"No puedo operarme, perdería un 70% de mi sueldo"

Antes cobraba 1.100 euros mensuales, ahora apenas 900 Esta funcionaria cree que los trabajadores públicos viven "con miedo"

Madrid -
Pilar Martínez, durante una manifestación contra los recortesSamuel Sánchez

Pilar Martínez (50 años) es celadora en un hospital madrileño, tiene dos hijos, paga una hipoteca desde hace 15 años y recibe un sueldo que se ha visto recortado en 200 euros en cuestión de meses. “Antes cobraba 1.100 euros, ahora apenas llego a los 900. Desde 2010 tengo más problemas”, admite. “Muchas veces no llego a final de mes”. Desde 1997, argumenta, los funcionarios han perdido poder adquisitivo. “Ahora ni voy al cine, ni de vacaciones”, afirma esta trabajadora que lleva 23 años en el mismo puesto.

Sus dos hijos ya no viven en la casa de esta divorciada, pero reconoce que uno de ...

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Pilar Martínez (50 años) es celadora en un hospital madrileño, tiene dos hijos, paga una hipoteca desde hace 15 años y recibe un sueldo que se ha visto recortado en 200 euros en cuestión de meses. “Antes cobraba 1.100 euros, ahora apenas llego a los 900. Desde 2010 tengo más problemas”, admite. “Muchas veces no llego a final de mes”. Desde 1997, argumenta, los funcionarios han perdido poder adquisitivo. “Ahora ni voy al cine, ni de vacaciones”, afirma esta trabajadora que lleva 23 años en el mismo puesto.

Sus dos hijos ya no viven en la casa de esta divorciada, pero reconoce que uno de ellos tiene "muchas dificultades", ya que sus trabajos siempre son esporádicos y "precarios".

Según esta funcionaria, los trabajadores públicos viven “con mucho miedo”. Tanto, que no pueden ni ponerse enfermos: “Necesito operarme de los pies, pero no puedo estar de baja, porque perdería mucho dinero”. Según sus cálculos, dejaría de percibir entre un 60% y un 70%.

“Trabajando en sanidad, es un absurdo”, el nuevo escenario, afirma. “Cuido a enfermos todos los días. ¿Qué pasaría si un día voy con gripe a trabajar?”. Para ella, lo importante, hasta ahora, es mirar si tiene “para comer” y, si puede, dejarle algo de dinero a sus hijos.

Además, reniega de la imagen que tiene la sociedad de los funcionarios: "Somos la cabeza de turco de la sociedad", comenta. "Dicen de nosotros que somos unos vagos que entramos y salimos cuando queremos, pero somos mileuristas como todos. Y eso si llegamos".

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