El PP se erige como defensor del andalucismo

El presidente Moreno compara al Gobierno de Sánchez con el de Suárez, que se opuso a la autonomía

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (derecha), junto al vicepresidente, Juan Marín (iizquierda), en el Parlamento andaluz.Paco Puentes

El Partido Andalucista celebró su medio siglo de vida en 2015 por todo lo alto. Acordó su propio entierro para que su nombre no fuera utilizado en beneficio de nada ni de nadie. Cinco años después y al calor del 40º aniversario del referéndum del 28 de febrero de 1980, todos los partidos del arco parlamentario andaluz, salvo Vox, tiran de las esquinas de una bandera que siempre fue de todos y se adjetivan como andalucistas. Aunque todas las formaciones tenga su sede central en la misma ciudad: Madrid.
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El Partido Andalucista celebró su medio siglo de vida en 2015 por todo lo alto. Acordó su propio entierro para que su nombre no fuera utilizado en beneficio de nada ni de nadie. Cinco años después y al calor del 40º aniversario del referéndum del 28 de febrero de 1980, todos los partidos del arco parlamentario andaluz, salvo Vox, tiran de las esquinas de una bandera que siempre fue de todos y se adjetivan como andalucistas. Aunque todas las formaciones tenga su sede central en la misma ciudad: Madrid.

Las urnas y los pactos han querido que el primer presidente no socialista de Andalucía, Juan Manuel Moreno (PP), sea quien protagonice por segunda vez este cumpleaños redondo en los actos institucionales previstos para el próximo viernes, Día de Andalucía. Y que el PSOE, que gobernó la comunidad durante casi 37 años, contemple desde la oposición y en sus horas más bajas una celebración en la que siempre reivindicó su papel principal en el proceso autonómico andaluz.

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Hace 40 años, Andalucía quebró el diseño previsto de un Estado autonómico de dos velocidades. Solo País Vasco, Cataluña y Galicia tenían garantizada autonomía plena y por la vía rápida; el resto, por la vía lenta. El 56% del censo electoral andaluz votó a favor de un autogobierno en las mismas condiciones que el de las llamadas comunidades históricas y lo que “podría haber sido una excepción se convirtió en regla” para el resto, como escribió el catedrático de Derecho Constitucional y redactor del primer Estatuto, Javier Pérez Royo.

El centroderecha andaluz que gobierna en Andalucía es el descendiente de esa UCD que pidió la abstención en el 28-F —“¡andaluz, este no es tu referéndum!”—, una pesada herencia de la que el líder del PP andaluz Javier Arenas empezó a desprenderse cuando apoyó la reforma del Estatuto de Autonomía de 2007 y de la que ahora Moreno quiere borrar toda huella.

¿Cómo? Con el agravio comparativo. El presidente andaluz equipara al Gobierno de Pedro Sánchez con el de Adolfo Suárez de 1980. “Volvemos a encontrarnos con una situación parecida. Un Gobierno que no quiere a los andaluces. Es una piedra en el camino”, afirma Moreno.

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El barón del PP ha pedido por carta tres entrevistas a Sánchez, sin respuestas ni fecha para reunirse. “Prefiere ir a visitar a un presidente inhabilitado por los jueces [Quim Torra] y que solo quiere romper el proyecto de España antes que visitar al presidente de la tierra donde viven más españoles”, atrona Moreno cada dos por tres.

La Junta se desliga del PSOE con un nuevo logotipo

Además de las palabras, están los símbolos, a veces más potentes. El Gobierno de coalición que integran PP y Ciudadanos —y que depende del apoyo externo de Vox— ha cambiado el logotipo de la Junta. No se trata de un mero retoque o una actualización, sino de la eliminación de una imagen institucional ligada durante años a la Junta socialista. "Nos quieren borrar", se lamentaba un dirigente del PSOE cuando vio el nuevo emblema.
La otra decisión ha sido la de crear una medalla con el nombre de Manuel Clavero Arévalo, que se entregará por primera vez el próximo viernes. El exministro de la UCD dimitió cuando su partido se opuso al 28-F. Se trata del único referente del centro derecha andaluz de esa época que el PP puede enarbolar. Los socialistas han guardado una respetuosa mudez (en público). Y el silencio es el que se impone ahora en la dirección de los socialistas andaluces ante los acuerdos de Pedro Sánchez con formaciones independentistas como ERC y el debate territorial.

El Gobierno andaluz premia al primer presidente socialista de la Junta por el 28-F

Rafael Escuredo, primer presidente socialista de la Junta de Andalucía, ha sido distinguido con una de las medallas que el Gobierno autónomo concede con motivo del 28 de febrero, Día de Andalucía.

El Gobierno de PP y Ciudadanos premia así al que fuera el artífice principal del referéndum del 28 de febrero de 1980, por el que Andalucía accedió a su autogobierno por la vía rápida, la prevista en el artículo 151 de la Constitución. Escuredo fue el primer presidente electo de la Junta tras las primeras elecciones andaluzas de mayo de 1982, que el PSOE ganó por mayoría absoluta. Un mes más tarde, los socialistas ganarían las elecciones generales.

Escuredo ha recibido la medalla Manuel Clavero Arévalo una distinción nueva creada por el Gobierno de centroderecha en homenaje al ministro de UCD que dimitió por sus diferencias con el Ejecutivo de Adolfo Suárez, contrario al referéndum andaluz. Escuredo también ostenta desde 1985 el título de hijo predilecto de la comunidad.

Como hijos predilectos, el Gobierno regional ha nombrado al periodista y escritor Antonio Burgos, cuya obra Andalucía ¿Tercer mundo? (1971) fue un demoledor retrato de la realidad de Andalucía. También al torero Curro Romero, que ya recibió la medalla de Andalucía en 1993.

El presidente de Andalucía reclama con el mismo énfasis un sistema de financiación —el vigente está obsoleto desde 2014— con 4.000 millones de euros más al año. Un cálculo que la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hizo en su etapa como consejera de la Junta. Moreno también pide el pago de 537 millones atrasados de IVA. Hay más números, pero todo se traduce en copiar una política de confrontación que con tanto éxito ya practicaron antes los Gobiernos socialistas con el PP en La Moncloa.

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