Cuarentena de lujo en Dubái

¿Tiene síntomas leves de la covid-19 y su médico le ha pedido que se aísle? ¿Acaba de ser repatriado o le han dado el alta en el hospital y tiene que guardar cuarentena? Incluso cuando se dispone de una vivienda amplia, la cosa no siempre resulta sencilla. Así que ya ha habido una mente ingeniosa que ha encontrado un filón de negocio: “salas higiénicas de aislamiento controlado”. La idea solo podía haber nacido en ...

¿Tiene síntomas leves de la covid-19 y su médico le ha pedido que se aísle? ¿Acaba de ser repatriado o le han dado el alta en el hospital y tiene que guardar cuarentena? Incluso cuando se dispone de una vivienda amplia, la cosa no siempre resulta sencilla. Así que ya ha habido una mente ingeniosa que ha encontrado un filón de negocio: “salas higiénicas de aislamiento controlado”. La idea solo podía haber nacido en Dubái, una ciudad asociada al lujo y al exceso, que ha crecido con la idea de que el cielo es el único límite. Eso sí, siempre que se disponga de presupuesto.

El anuncio, que ha aparecido en las redes sociales, ofrece la instalación en el jardín de un contenedor autónomo cuyo interior está “diseñado para limpiarse con facilidad y mantener los necesarios niveles de higiene, con el fin de minimizar los riesgos de contagio”. La unidad familiar (hay otra médica) tiene dos configuraciones posibles: tipo estudio o dormitorio con salita y baño opcional. Todo en 18 metros cuadrados, con aislamiento térmico e instalación de aire acondicionado.

“La idea surgió a raíz de las llamadas que recibimos de diversos hospitales preguntándonos si podíamos ofrecerles una solución que les permitiera separar la zona de admisión de los pacientes de covid-19 y a la vez actuara de primera barrera frente al contagio”, explica por teléfono Mohamed Suleiman, director de ventas de Swiftrooms, la empresa fabricante. Una vez diseñado el módulo médico, se les ocurrió adecuarlo al ámbito doméstico.

Swiftrooms se dedica a la fabricación de estructuras de PVC y cristal que permiten ampliar las viviendas con galerías e invernaderos. Se presenta en su web como un negocio familiar establecido en el Reino Unido hace 25 años y que lleva cuatro operando en Emiratos Árabes Unidos (EAU), la federación a la que pertenece Dubái. Ahora, ha sabido adaptarse a la emergencia creada por el nuevo coronavirus.

Dependiendo del modelo elegido, el coste del capricho, o la inversión según se mire, varía entre 59.500 y 79.500 dirhams, entre 15.000 y 20.000 euros, que con los extras (baño, cocina o nevera) puede llegar a 93.500 dirhams (25.000 euros), más el 5% de IVA. El folleto promete la instalación en un plazo de entre cuatro y seis semanas, con cinco años de garantía. También ofrece un descuento del 15% en los pagos por adelantado y del 10% si se hacen a la entrega. Pero “solo hasta final de Ramadán”, precisa Suleiman.

Como buen comercial, evita aclarar cuántos encargos han recibido, pero asegura que ha habido “mucho interés en todo EAU”. Explica que hay personas que por su trabajo o su relevancia social reciben en casa y ahora tal vez prefieran hacerlo en una habitación independiente. El material promocional de las salas de aislamiento subraya también la utilidad del invento, una vez que pase la pandemia, como despacho, cuarto de estudio para los niños o sala de cine.

No es la única opción para aislarse de manera confortable. Desde que el cierre de fronteras y la interrupción de vuelos dejó a muchos turistas varados o pendientes de pasar una cuarentena de dos semanas antes de poder regresar a sus países, varios hoteles de Dubái han estado anunciando paquetes para “estancias largas” a precios reducidos respecto a las tarifas habituales, pero servicios igualmente limitados.

“De acuerdo con las últimas normas y regulaciones, todos los restaurantes del hotel permanecerán cerrados hasta próxima noticia. No obstante, nuestro servicio de habitaciones le llevará a su puerta las mismas experiencias culinarias excepcionales”, promete la web del hotel Palazzo Versace. Su paquete de 14 días, a partir de 14.500 dirhams (3.600 euros), garantiza la “esterilización y limpieza” de la habitación en días alternos y el servicio de lavandería. Ni las piscinas ni el gimnasio ni el spa están disponibles.

Estas promociones son diferentes de la veintena de hoteles medicalizados que en Dubái, como en otras ciudades del mundo, colaboran con las autoridades sanitarias y a los que son derivados los pacientes con síntomas leves o en proceso de recuperación para liberar camas en los hospitales.

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