Movilidades aplazadas al segundo semestre o temario ‘online’: así ha afectado el coronavirus al Erasmus+
Las principales universidades españolas sufren cancelaciones de hasta el 45% de alumnos que tenían previsto estudiar fuera de España y buscan medidas para que los desplazamientos sean seguros
El coronavirus no frena el programa Erasmus+ pero obliga a revisar las condiciones. La Comisión Europea (CE) ha confirmado que no habrá interrupción de las becas de desplazamiento académico entre Estados miembros para el próximo curso pero recomienda un modelo de movilidades combinadas en el que la primera parte del intercambio se realice de manera a virtual —con actividades y clases online— y que posteriormente, si la situación lo permite, se sustituya por una movilidad física en el extranjero. Aunque la decisión final recae en los alumnos y las universidades, estas han notado cancelac...
El coronavirus no frena el programa Erasmus+ pero obliga a revisar las condiciones. La Comisión Europea (CE) ha confirmado que no habrá interrupción de las becas de desplazamiento académico entre Estados miembros para el próximo curso pero recomienda un modelo de movilidades combinadas en el que la primera parte del intercambio se realice de manera a virtual —con actividades y clases online— y que posteriormente, si la situación lo permite, se sustituya por una movilidad física en el extranjero. Aunque la decisión final recae en los alumnos y las universidades, estas han notado cancelaciones de estudiantes que tenían previsto estudiar fuera de España de hasta un 45% en el caso de la Universidad de Granada, del 22% de la Universidad Complutense de Madrid y 15% de la Universidad de Valencia, los tres centros con más movilidades adjudicadas en 2019. El miedo a un posible rebrote, el rechazo a perder la experiencia de un año de intercambio o la propia negativa de las universidades receptoras son las principales razones detrás de estos insólitos porcentajes.
Miguel Mallo tiene 26 años y estudia Ingeniería Electrónica en la Universidad de Oviedo. Lleva meses pensando en cómo será cursar cuarto año en la ciudad portuguesa de Coimbra y no quiere que se convierta en “un curso online”. Más de 10 millones de alumnos universitarios, de formación profesional y docentes han disfrutado de estas becas que llevan 30 años actuando como uno de los principales ejes de cohesión europea. Casi un millón de estos estudiantes son españoles. Precisamente para no perder el aprendizaje transversal e intercultural, el equipo de Erasmus Student Network está trabajando con las universidades para encontrar alternativas. El presidente de la entidad, Juan Rayón, no esconde las dificultades, pero es optimista: “El aula jugaba un papel fundamental para que los estudiantes interactuaran, pero vamos a potenciar el voluntariado y las actividades culturales con las comunidades locales para suplir parcialmente estas carencias”, explica.
Mallo, que estos días se prepara los exámenes finales, planea desplazarse desde el primer semestre aunque la docencia sea virtual y le hayan recomendado ir solo en el segundo semestre: “Quiero ir a una residencia allá y vivir el ambiente de Erasmus. Aprender de otro país y ver cómo me desenvuelvo”, explica. Aún no ha hecho reserva ni comprado los billetes. “No me atrevo por si las restricciones empeoran y tengo que estar de cuarentena allá. Eso sería una faena, para eso no voy”, reconoce, “Y menos si me va a costar un pastizal”.
El Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), encargado de gestionar los fondos europeos del programa Erasmus+, mantendrá la financiación de las universidades durante el curso completo. El alumno solo podrá percibir las ayudas cuando exista un desplazamiento real del estudiante al extranjero, independientemente de la forma en que se realice la actividad en destino (presencial, a distancia o bimodal). Las ayudas económicas oscilan entre los 100 euros por mes en destinos como Grecia, Polonia y Bulgaria y los 250 euros mensuales en Alemania, Austria y Dinamarca. Algunas comunidades autónomas como Andalucía, Canarias y Cataluña otorgan una ayuda extra que también depende del país de acogida. En un intento de flexibilizar las movilidades en épocas excepcionales, la CE y el SEPIE ampliarán la duración de los proyectos hasta un máximo de 12 meses más, pudiendo justificar los costes incurridos. Aquellos estudiantes que, con el estallido de la pandemia, hayan visto interrumpidos o cancelados sus proyectos tendrán un año para ejecutarlos.
Ni la flexibilidad ni las ganas de los estudiantes de vivir un año de experiencias fuera de casa han mantenido los datos anteriores. La Universidad de Valencia registra un 15% de cancelaciones de Erasmus para el próximo curso. Una de cada diez instituciones socias de la Universidad Complutense de Madrid han cancelado la movilidad, al menos durante el primer semestre, y cerca del 22% de los alumnos han declinado la solicitud. Además, los grados de Medicina, Odontología y Enfermería han cancelado la recepción de estudiantes de movilidad en el primer semestre. En la Universidad de Granada apenas 1.500 alumnos siguen adelante con los trámites para irse al extranjero, mientras que el año pasado 2.387 lo hicieron. Los intercambios a América y Asia se están suspendiendo de manera incluso más drástica.
La Universidad de Salamanca tampoco es una excepción: recibirá un 25% menos de alumnos extranjeros. Efrem Yildiz, el vicerrector de relaciones internacionales de este centro sabe que no son las cifras definitivas: “Irán aumentando las cancelaciones aunque de manera más progresiva”, explica. El año pasado enviaron más de 650 estudiantes al extranjero y de las apenas 531 solicitudes para este curso, 224 han sido declinadas. Estos días, estudian qué aforo será recomendado y en qué condiciones se producirá una vuelta a las aulas. “El bajón es evidente. Es un momento de gran incertidumbre y tenemos que garantizar la presencialidad segura. Pero muchos alumnos no quieren correr el riesgo”, dice Yildiz.
Javier Ruiz Garrido es uno de ellos. Es estudiante de 3º de Administración y Dirección de Empresas y Marketing Digital Bilingüe en la Escuela privada ESIC y tenía previsto graduarse en la Universidad de Lieja (Bélgica) este año. “He decidido sacrificar mi Erasmus, ya que no me siento seguro viajando y teniendo que vivir fuera”, cuenta. Sus padres tampoco: “Iban a estar preocupados constantemente y yo no iba a disfrutar así”. Para él no hay segunda opción. Este será su último curso y no podrá solicitarlo de nuevo. “En mi caso ya no va a poder ser”, lamenta.
España, máximo anfitrión Erasmus
España sigue ocupando el primer puesto en recepción de estudiantes Erasmus+ de Educación Superior con 51.321 movilidades, según los datos oficiales facilitados por la Comisión Europea en su Informe Anual Erasmus+ 2018, con los datos del año académico 2017-2018. Le siguen Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia. Este podium en el ranking europeo se ha mantenido de manera ininterrumpida desde 2001. En el envío de estudiantes Erasmus+, España ocupa el tercer puesto, con 40.226 movilidades (por detrás de Francia y Alemania).
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