Blockchain, clave para la solidaridad

Microdonaciones y colaboración con el llamado 'tercer sector' serán fáciles y transparentes con blockchain, explica Íñigo Molero, coautor del libro 'Blockchain: La revolución industrial de Internet'

Cuando en el año 2009 surgió la tecnología Blockchain –de la mano de Bitcoin- muy poquitos entendieron todo el potencial y la extraordinaria genialidad que se encerraba en un texto firmado por un tal Satoshi Nakamoto. Quizá ni el propio Satoshi que, “simplemente”, se limitó a diseñar la primera funcionalidad concreta basada en Blockchain: un sistema de pagos seguro de persona a persona y completamente al margen de las actuales instituciones financieras.

Transcurridos menos de 10 años, el invento original de Satoshi Nakamoto no sólo perdura sino que se ha extendido de forma global y much...

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Cuando en el año 2009 surgió la tecnología Blockchain –de la mano de Bitcoin- muy poquitos entendieron todo el potencial y la extraordinaria genialidad que se encerraba en un texto firmado por un tal Satoshi Nakamoto. Quizá ni el propio Satoshi que, “simplemente”, se limitó a diseñar la primera funcionalidad concreta basada en Blockchain: un sistema de pagos seguro de persona a persona y completamente al margen de las actuales instituciones financieras.

Transcurridos menos de 10 años, el invento original de Satoshi Nakamoto no sólo perdura sino que se ha extendido de forma global y mucho más allá de sus primeros usos marginales. Sin embargo, ese nuevo escenario tecnológico inaugurado en 2009 vía blockchain -prescindir de entes de confianza que validen nuestros procesos o relaciones-, ha logrado cambiar radicalmente y de forma inimaginable entonces muchas de nuestras percepciones y desde muy distintos ámbitos. Ahora, pocas dudas caben de que nos encontramos ante algo nuevo y revolucionario que podría ser incluso más impactante que lo que ha supuesto internet. De hecho, podría ser “la revolución industrial de internet”. Por eso no resulta extraño que grandes empresas y corporaciones internacionales -y pequeñas start-ups surgidas al amparo de esta tecnología-, inviertan recursos, talento e imaginación para desarrollar nuevos modelos de usos en prácticamente todos los sectores del mercado. Pero no solo hablamos de la empresa privada. Desde las instituciones públicas de distintos países también se está apostando por desarrollar modelos de uso que faciliten la relación con los ciudadanos y optimicen algunos de los procedimientos administrativos actuales.

Esta transversalidad de Blockchain llegará también, antes o después, a ese tercer sector que deambula entre lo público y lo privado y que está formados por asociaciones, fundaciones, plataformas, cooperativas… por organizaciones no gubernamentales (ONG´s) en definitiva, que se caracterizan además por carecer de ánimo de lucro en el desarrollo de sus actividades.

Las microdonaciones con Blockchain en el tercer sector

Una de las propuestas más evidentes e interesantes que se vislumbran en el horizonte -y que de hecho ha sido el primer contacto de estos entes con esta tecnología- son las micro donaciones. Ahora es posible que cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, pueda transferir céntimos de euros de donación, las 24 horas del día, 7 días a la semana. Sólo es necesario un dispositivo adecuado y conexión a internet. Así que a estos entes se les ha abierto la posibilidad cierta de que campañas de difusión y sensibilización, articuladas en las redes sociales, puedan tener un retorno económico destinado a sus fines sociales. Y aquí grandes estructuras asociativas y otras más humildes compiten en igualdad de condiciones porque utilizan una misma herramienta. Aquí son el ingenio y la imaginación de los promotores de la causa, el valor diferencial requerido para lograr difusión y éxito en la iniciativa. Pero esta posibilidad puede ir mucho más allá y no sólo limitarse a las redes sociales. Para aquellas grandes catástrofes humanitarias que concitaran la solidaridad de la comunidad internacional podría abrirse un nuevo escenario protagonizado por la eficacia y la transparencia. De lograr el apoyo de los medios de comunicación, las posibilidades de éxito se vuelven exponenciales. ¿Imaginan campañas organizadas donde estos medios pusieran a disposición de sus lectores o televidentes un código QR permanente para canalizar esas donaciones? En este caso, millones de personas se convierten en donantes potenciales gracias a una tecnología que facilita estos gestos tan altruistas como en ocasiones impulsivos.

Las trazabilidad del dinero con Blockchain en el tercer sector

Pero Blockchain también habilita al donante de las micro donaciones para realizar una trazabilidad cierta de su dinero y comprobar con absoluta seguridad el destino final del mismo. Así que aunque sólo sea por la certeza de que un mal uso podría identificarse y ponerse en evidencia, por cualquier persona y en cualquier momento, blockchain favorecerá las buenas prácticas y la moderación en el uso de los recursos. Esas conductas fraudulentas tan lamentables y que tanto daño hacen al colectivo, podrán tener lugar porque depende de la naturaleza de las personas, solo que ahora se podrá identificar indubitadamente a los responsables y exigir responsabilidades.

En cualquiera de los casos o de los éxitos en las iniciativas sí que parece evidente que Blockchain puede ser una herramienta eficaz para favorecer extraordinariamente la independencia económica de estos entes y fortalecer el concepto de sociedad civil o la involucración ciudadana en esas causas que crean que merezcan la pena.

Blockchain podría manifestarse de muy distintas formas dentro de este tercer sector. Las posibilidades son tantas como otorgan un conocimiento de esta tecnología y la imaginación e iniciativa de los mandos de estas organizaciones, predispuestos a entenderla primero e implementarla después en sus procedimientos. Mucho sentido adquiere esta base de datos distribuida –infalsificable, segura y actualizada- en aquellas asociaciones de afectados que poseen datos íntimos y confidenciales de sus miembros. Datos que en ocasiones tienen además una protección jurídica reforzada. También en aquellas grandes estructuras asociativas de carácter internacional. Si una aplicación correcta de blockchain logra ahorrar horas de trabajo administrativas, estas podrían destinarse a los fines sociales. Blockchain podría propiciar además –como está sucediendo ya en distintas industrias- una cooperación sectorial entre distintos entes en busca de sinergias. Y por qué no, segmentarse también por ámbitos de aplicación como ecología, ayuda a la infancia, víctimas del terrorismo…

Y para finalizar un ejemplo práctico que creo resumen muy bien de qué estamos hablando o qué propone Blockchain: Haití. Tras el devastador terremoto sufrido en el año 2010 miles de organizaciones de ayuda humanitaria llegaron al país. Las donaciones logradas por la comunidad internacional superaron los ¡9.000 millones de dólares! Y poco más… Resulta evidente, con la perspectiva que otorga el tiempo, que todos estos esfuerzos y sentimientos empáticos de muy poco han servido. Por lo menos a los realmente necesitados, destinatarios de toda esa ayuda. Por un lado, las organizaciones privadas desconfiaban de que los gobernantes fueran capaz de administrar los fondos correctamente por la “inestabilidad y corrupción en las instituciones”. Por el otro, se defendía la soberanía del país por encima de la injerencia de organizaciones extranjeras sobre las que no podían ejercer ningún control de sus actividades, fueran las que fueran.

Blockchain logra que partes que no tengan confianza entre ellas puedan llegar a acuerdos sin necesidad de confiar el uno en el otro, porque comparten una misma base de datos descentralizada con las características revolucionarias antes mencionadas. En este supuesto pasado –o en los que lamentablemente veamos en el futuro- hubiera sido esa herramienta extraordinaria para optimizar la canalización y distribución de las ayudas. Maquinaria, pastillas potabilizadoras, dinero, herramientas de construcción, maquinaria pesada, horas de trabajo… todo es susceptible de incorporarse a esta base de datos –creada al efecto- y obtener una trazabilidad cierta de todos los movimientos o transacciones. Cuesta creerlo pero esa es la promesa que nos hace esta tecnología. Ahora sólo debemos confiar en las matemáticas y la criptografía y en que 2+2 son 4. Una vez lo estudias, lo entiendes y logras vencer ciertos prejuicios impuestos… llegas a la conclusión que no puede haber una mejor herramienta que Blockchain.

Íñigo Molero Manglano, Consultor en comunicación es coautor del libro 'Blockchain: La revolución industrial de Internet' publicado por Ediciones Gestión 2000 (Grupo Planeta) y disponible en preventa con Amazon.es

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