“La inyección que me ponen cada dos días debe de ser un pelotazo”
Miguel Ángel Benítez, primer infectado local del virus en España
El primer contagio local del coronavirus en España lo sufrió Miguel Ángel Benítez (62 años, Bonares, Huelva), que vive en Sevilla. Desde hace una semana está aislado en una habitación del Hospital Virgen del Rocío de la capital andaluza y tras recibir lo que él llama, sin detalles, “un tratamiento experimental”, su evolución ha mejorado de manera notable y espera recibir pronto el alta.
Pregunta. ¿Cuál es su estado?
Respuesta. Más que estable, diría que evoluciona bastante bien. El virus me produjo una doble neumonía,...
El primer contagio local del coronavirus en España lo sufrió Miguel Ángel Benítez (62 años, Bonares, Huelva), que vive en Sevilla. Desde hace una semana está aislado en una habitación del Hospital Virgen del Rocío de la capital andaluza y tras recibir lo que él llama, sin detalles, “un tratamiento experimental”, su evolución ha mejorado de manera notable y espera recibir pronto el alta.
Pregunta. ¿Cuál es su estado?
Respuesta. Más que estable, diría que evoluciona bastante bien. El virus me produjo una doble neumonía, los dos pulmones afectados, y anteayer me pusieron un tratamiento experimental que está yendo muy bien. Hace ya cuatro días que no tengo fiebre. Estoy un poco bajo de nivel de oxígeno, pero ya dentro de un límite normal. Y el trato es muy bueno. El jefe del equipo médico me ha dicho que en una semana podré estar en casa.
P. ¿En qué consiste su nuevo tratamiento?
R. Son dos pastillas cada 12 horas y una inyección cada dos días, que imagino será un pelotazo. Una fue anteayer y otra me toca hoy. Como no tengo ni idea de medicina, para qué iba a preguntar. Me dijeron que era un tratamiento experimental sin garantías. Pero pensé que no me iban a pinchar cosas indebidas, lo autoricé sobre la marcha, no me lo pensé ni un segundo.
P. ¿Cuál era su estado al sugerirle el nuevo tratamiento?
R. Hace cinco días estaba mal, estaba fastidiado. Tenía fiebre y una tos enorme que no me dejaba hablar, pero no he estado grave en ningún momento. El tratamiento me ha ido bien y hoy me han quitado el oxígeno. No tengo visitas, aquí solo entran los médicos y los enfermeros, con sus escafandras, batas y mascarillas. Todos cubiertos, algunos traen cascos de motorista y dentro unas gafas, los guantes y unas batas especiales, y se desinfectan las manos antes de salir, a pesar de que llevan guantes. Yo también me pongo la mascarilla, claro.
P. ¿Se ha informado bien de su situación?
R. No. Estoy leyendo cosas increíbles, como esta mañana unas declaraciones del consejero [de Salud, Jesús Aguirre] que ha dicho que tuve un contacto con una pareja china en Marbella en enero. Ni he estado en Marbella ni conozco a ninguna pareja china. Me parece increíble que un señor consejero diga eso, es demencial.
P. Probablemente mezcló su caso con otro de los contagiados.
R. Sí, pero él está ahí para no confundirse y no confundir a los demás.
P. ¿Cómo sospecha que se contagió?
R. A través de un compañero que había estado fuera de vacaciones en Canarias y tuvo síntomas, aunque luego volvió a trabajar. Ahora está bajo estudio. En Málaga estuvimos unas 60 personas en una convención.
P. ¿Algún mensaje?
R. Tranquilidad. Los médicos no están dando palos de ciego.