Un Carolina Herrera para el recuerdo: el vestido más especial de Aitana Sánchez-Gijón para recoger su “Goya de amor”
La actriz dedica su Goya de honor a las cuatro únicas directoras con las que ha trabajado: “Por suerte, las cosas están cambiando”
En lugar de un Goya de honor, un “Goya de amor”. Así describió una emocionadísima Maribel Verdú el galardón que le entregaba en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada, durante la edición número 39 de los premios de la Academia del Cine, a su amiga y compañera de profesión Aitana Sánchez-Gijón. La actriz nacida en Roma hace 56 años vivió su gran noche rodeada de cariño, con su madre y sus dos hijos entre el público y con un aplaudido discurso con el que defendió sus ideas y mostró el amor a su carrera. Y para ello eligió un vestido espectacular: un palabra de honor con volantitos de tul apuntalados con lentejuelas a rayas lilas y negras de la colección primavera-verano 2024 de Carolina Herrera New York.
El modelo, que llamaba la atención por su volumen, brilló todavía más con los complementos elegidos por la intérprete: una pulsera, un anillo y una gargantilla, todos de oro blanco y diamantes y parte de la colección Serpenti de la firma romana de joyería Bvlgari. Esta línea, creada a finales de los años cuarenta, ha sido lucida por grandes figuras del cine, desde Elizabeth Taylor o Gina Lollobrigida a Zendaya y Anne Hathaway. Sánchez-Gijón no llevó pendientes ni un peinado complicado; lució su corte de pelo bob con raya al lado.
Sánchez-Gijón explicó la importancia de Granada en su trayectoria, porque allí representó en el teatro a Federico García Lorca, con la ayuda de su maestra, Alicia Hermida. En un momento lleno de sororidad, la actriz quiso, además, rendir homenaje a las cuatro directoras con las que ha trabajado a lo largo de su carrera audiovisual, que comenzó cuando debutó en la serie Segunda enseñanza, de Pedro Masó, de adolescente. “Permitidme que de los más de 40 directores con los que he tenido la fortuna de rodar, mencione el nombre de las cuatro únicas directoras: a Patricia Ferreira, que nos dejó hace poco más de un año y que fue una de las pioneras en ponerse detrás de la cámara y contar sus propias historias cuando para las mujeres estaba casi todo vedado. Por suerte están cambiando las cosas, hoy sois muchas más. Y no solo directoras y guionistas, también productoras, sonidistas, directoras de fotografía, foquistas, operadoras de cámara o ayudantes de dirección. Y va siendo hora, compañeras. El cine es un empeño colectivo”, enfatizó.
También tuvo unas palabras para recordar a la recientemente desaparecida Marisa Paredes que, como ella, fue presidenta de la Academia de Cine. Sánchez-Gijón ocupó ese cargo entre 1999 y 2000, y rememoró sobre el escenario una frase de su compañera: “Como dijo nuestra querida Marisa Paredes precisamente en una gala de los Goya, no hay que tener miedo a la cultura, hay que tener miedo a la ignorancia, a la indiferencia, a la mentira, al fanatismo y a la violencia. Hay que tener miedo a la guerra. Y me gustaría añadir, y creo que Marisa estaría de acuerdo conmigo, hay que tener miedo a los nuevos imperialismos y a las limpiezas étnicas”.
Además, la intérprete vivió un momento fan en público, al declarar su amor al actor estadounidense Richard Gere. “Con permiso de su mujer”, dijo entre risas la actriz, aludiendo a la empresaria y filántropa española Alejandra Silva, con la que el protagonista de Pretty Woman y Oficial y caballero se ha instalado en Madrid. Gere recibía el Goya internacional 2025, y ya al llegar a la gala ambos posaron juntos.