Amaya Valdemoro, nadando entre tiburones
La mejor jugadora española de baloncesto de la historia confiesa su adicción a las cuentas de Instagram de escualos
Me estoy reventando la vista”, asegura la comentarista de Movistar+ Amaya Valdemoro (Madrid, 1976). Cree que pasa demasiadas horas enganchada al móvil: “Tengo la mala costumbre de cogerlo cuando no tengo nada que hacer”. Lee las noticias en Twitter y “bichea” mucho en Instagram, especialmente perfiles relacionados con tiburones. “Estoy obsesionada. Es el animal más bestia del planeta”. Por eso, no lo duda: con unas gafas de realidad virtual “nadaría entre tiburones, sin jaula”. Y si pudiera viajar a un mundo de fantasía, exclama: “¡Juego de tronos, baby!”. Las series y pelícu...
Me estoy reventando la vista”, asegura la comentarista de Movistar+ Amaya Valdemoro (Madrid, 1976). Cree que pasa demasiadas horas enganchada al móvil: “Tengo la mala costumbre de cogerlo cuando no tengo nada que hacer”. Lee las noticias en Twitter y “bichea” mucho en Instagram, especialmente perfiles relacionados con tiburones. “Estoy obsesionada. Es el animal más bestia del planeta”. Por eso, no lo duda: con unas gafas de realidad virtual “nadaría entre tiburones, sin jaula”. Y si pudiera viajar a un mundo de fantasía, exclama: “¡Juego de tronos, baby!”. Las series y películas le han acompañado lejos de casa. “Al principio, usaba DVD portátiles, con baterías que duraban dos horas. Ahora todo es más sencillo con el streaming”. De hecho, ha dejado de consumir televisión lineal, “menos el deporte: hay que verlo en directo”.
La tecnología también ha facilitado el contacto con la familia. “Pasé del Messenger a la Blackberry y al iPhone. Sufría cuando se caía Internet. Les recuerdo a mis compis la suerte que tienen con Facetime”. Del futuro tecnológico le horroriza “la pérdida de puestos de trabajo y del valor de las capacidades del ser humano. Que salga una maquinita cuando llamas por teléfono”. Porque asume que paciencia, poca. “Me regalaron un dron y aún no lo he sacado de la caja”.