Inteligencia Artificial, ¿un problema actual?

Más allá del acierto o no de las predicciones de la ciencia ficción, lo interesante es la búsqueda de las preguntas, asegura el responsable de marketing digital de Ekon

Vista de un edificio en Hong KongGetty Images

La ciencia ficción, en cualquiera de sus manifestaciones artísticas, a menudo es considerada un género de pura evasión y, si bien puede resultar cierto en algunos casos, en muchas otras ocasiones, bajo un aspecto de superficial irrealidad, esconden análisis de la realidad contemporánea al autor de mayor calado que otros géneros.

A menudo se preguntan: ¿Cómo podríamos resolver este problema actual? Pero lo hacen llevando al límite la realidad, a veces con una capacidad predictiva asombrosa, como las obras de ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La ciencia ficción, en cualquiera de sus manifestaciones artísticas, a menudo es considerada un género de pura evasión y, si bien puede resultar cierto en algunos casos, en muchas otras ocasiones, bajo un aspecto de superficial irrealidad, esconden análisis de la realidad contemporánea al autor de mayor calado que otros géneros.

A menudo se preguntan: ¿Cómo podríamos resolver este problema actual? Pero lo hacen llevando al límite la realidad, a veces con una capacidad predictiva asombrosa, como las obras de Julio Verne y, a menudo, con notables dosis de pesimismo-realismo, como George Orwell o Aldous Huxley. Pero de la misma forma que El hombre en el castillo de Phillip K. Dick no existiría sin la Segunda Guerra Mundial, muchos de los episodios de Black Mirror , no tendrían sentido hace tan solo 10 años, antes de la aparición de las redes sociales y los smartphones.

En ocasiones, la imaginación es más importante que el análisis

Pero más allá del acierto o no de las predicciones de la ciencia ficción, lo interesante es la búsqueda de las preguntas. Desde pequeños somos educados en una formación derivada de las necesidades industriales de principios de siglo: el profesor define qué preguntas son relevantes y ofrece las respuestas desde el privilegio de su tarima y la pizarra. El niño que realiza preguntas molestas o que atentan al status quo… tiene una cita con el director.

¿Cuál es el objetivo de esta educación? Llanamente: homogeneizar y “mediocrizar” a todos los alumnos. Y además tiene un punto claro de practicidad, ¿alguien se imagina cómo puede ser gestionar una clase llena de pequeños Picassos, Steve Jobs, Einsteins y Dalís? Los niños tienen un talento especial para hacerse preguntas que los adultos nos apresuramos a aplacar cuanto antes ¿qué nos ocurre a los adultos ante las insistentes preguntas de los niños? ¿Quizá nos fastidia que descubran que no tenemos la respuesta a todo? ¿y qué problema hay si no tenemos la respuesta a todo? Si no permitimos hacernos preguntas diferentes, las cosas no cambiarán. Es la clave del método científico.

Si no te gustó el final de Lost, es que no entendiste la serie. No se trataba de encontrar respuestas si no de buscar preguntas.

Lo qué ocurre ahora, con la irrupción de los bots y la inteligencia artificial, que han dejado ya las obras de ciencia ficción para conquistar nuestras oficinas, es que las personas debemos afrontar el mundo de una forma mucho más creativa si queremos evitar que nos sustituyan por una máquina. Debemos ser capaces de hacer cosas que ninguna máquina pueda hacer de forma más rápida y eficiente. Pero con el inconveniente que lo que ahora podemos hacer nosotros mejor, no significa que, en un futuro muy próximo, no sea posible que una máquina nos pueda tomar la delantera.

Todo el mundo se habrá encontrado navegando por la web los famosos CAPTCHA para demostrar es un ser humano a través del reconocimiento de imágenes (o caracteres deformados). Y permíteme que ponga un ejemplo tonto, pero que creo que será muy claro. En la actualidad la mayoría de seres humanos distinguen con un margen de error menor que cualquier software de reconocimiento de imágenes las fotos de madalenas con pepitas de chocolate de las fotos de unos chihuahuas, pero de media tardamos más en hacerlo. En un mundo cada vez más medido por la eficiencia que por la calidad, si alguien tuviera un trabajo que requiriera diferenciar perros de muffins, debería replantearse sus planes de carrera…

Y podemos afrontar la irrupción de los bots situándonos donde queramos entre Elon Musk (CEO de Tesla motors) y Mark Zuckerberg (CEO de Facebook) que discuten los peligros y los beneficios de la inteligencia artificial, pero en mi opinión creo que está bastante claro que:

  • · La Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse, está eliminando puestos de trabajo poco creativos y este cambio no va hacer más que acentuarse cuando las máquinas puedan nuevos trabajos de forma más eficiente que los seres humanos.
  • · La generación de nativos digitales tiene el grave problema de haber sido formada de acuerdo a las necesidades de los inmigrantes digitales: las personas nacidas entre los años 1940 y 1980, que han sido espectadores y actores generalmente privilegiados del proceso de cambio tecnológico, pero que han mantenido las estructuras sociales y educativas de acuerdo a las necesidades industriales.

Así pues, tanto los nativos digitales como los inmigrantes digitales que todavía tenemos que permanecer en el mercado laboral unos cuantos años, no nos queda otra opción que luchar contra esos cimientos de homogenización con los que nos formaron y, como los autores de ciencia ficción, cuestionárnoslo todo, porque sin preguntas, no avanzaremos, no descubriremos la solución creativa si no que resolveremos nuestro día a día siempre de la misma forma. Como les ocurrió a los urbanistas que en 1898 se reunieron para intentar resolver la crisis que provocaban las toneladas de estiércol amontonadas en Nueva York por los 150.000 caballos que transportaban bienes y personas: con sus esquemas mentales homogeneizados no lograron encontrar ninguna solución, cuando 14 años más tarde ya había más coches que caballos en Nueva York y se resolvió el problema.

Hacernos las preguntas clave facilita que encontremos las respuestas adecuadas.

En ocasiones, la imaginación es más importante que el análisis.

Oscar Lechago es Digital Marketing Manager de ekon

Archivado En