que por las pruebas.
Ante esta realidad, la Comunidad de Madrid estudia un nuevo paquete de decisiones que la Consejería de Sanidad presentará “en breve”, según un portavoz. Este viernes, a las 11.00, comparecerá ante los medios el consejero del área, Enrique Ruiz Escudero, en un acto que no estaba previsto y fue convocado este jueves por la tarde. “La comunidad irá tomando medidas conforme a la situación epidemiológica”, dijo este jueves en una intervención televisiva.
Illa descarta un confinamiento perimetral
Fernando Simón siempre dice que todas las medidas están sobre la mesa, pero que solo se acudirá a las más extremas en caso necesario. Un confinamiento general, tal y como sucedió en marzo y abril, no es algo que esté de momento en el horizonte. Así lo señaló este jueves el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en una entrevista en la cadena SER. Sigue apostando por medidas “quirúrgicas”, es decir, cuarentenas en zonas concretas. También aseguró que un confinamiento perimetral en Madrid para evitar que la comunidad exporte casos a otras regiones “no procede”.
La consejería de Sanidad de esta comunidad llegó a recomendar a los vecinos de barrios humildes del sur, los más afectados, que no salieran de sus casas si no era necesario, pero su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, se ha mostrado reiteradamente contraria a congelar la actividad. De momento, Madrid implementa restricciones muy leves, como un máximo de 50 personas en velatorios y ocupación del 75% en iglesias. Recomienda la comunidad no superar en 10 personas las reuniones sociales, pero no hay prohibiciones de superar este número.
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