Andalucía encara el adelanto de su “segunda ola” del virus
La Junta reconoce que los contagios se han disparado hasta superar los 800 por segundo día consecutivo
El coronavirus se ha hecho fuerte esta semana en Andalucía, donde su expansión registra récords de contagios. Es un avance silencioso porque la presión hospitalaria es menor y respecto a otras regiones la situación epidemiológica no es dramática. Pero si este jueves fueron 816 contagiados, el día anterior tocó techo con 846 nuevos positivos. El virus se ha disparado hasta superar la peor cifra de la pandemia, que hasta ahora se había registrado el 30 de marzo con 764 contagios. Solo en la última semana han aflorado 40 nuevos brotes hasta un total de 286.
La Junta ya admite que vive una ...
El coronavirus se ha hecho fuerte esta semana en Andalucía, donde su expansión registra récords de contagios. Es un avance silencioso porque la presión hospitalaria es menor y respecto a otras regiones la situación epidemiológica no es dramática. Pero si este jueves fueron 816 contagiados, el día anterior tocó techo con 846 nuevos positivos. El virus se ha disparado hasta superar la peor cifra de la pandemia, que hasta ahora se había registrado el 30 de marzo con 764 contagios. Solo en la última semana han aflorado 40 nuevos brotes hasta un total de 286.
La Junta ya admite que vive una “segunda ola” del virus, que esperaba para octubre, “pero que se ha adelantado” a los últimos días de agosto, según afirmó el pasado martes el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre. Tras sus palabras, el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, dio la de cal: “Los pacientes de coronavirus solo ocupan el 2,2% de las camas UCI, para que desdramaticemos dentro de la gravedad (…) Un dato fundamental desde el punto de vista clínico”.
La región vive una continua tensión entre la expansión del virus y su imagen exterior, entre el hecho de admitir que las cifras son malas y no perjudicar más aún al dañado sector del turismo —un 14% del PIB regional— para espantar a más turistas nacionales, perdidos casi del todo los internacionales. La diversión y el ocio nocturno han chocado este verano con la prevención ante el virus, con el vídeo viral de un pinchadiscos escupiendo alcohol a jóvenes bailando sin mascarilla en un bar de Torremolinos (Málaga) como máximo exponente.
El perfil de los nuevos contagiados, mucho más jóvenes, ayuda a que en las UCI la presión sea menor, aunque se respire intranquilidad ante la velocidad de los contagios. Este jueves se sumaron de golpe 63 hospitalizados más y en las dos últimas semanas han muerto una treintena de personas, cuando la peor cifra fueron 79 fallecidos en un solo día, el pasado 26 de marzo. 371 pacientes están ingresados por el virus en los hospitales andaluces, 44 en la UCI, cuando a finales de marzo se llegó al techo de 3.700 hospitalizados.
“La preocupación existe y el marcador más importante es el de los ingresos hospitalarios. De momento no está mal, con la preocupación del futuro próximo. En porcentaje, 63 nuevos ingresos [registrados este jueves] respecto a ocho millones no es mucho, pero la preocupación está ahí. Se están revisando los protocolos para ver qué factores podemos corregir, hay un plan proactivo”, valora José María Domínguez, especialista de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, el mayor de la comunidad autónoma. Para las cifras gruesas, a favor de la región cuenta su numerosa población -8,4 millones de habitantes- en un territorio muy vasto (87.268 km²), lo que provoca una escasa densidad de población y cierta dispersión con 96 habitantes por km².
Pero la presión del calor y los hábitos del verano se han mezclado con zonas más turísticas donde las concentraciones se han multiplicado, sobre todo en Almería y Málaga, las dos provincias más castigadas. Esta semana la incidencia acumulada a 14 días permanece baja, con 93 casos respecto a la media española, 183, y a gran distancia de regiones como Aragón (404) y Madrid (397). Entre los brotes registrados, destaca el de la residencia El Zapillo en Almería, donde ya ha habido cuatro muertos y permanecen 107 contagiados, 69 residentes y 38 trabajadores.
Un ejemplo claro de cómo afecta el virus al turismo está en la playa de El Palmar en Vejer (Cádiz), cerrada esta semana al baño con bandera roja tras contagiarse un socorrista y una veintena de compañeros estén en cuarentena. “Una decisión compleja pero responsable”, ha definido el alcalde de este turístico pueblo, Manuel Flor.
En primavera salieron a la luz investigaciones y expertos que auguraban un descenso de los contagios debido al aumento de las temperaturas, teorías a las que se agarraron los dirigentes de la Junta por la latitud de la región, pero que finalmente el patógeno ha echado por tierra mostrando su fortaleza ante la subida del mercurio.
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