Sharon Stone impacta en el Festival de Cine de Turín: de rojo y con escote palabra de honor
La actriz ha recibido el premio Stella della Mole en reconocimiento a su carrera con un conjunto de alta costura de Tony Ward
Sharon Stone ha sido la gran protagonista de la jornada inaugural del Festival de Cine de Turín. Este encuentro ha llevado el brillo hollywoodiense a su edición número 42. La intérprete recibió allí este viernes el premio Stella della Mole en reconocimiento de su carrera y el domingo presentará la proyección de una de sus películas, el western Rápida y mortal de Sam Raimi, estrenado en 1995. En esa película, en la que encarna a una pistolera del Oeste llamada La Dama, Stone trabajó con Gene Hackman, Russell Crowe y Leonardo DiCaprio y marcó un gran momento en su trayectoria profesional: en 1992 había protagonizado Instinto básico y en el 95 también estrenó Casino, por la que obtuvo su única nominación al Oscar y ganó el Globo de Oro.
Para recibir este premio que reconoce su papel en la industria cinematográfica, Stone lo ha apostado todo al rojo y ha recurrido al diseñador italolibanés Tony Ward, en quien suele confiar para muchas de sus apariciones sobre la alfombra roja. En concreto, la intérprete estadounidense ha elegido un modelo de la colección de alta costura de otoño-invierno del creador, compuesto por un vestido con escote palabra de honor y una voluminosa capa de flores. Según explica la marca en su web, el vestido es de organza de seda y tul bordado, con remates de flecos de cristal, y la capa está confeccionada con 3.000 flores de organza de seda. Stone también optó por un vestido de Ward —esa vez en fucsia y con escote de cuero— el año pasado para la inauguración del Red Sea Film Festival, y acudió a una fiesta posterior a los Oscar de ese año con otro diseño del creador, amarillo y bordado.
Antes de comenzar la ceremonia de entrega del premio, Stone ha posado en la alfombra roja, donde ha subrayado su activismo. “Trabajo cada vez más y me comprometo con la ONU y la OMS, considerando el sufrimiento que existe todos deberíamos tratarnos con mayor compasión”, ha asegurado en declaraciones recogidas por la edición turinesa del Corriere della Sera.
A sus 66 años, la actriz no ha dejado la industria audiovisual de lado —en 2025 tiene previstos dos estrenos, el thriller Nobody 2, con Connie Nielsen y Christopher Lloyd, y la comedia ambientada en Hollywood In Memoriam, con Judy Greer, Michael McKean y Lily Gladstone—, pero se encuentra volcada en su faceta de artista plástica, que la ha llevado a exponer sus cuadros en galerías de San Francisco, Los Ángeles o Berlín. “Voy a realizar una exposición en el Ara Pacis de Roma y espero que venga también a Turín”, aseguró al diario italiano.
En una reciente entrevista a The Guardian explicó que se aficionó a la pintura durante el confinamiento por la covid y que ahora dedica unas 17 horas al día a esta afición. Aseguraba que se había centrado en esa faceta creativa y en la escritura (prepara una novela) porque no le ofrecían ya “papeles sustanciales” en la industria audiovisual. “Lo que pasa en ese negocio es que una vez que te conviertes en un superventas te quieren meter en pequeños proyectos para que empieces a financiar a quienes empiezan. Fantástico, pero no es ahí donde estoy. Quiero trabajar con los maestros porque me he ganado mi lugar ahí”, argumentaba. La actriz pasó una temporada apartada de la interpretación, tras sufrir un derrame cerebral masivo en 2001. “He tardado varios años en recuperarme por completo. Es difícil volver al sector después de un parón así… Nadie me contrata a causa de esta ausencia”, lamentaba cuando fue portada de S Moda en 2015. En esa misma entrevista añadía que no temía cumplir años —“A las mujeres con miedo a envejecer les diría que madurasen”— y que el deporte era la clave de su forma física: “Nado mucho, cojo pesas, juego en la playa, monto a caballo, en moto, en bici; hago montañismo, juego al baloncesto y al béisbol, practico pilates y yoga y bailo hasta desfallecer”.