En estas farmacias se está produciendo una revolución en la prevención del VIH

Un proyecto en Sudáfrica estudia si la venta en establecimientos privados de los medicamentos que previenen el sida puede ayudar a frenar los contagios

Un hombre sostenía una pastilla PrEP, en 2017 en Soweto, Sudáfrica.Daniel Born (The Times/Gallo Images/Getty Images)

Mays Chemist es una farmacia luminosa y bulliciosa en la calle principal de Melville, un barrio de Johanesburgo. Desde julio del año pasado, en ella tiene lugar una pequeña revolución que podría suponer una verdadera diferencia en la prevención del VIH en Sudáfrica.

Con el apoyo de farmacéuticos y de una enfermera de la farmacia, 210 personas han empezado a recibir la PrEP (abreviatura de profilaxis previa a la exposición), una medicación que puede proteger a una persona de contraer el VIH. La PrEP está disponible en Sudáfrica desde 2016, y más de un millón de personas ya han empezado a tomarla para protegerse de la infección por VIH.

Entonces, ¿por qué son tan importantes los nuevos clientes que reciben su medicación en esta farmacia? Porque participan en un proyecto que estudia si el permitir que las personas obtengan estos medicamentos en centros sanitarios que forman parte de su rutina diaria —como farmacias cercanas al lugar donde trabajan, estudian o compran— puede funcionar. Ahora hay que acudir a una clínica u hospital público para obtener la PrEP. De momento, el proyecto está teniendo éxito: más de 1.200 personas en 10 farmacias han empezado a tomar esta medicación preventiva.

Alrededor de 90.000 mujeres y 50.000 hombres se contagiaron de VIH en Sudáfrica el año pasado, además de los 7,8 millones de personas que ya lo tienen

El medicamento está incluido en la Lista 4 de la Ley de Medicamentos y Sustancias Relacionadas, por lo que una farmacia privada solo puede dispensarlo a alguien que tenga una receta de un médico o de una enfermera con autorización especial que trabaje en una clínica u hospital público.

Creemos que permitir también que los farmacéuticos y enfermeros que trabajan en centros privados receten la PrEP y otros medicamentos contra el VIH es más que una necesidad médica urgente: es un derecho humano.

Dar a elegir

Alrededor de 90.000 mujeres y 50.000 hombres se contagiaron de VIH en Sudáfrica el año pasado, además de los 7,8 millones de personas que ya lo tienen. Tenemos que prevenir las nuevas infecciones con todas las herramientas a nuestro alcance, y para ello debemos facilitar al máximo el acceso a los medicamentos contra el virus. Es más, tenemos que dar a la gente la posibilidad de elegir cómo quieren tomar su medicación.

Hasta ahora, la PrEP solo estaba disponible en forma de píldora diaria. Contiene los dos antirretrovirales emtricitabina y tenofovir. Funciona tan bien que reduce casi a cero las probabilidades de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales, pero para conseguir ese nivel de protección hay que tomarla diligentemente todos los días. Sin embargo, en diciembre, una forma inyectable del fármaco cabotegravir, denominada CAB-LA, fue aprobada como PrEP en Sudáfrica. Las dos primeras inyecciones se administran con un intervalo de cuatro semanas y luego una cada dos meses, lo que hace que su uso sea más cómodo porque no hay que acordarse de tomar una pastilla cada día. Los estudios han demostrado que la inyección elimina prácticamente la posibilidad de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales.

Nuestro proyecto también ofrece CAB-LA en un estudio secundario que se lleva a cabo en algunos centros de Gauteng (la provincia donde está Johanesburgo). Queremos ver si la gente prefiere tomar el comprimido diario o ponerse la inyección bimensual, y también queremos saber qué piensa de esta y hasta qué punto sería una opción práctica de PrEP para los sudafricanos en la vida real.

Permitir que los farmacéuticos receten los medicamentos preventivos del sida es más que una necesidad médica urgente: es un derecho humano

Desde que comenzamos el estudio en marzo, 143 de las 200 personas inscritas eligieron CAB-LA en lugar de la píldora diaria, y 108 volvieron para su primera inyección de seguimiento un mes después. En las entrevistas en profundidad, las personas nos dijeron que preferían la forma inyectable de acción prolongada porque les resulta cómoda y fácil, y más atractiva que tener que tragar una píldora grande. Además, saben que están protegidos contra la infección.

Pero la píldora preventiva sigue siendo útil para las personas que tienen miedo a las agujas y las que están acostumbradas a tomar pastillas todos los días.

La importancia de las farmacias privadas

Los participantes nos dijeron que les gustan las farmacias privadas porque están convenientemente situadas en centros comerciales y cerca de paradas de taxi muy concurridas, abren los fines de semana y el servicio es rápido y eficaz. Además, confían en la profesionalidad del personal y en la confidencialidad de su relación, y se enfrentan a un menor escrutinio por parte de otros clientes.

En nuestro proyecto, las personas que quieren empezar a tomar la PrEP hablan con un farmacéutico, que a su vez las deriva a una enfermera de la farmacia para que las asesore sobre temas como los anticonceptivos y la reducción del riesgo de contraer el VIH, y para que les haga pruebas del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, hepatitis B y función renal. Una vez hecho todo esto, los pacientes mantienen una conversación telefónica con un médico, que después les receta los medicamentos.

Si los farmacéuticos y las enfermeras de las farmacias pudieran expedir las recetas, el proceso podría ser más barato y rápido. Aunque se trata de un cambio respecto a la forma actual de hacer las cosas, no es radical.

En Sudáfrica, los farmacéuticos ya forman parte del proceso de inicio del tratamiento de una enfermedad, aconsejan sobre el uso de los medicamentos, comprueban el cumplimiento de la terapia y hacen un seguimiento de los pacientes para asegurarse de que saben qué hacer si se olvidan de tomar una dosis o en caso de posibles efectos secundarios. También dispensan anticonceptivos de urgencia sin receta.

Si los farmacéuticos y las enfermeras de las farmacias pudieran expedir las recetas, el proceso podría ser más barato y rápido. Aunque se trata de un cambio respecto a la forma actual de hacer las cosas, no es radical

El Consejo Sudafricano de Farmacia, que es el organismo regulador al que pertenecen los farmacéuticos, respalda el curso de Gestión de la Terapia Antirretroviral Iniciada en Farmacia (Pimart, por sus siglas en inglés). Este programa, que forma parte de la práctica farmacéutica desde agosto de 2021, capacita a farmacéuticos y enfermeros internos para prescribir antirretrovirales, medicamentos de prevención del VIH y tratamiento de la tuberculosis [ya que permitiría, una vez completado, obtener un permiso especial para dispensar medicamentos de la Lista 4].

Pero el curso se ha suspendido de momento, después de que la Fundación de la Asociación de Médicos Independientes, una red de médicos de cabecera y dentistas, llevara al Consejo de Farmacia a los tribunales para impedir que se impartiera. Aunque el Tribunal Superior del Norte de Gauteng, en Pretoria, falló a favor del Consejo en agosto del año pasado, se permitió a la red de médicos y dentistas recurrir y aún no se ha fijado fecha para el juicio.

Dara Vucevic, farmacéutica de Mays, completó la formación Pimart, pero como el programa se ha paralizado, no ha recibido el certificado y, por tanto, no puede incorporar las tareas a su trabajo diario. Con sus cuatro años de licenciatura en Farmacia, 28 años de experiencia y este curso extra en su haber, entiende lo que necesitan los clientes y puede poner en práctica esos conocimientos y habilidades a la hora de recetar medicamentos para la prevención del VIH. Y como es capaz de entablar una relación con los clientes, puede guiarles a la hora de iniciar un nuevo tratamiento. Pueden pasar y hacer preguntas, lo que a menudo no es posible en clínicas muy concurridas, y sabe inmediatamente si no se presentan para recoger su receta.

Excluir a las cerca de 3.600 farmacias privadas de Sudáfrica de la prestación de servicios de prevención del VIH será una oportunidad perdida de frenar las nuevas infecciones en el país.

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