Lejía en una playa de Cádiz para luchar contra el coronavirus

Mil litros de agua con una disolución del 2% de lejía. Ese es el desinfectante que Zahara de los Atunes (Barbate, Cádiz) esparció por más de dos kilómetros de playa el pasado sábado. La entidad local autónoma pretendía limpiar su costa para los niños que la usaron, al día siguiente, en su primera salida durante el confinamiento por la crisis del coronavirus, pero la ocurrencia puede salir cara. La Delegación Provincial de ...

Mil litros de agua con una disolución del 2% de lejía. Ese es el desinfectante que Zahara de los Atunes (Barbate, Cádiz) esparció por más de dos kilómetros de playa el pasado sábado. La entidad local autónoma pretendía limpiar su costa para los niños que la usaron, al día siguiente, en su primera salida durante el confinamiento por la crisis del coronavirus, pero la ocurrencia puede salir cara. La Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía estudia una posible sanción, mientras que el presidente de esta entidad autónoma, Agustín Conejo, ya ha admitido su equivocación y avanza que asumirá la multa, si llega a materializarse.

“Reconozco que ha sido un error, se hizo con la mejor intención”, explica Conejo, con voz apesadumbrada. Fue el pasado sábado cuando la entidad local autónoma y la asociación local de comerciantes Acoza decidieron destinar el desinfectante que quedaba en los tres tractores que habían pasado por las calles del pueblo para pulverizar la arena de su playa. Pese a que se trata de un espacio natural, que está cerrado al baño desde el inicio del estado de alarma y que no contaban con permiso del Ayuntamiento de Barbate —competente en las playas de Zahara—, Conejo tomó esta medida como preparación para limpiar la costa “para la salida de los niños”.

Los tractores rociaron una solución de mil litros de agua por 20 de lejía, según confirma el presidente. “Es una aberración medioambiental”, tercia sin rodeos Daniel Sánchez Román, delegado en Cádiz de Desarrollo Sostenible de la Junta. Al enterarse de lo que estaba ocurriendo en la costa de Zahara a través de vídeos y avisos de vecinos, Sánchez envió a la zona a un agente medioambiental que levantó acta de todo lo ocurrido. La presencia de los tractores sin permiso y la solución que se roció “podrían tener consecuencias para la avifauna local”, según explica el delegado.

Las dunas de esa parte de la costa se caracterizan por ser espacios de nidificación del chorlitejo patinegro, un ave incluida en el Libro Rojo de las Aves de España y en el Listado de Especies Silvestres, con la categoría de Protección Especial. “Es una zona muy sensible donde cría todos los años el chorlitejo”, explica Sánchez. De ahí que la delegación tenía proyectado, justo antes de que se decretase el estado de alarma, la colocación de unos vallados de madera en las zonas de nidos de las dunas. Ahora, a la Administración andaluza le toca analizar si las rodaduras de los tractores o la desinfección ha podido tener alguna afectación para el ave.

En función de esa valoración de daños, Desarrollo Sostenible realizará una propuesta de sanción con una posible multa económica que Sánchez no ha sabido precisar. Conejo es consciente de esta posibilidad: “Si tienen que tomar alguna medida, la acataré”. El presidente de la entidad local autónoma también reconoce que tomó la decisión de desinfectar la playa sin la autorización del Ayuntamiento de Barbate. Por eso, la delegación municipal de Desarrollo Sostenible de este Consistorio ha enviado una carta a la Junta desvinculándose de la acción y advirtiendo del “ataque al desarrollo sostenible y medios naturales” de su localidad, según una misiva a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

Zahara de los Atunes, con 1.300 vecinos, es uno de los núcleos que han intentado blindarse por la crisis del coronavirus. Rocían con desinfectante las calles de la localidad y han instalado un arco de fumigación para los coches que entran. Hasta ahora, no ha tenido ningún caso positivo por coronavirus, según asegura su presidente. “Llevamos 60 días luchando contra esto, son días de mucha tensión y ha sido un error”, se justifica Conejo. Sánchez le comprende y acepta las disculpas, pero le advierte: “Sé que ha sido sin intención, pero con estas cosas hay que tener cuidado”.

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