El regreso del ‘peep toe’, el zapato que amas u odias
Calzado fetiche en los 2000, su tímido –o pronunciado– escote en sandalias y zapatos de salón ha generado tantas pasiones como recelos a su paso. Ahora vuelve de la mano de la pasarela tras años en el olvido: ¿Será un capricho de temporada o tendremos ‘peep toe’ para rato? Las expertas opinan
En 1946, el diseñador de vestuario Jean Louis hizo historia. Su creación de un vestido palabra de honor en satén negro, con un prominente lazo en la cintura, se convertiría en el emblema de la mujer más deseada del mundo. Gilda, el personaje que se apropió de la personalidad de Rita Hayworth dentro y fuera de la pantalla —ya es leyenda su frase “Todos los hombres que he conocido se van a la cama con Gilda y despiertan conmigo”— sería el icono de una sensual elegancia que permanece durante décadas.
Para elevar los 168 cm de altura de la actriz de Brooklyn, Louis decidió ubicar unas plataformas también en raso negro, con una tímida abertura en el frontal de este zapato. Desde entonces, este calzado se convertía en la segunda piel de Hayworth durante todo su esplendor hollywoodiense, recolectando multitud de escenas con este tipo de escote tanto en bañador como en traje de cóctel hasta el declive de esta moda en los años 60. “La época sublime del peep toe se sitúa en el glamour de la década de 1940, cuando este zapato se convirtió en un símbolo de feminidad y sofisticación. Imagino a Rita Hayworth en la pantalla con un vestido de satén ceñido, unos peep toes de tacón moderado y ese aire inalcanzable que definía a las estrellas del viejo Hollywood”, esboza la diseñadora de moda Nuria García.
Esta especialista en escrutar las tendencias del pasado para llevarlas al presente según el mandato de la pasarela en una conocida cadena de moda española, ve en esa esencia el quid de su encanto. El mismo que conquistó las hormas de las celebrities al comienzo del milenio y que ahora regresa con energía renovada esta primavera. Lo que viene ya siendo una costumbre —ya nos convenció que sería cool vestirse de bailarina por la calle o dejarnos la falda en casa para poner la ropa interior en un primer plano– Miuccia Prada es la gran provocadora de su regreso.
En colores sobrios y con alma retro, es el zapato definitorio de su colección primaveral de Miu Miu para este año. “La propuesta de Miuccia es la más estimulante con su versión minimalista de piso fino, tacón bajo y líneas simples, evocando la nostalgia de los años 50 y 60. Su elegancia discreta lo convierte en una pieza clave para el lujo silencioso, ideal para quienes buscan sofisticación sin excesos”, explica García. La creativa también elude a la interpretación de Bottega Veneta en forma de sandalia que camina entre lo artesanal y lo contemporáneo como una opción versátil, que conecta con las tendencias actuales y de sostenibilidad.
Estas dos creaciones no son las únicas que retoman ese escote a ras del suelo en 2025, el mismo que hizo tan suyo Sarah Jessica Parker por las calles de Manhattan durante décadas y puso un punto de glamour a los looks de boho chic que poblaron Sunset Boulevard a comienzos de los 2000. En la avanzadilla primaveral encontramos desde propuestas fieles a su versión dosmilera (Private Police, Giambattista Valli o Michael Kors) junto a rejillas y todo tipo de brocados, a suelas retro como la sandalia con cuña y alma de muñeca de Dries Van Noten, o las setenteras que defiende la alemana Chemena Kamali para Chloé.
Este año, además de consolidarse la bota ‘peep toe’ que defienden a capa y espada Balmain, Ottolinger o Victoria Beckham en sus colecciones, lo novedoso reside en ese delicado y mínimo escote que apenas deja asomar el dedo gordo del pie. Es el caso de la sandalia de rejilla de Stella McCartney, los pumps inacabados de Acne Studios, o el salón con pulsera y tacón extremo que propone Saint Laurent.
Sin olvidar la ínfima ranura que ya avanzó Khaite este invierno y ha calado en el imaginario de la directora creativa Alica Padrón. “Me encanta el diseño de Khaite, con una apertura muy estrecha y discreta que impide que se note si tienes o no la pedicura hecha. Es un peep toe más arquitectónico, cuidadosamente diseñado y estilizado, sin plataforma y con un tacón curvado que le da un carácter más contemporáneo. Me parece una reinterpretación interesante, más moderna y menos tacky que los modelos tradicionales”.
Las expertas hablan: ¿Será un capricho de temporada o tendremos ‘peep toe’ para rato?
Esta estilista conocida por sus siempre hipnóticos editoriales de moda, no siente una gran conexión con este tacón que define como irónico, “tanto por la hilarante disfunción de enseñar los dedos de los pies como por el propio nombre. Siempre me he reído al pronunciarlo”, confiesa. Aun así, discierne que la clave está en elegirlo sin plataforma en la suela y combinarlo con un look high-low. “Es decir, evitar lo demasiado ladylike y darle un giro contemporáneo usándolo en estilismos que fusionen lo retro sport con una falda midi o un pantalón técnico. Lo más importante es evitar que el look parezca vintage. Nadie quiere parecer salida de una película de Judy Garland”.
En esta época de continuos neos tan fallidos como duraderos en el tiempo (la estética Y2K resulta inagotable), está claro que el peep toe va a intentar recuperar su momento de gloria pero con un aire renovado. “Creo que es una tendencia que vuelve al reforzar la muerte del street y la vuelta del minimal y el lujo silencioso, pero no creo que se llegue a adoptarse como masiva según pasó en los 2000. La interpretación en el 25 es más retro, y espero que no volvamos al peep toe plataforma charol, que se vendió muchísimo durante años”, reflexiona García.
Regresar a ese recuerdo de Hayworth, enfatiza la creativa, encapsula lo que hace al peep toe especial: es un calzado que juega con el misterio dejando entrever sin revelar del todo. Quizás ahí resida la clave de su futurible regreso. “Una pequeña apertura al mundo, como una ventana en el lugar justo”, concluye.