Me enamoré de una bruja: la sorprendente relación entre el poder y el esoterismo
Tras hacerse pública la relación sentimental que el actor Andrew Garfield, dos veces nominado al Oscar, mantiene con una mentora espiritual británica, indagamos en la vetusta y prolífica relación entre las los personajes públicos y las prácticas esotéricas
Es una de las noticias más sorprendentes de los últimos meses en Hollywood: Andrew Garfield, el actor conocido por películas como La red social o The Amazing Spider-man, tiene nueva novia. A priori no hay nada especialmente sorprendente en el hecho de que el británico de 40 años haya rehecho su vida, tras romper con Emma Stone o la modelo Alyssa Miller. Lo que ha copado la atención de los titulares es la profesi...
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Es una de las noticias más sorprendentes de los últimos meses en Hollywood: Andrew Garfield, el actor conocido por películas como La red social o The Amazing Spider-man, tiene nueva novia. A priori no hay nada especialmente sorprendente en el hecho de que el británico de 40 años haya rehecho su vida, tras romper con Emma Stone o la modelo Alyssa Miller. Lo que ha copado la atención de los titulares es la profesión de la mujer con la que se le ha visto compartiendo paseos por las calles de Los Ángeles: la de “bruja profesional”. Así se autodenomina Kate Thomas, una filósofa y mentora espiritual con un doctorado en Teología Filosófica por la Universidad de Oxford. Thomas tiene su propia marca de talismanes, un libro publicado llamado Chakra Crystals, se reconoce como “consejera de líderes globales” y promete a sus clientes la posibilidad de construir una vida de “liberación y significado” a través de la conciliación de diferentes rituales y prácticas. Además, también cuenta con su propia cuenta de TikTok en la que ofrece consejos prácticos sobre temas tan diversos como los estándares de belleza, la misoginia interiorizada de la sociedad o cómo preparar una taza de té al estilo british. “Andrew valora mucho el hecho de que Kate sea muy diferente respecto a otras mujeres con las que ha salido”, asegura una fuente a US Weekly.
El romance entre Andrew Garfield y Kate Thomas es el más reciente episodio en engrosar la larguísima y prolífica relación entre el mundo de los personajes públicos y el universo espiritual y esotérico, tan estrecha en ocasiones que la segunda ha llegado a condicionar el desarrollo de la primera. Porque más allá de que iconos del pop como Taylor Swift o Katy Perry hayan mencionado explícitamente la influencia de mercurio retrógrado en sus rutilantes agendas profesionales o de que Madonna descartara al mismísimo David Guetta como productor de su disco tras conocer su signo del zodiaco –escorpio, por cierto–, son varios las videntes, tarotistas o numerólogos que han conseguido brillar como verdaderas estrellas en el olimpo hollywoodiense.
“Creo que el tarot es más popular ahora que nunca”. Así de contundente se muestra ante S Moda la tarotista Angie Banicki, una de las más conocidas entre los iconos del séptimo arte. La estadounidense, que cuenta entre sus contactos con clientes como Emma Roberts, Ellen Pompeo o el cantante Usher –”prefiero no compartir más nombres”, asegura–, dejó su trabajo como publicista de actores de la primera línea y mitos del rock para dedicarse a su gran hobby, la lectura de cartas. Casi quince años después, es una de las profesionales más demandadas y respetadas. ¿Por qué es tan importante lo esotérico para las estrellas? Banicki lo tiene claro: “Cualquiera que está en una posición de influir a los demás siente lo importante que es estar conectado y tomar decisiones correctas como líderes”.
Otra de las más reconocidas al otro lado del charco es la médium Carissa Schumacher, que asegura tener el poder de canalizar a Yeshúa –el nombre en hebreo de Jesús de Nazaret–, y recibir mensajes de los fallecidos. A sus sesiones, que superan los mil dólares la hora, han acudido una lista de famosos digna de cualquier alfombra roja de renombre: Brad Pitt, Jennifer Aniston, Rooney Mara, Uma Thurman, Andie McDowell o Rob Lowe son solo algunos de los rostros que han reconocido públicamente haber requerido de sus servicios.
Rita Rogers también consiguió que sus servicios como tarotista saltaran a la prensa generalista. Durante cuatro años se convirtió en la confesora de Diana de Gales hasta el punto de que esta le regaló un collar de oro con corazones entrelazados para agradecerle los servicios prestados. A pesar de que Rita no era la única profesional a la que veía la princesa, su influencia fue tan importante en la vida de Diana que la serie The Crown decidió dramatizar una de sus visitas en uno de los episodios de su sexta temporada. En la misma ficción de Netflix, Helena Bonham-Carter declaró haber contactado con la princesa Margarita en una sesión de espiritismo para pedirle su visto bueno antes de darle vida en la serie. “Aparentemente, dijo que estaba encantada de que fuera yo la actriz que iba a interpretarla”, alegó. Para aunar todavía más el matrimonio famoseo-esoterismo, la modelo mejor pagada del mundo durante el último lustro, la archiconocida Kendall Jenner, corroboró tener una intuición tan sobrenatural que “hasta siete profesionales distintos habían certificado que es vidente”.
“Entre los actores y famosos de nuestro país también despierta cada vez más interés recibir consejo y utilizar herramientas holísticas como el tarot, los oráculos y por supuesto la astrología”, confirma a S Moda la coach laboral y astróloga Ana Lorente (conocida en redes como @muyciela). A pesar de las reticencias y prejuicios que la sociedad española sigue teniendo a la hora de reconocer la búsqueda de respuestas en lo espiritual, la experta asegura haber atendido en su consulta a “influencers de prestigio, periodistas, actrices y artistas de todo tipo” que buscaban herramientas para conseguir sus objetivos más ambiciosos, un mapa para llegar a sus diferentes metas. “Además, una vez alcanzada la fama y la exposición deseadas tienen que lidiar con otro tipo de frustraciones y es ahí cuando lo místico puede darles respuestas y, en el mejor de los casos, ayudarles a hacerse las mejores preguntas para que su vida sea verdaderamente plena”. Sin embargo, sus dudas o anhelos son idénticos a los del resto de los mortales: “Os sorprendería saber que en realidad a todas las personas nos preocupan las mismas cosas y tenemos las mismas inquietudes a mayor o menor escala, con más o menos fama... Todos somos el mismo polvo de estrellas”. Banicki coincide: “Es muy similar. Todos deseamos profundamente conocernos, entender más y asegurarnos de estar en el camino correcto hacia el éxito”.
Ese celo crónico entre los famosos ha ido menguando en los últimos años. Ya en 2020 la actriz y cantante Kimberley Tell reconoció en S Moda que “todos los actores españoles van al numerólogo” y recientemente Candela Peña viralizó una intervención en el programa La Resistencia al espetar a David Broncano: “¡Vete a un numerólogo!”. La ganadora de tres premios Goya no es la única celebrity nacional que ha reconocido haber practicado la numerología, calificada como pseudoterapia por el ministerio de Sanidad: también han hablado sobre ello Sandra Barneda, Dani Martín, Elena Furiase –entrevistada por esta revista– o el Cholo Simeone, que aseguró que antes de fichar a un jugador para el Atlético de Madrid comprueba la idoneidad de su horóscopo.
Mela Pabón, viñetista de S Moda y astróloga estrella de Instagram, tiene entre sus seguidores a figuras como Ricky Martin o J Balvin y hasta le hizo un horóscopo personalizado a Bad Bunny. Preguntada por esta publicación respecto al escepticismo que despiertan en buena parte de la población estas prácticas espirituales o esotéricas, la puertorriqueña afincada en Madrid apuesta por utilizarlas para soltar la angustia existencial que embarga a nuestros días: “Si estás pasando por algo malo y lees que está mercurio qué sé yo dónde, uno como que se entrega, como que dice ‘no tengo el control de todo’. A mí la astrología me ha ayudado a ver que las cosas buenas y malas son pasajeras. Un horóscopo es un momento, un día, un mes, y crea esa tranquilidad de que las cosas pueden cambiar. Ahora estás en la mierda, sí, pero mañana entra marte y hay un giro. Placebo o no, eso te da una energía especial”. Para Ana Lorente, la razón del incremento de clientes en las consultas de este tipo de prácticas está en el convulso ambiente social, político y económico actual. “Venimos de unos años en los que la tensión de los acontecimientos y la incertidumbre nos hacen buscar respuestas donde antes ni nos lo hubiéramos planteado. Los momentos de crecimiento personal más profundos vienen de eventos con frecuencia desafiantes y como sociedad es innegable que llevamos una buena retahíla de acontecimientos así”, concluye.
Pero no solo el mundo de la farándula siente esta atracción por lo oculto. En España, la clase política, empresarial y hasta la monarquía también han depositado su confianza en clarividentes. El célebre Octavio Aceves se ganó el sobrenombre de ‘vidente de la corte’ tras coincidir con la Reina Sofía en unos cursos de parapsicología y magia antigua en la Universidad Complutense de Madrid. El argentino, fallecido en 2021, ostenta el honor de ser el único vidente en haber sido recibido oficialmente en Zarzuela y a su domicilio acudían cargos importantes de las ejecutivas de González y Aznar. Si Winston Churchill y Ronald Reagan creían que el destino podía estar escrito en las estrellas, también Jordi Pujol pensaba que los rituales de purificación podían ayudarle en su gestión de la Generalitat de Cataluña. Por eso recurría a los servicios de Adelina, una bruja de origen gallego –que también trabajó para Manuel Fraga– a la que hizo mudarse a Barcelona para que recibiera también a otros políticos y empresarios catalanes recomendados por él. Para estos profesionales no existen los cordones sanitarios: el famoso Rappel asegura que tanto el dictador Francisco Franco como Dolores Ibárruri, la Pasionaria, pasaron por su consulta.