Maah Keita, música senegalesa: “El estilo que hacemos es más fácil ‘venderlo’ en Europa que aquí”
Esta bajista, activista por los derechos de las personas albinas y modelo, explora los escenarios europeos con su grupo Lady Maah Keita, que fusiona jazz con ritmos tradicionales de África Occidental
Frágil solidez, podría ser un oxímoron, pero no lo es cuando uno conoce a Maah Khoudia Keita (Dakar, 37 años), una música de belleza delicada, con dedos de alambre, tan firmes como para percutir las cuerdas de un bajo. Ella destaca entre la multitud por su albinismo y su frescura, pero, además, es una instrumentista a la que se le adivina la dedicación a su arte en la funda del bajo siempre al hombro. En 2021, tras años de tocar con sus hermanos en el conocido grupo Takeifa, publicó Boul Door, su primer sencillo como solista, en el que habla de la violencia contra las mujeres.
Siempre trata de aprender algo nuevo, porque ha tocado pop en los últimos 10 años y reconoce que “eso no requiere el mismo conocimiento que el jazz”, el estilo que hoy abraza. “Al observar a otros músicos, comprendí que tenía que trabajar más duro si me interesaban estilos más complejos y eso me llevó a formarme”, cuenta a EL PAÍS, en Dakar.
En esta entrevista, se refiere a las agresiones que sufrió mientras estudiaba inglés en la universidad y a las discriminaciones a las que se enfrentan las personas con albinismo en algunos países de África. También trabaja como modelo, instalando su "piel de luna" en las pasarelas de Dakar.
Pregunta. ¿Cómo empezó toda esta aventura en la música? Los chicos suelen ser los eternos dueños de los instrumentos en una banda y dejan la parte vocal a la integrante femenina.
Respuesta. Mis hermanos ya habían elegido otros instrumentos. Fue mi padre quien me propuso y me insistió para que hiciera música, y solo quedaba el bajo disponible. Sabía que era un reto para una chica. Yo, como todas las hermanas pequeñas, quería hacerlo como ellos.
P. ¿Qué tipo de música hacían?
R. En Takeifa tocábamos un pop muy africanizado, con percusión de aquí. Después de una década con ellos, a mis 30, quise evolucionar, ver de qué era capaz, qué podía producir por mi cuenta. Cuando salí, conocí a otros músicos que me introdujeron en el jazz.
P. Después de la universidad, ¿se dedicó casi exclusivamente a la música?
R. Sí. Ahora estoy en un proyecto de álbum, para el que ya tengo seis canciones y con el que hice una gira por siete ciudades alemanas, en 2023. Trabajo con mi baterista, una violinista alemana y una corista. Con mi grupo, Lady Maah Keita, hacemos fusión de jazz con música de nuestra tierra. Como soy una Keita, la música de mis orígenes es muy mandinga.
P. ¿Cuáles son sus referentes?
R. Habib Paye, un bajista de Senegal, que es nuestro símbolo. Supo aportar su toque particular, sin dejar de estar en sintonía con su época.
P. En el más reciente festival de jazz de Saint Louis, el artista Alune Wade la invitó para hablar sobre Aminata Fall, una mujer emblemática en la música senegalesa
R. Me invitó para rendirle homenaje, pero, sobre todo, para hablar del lugar que pueden ocupar las mujeres como instrumentistas y en la evolución del jazz en Senegal. Es un estilo que fomenta la improvisación y deja espacio para conocer mejor tu instrumento.
P. Ahora que sus hermanos viven en el extranjero, ¿usted quiere quedarse en Senegal?
R. Por ahora, no pienso en irme. Pero no prometo nada, porque el estilo de música que hacemos es más fácil ‘venderlo’ en Europa que aquí. Si hubiera el consumo necesario de ese tipo de música, en Senegal, creo que muchos artistas se habrían quedado en su país.
P. Usted ha denunciado la discriminación que sufrían las mujeres albinas en la vida pública. Pero en plena carrera solista, decidió dar a conocer la violencia de género que sufrió en carne propia. ¿Por qué?
R. Lo que yo viví en la universidad fue más bien acoso sexual. Había alguien que me seguía: durante dos meses me persiguió constantemente. Y pronto supe que aquello tenía que ver con ciertas creencias que hay en algunos pueblos de África sobre el albinismo; por ejemplo, aquello de que, si mantienes relaciones íntimas con mujeres con albinismo, vas a tener suerte con el dinero o te curarás de enfermedades. Este individuo que me perseguía creía en cosas de este tipo y se comportaba como en una película de psicópatas. Antes de que gente de otros países hablara de estas creencias, yo nunca había oído hablar de ellas.
Hay ciertas creencias que hay en algunos pueblos de África sobre el albinismo; por ejemplo que si mantienes relaciones íntimas con mujeres albinas vas a tener suerte con el dinero o te curarás de enfermedades
P. ¿En qué situaciones pone el foco su activismo por las personas con albinismo?
R. Trabajamos por la salud de la piel, desde una asociación que se llama Care albinos, de la que soy cofundadora. Nuestro objetivo es prevenir el cáncer de piel, hacer sensibilización y facilitar cuestiones prácticas como la distribución de cremas solares. Porque, aquí, el acceso de las personas albinas a las cremas solares es bastante limitado: resultan muy caras para la población, y no hay subvenciones públicas.
P. ¿Las personas albinas sufren una discriminación cotidiana?
R. Hay familias, por ejemplo, que no envían al hijo albino a la escuela, lo mandan a la calle a mendigar. Y cuando un albino tiene la suerte de ir al colegio, no se integra enseguida con sus compañeros y tampoco es que su profesor le preste la atención que debería. En algunas escuelas piensan que los albinos son más lentos, porque, como no ven bien, necesitan una atención especial y una paciencia que algunos profesores no tienen.
Aquí el acceso de las personas albinas a las cremas solares es bastante limitado: resultan muy caras para la población, y no hay subvenciones públicas
P. ¿Sufrió usted en el colegio?
R. No. Al contrario, tuve suerte y buenos compañeros, que incluso me prestaban sus cuadernos para que copiara lo que no veía en la pizarra. Eso sí: casi no iba al recreo porque estaba demasiado ocupada copiando, pero así recuperaba las clases.
P. ¿Su carrera de modelo tiene que ver con defender la visibilización de los albinos?
R. Tenía ganas de hacerlo. Me metí en una agencia de modelos durante tres años e hice desfiles para la Dakar Fashion Week. Efectivamente, al principio no fue fácil, porque solo convocaban a modelos de piel negra. Luego quisieron abarcar otros tipos (o colores) de piel y pude entrar a ese mundo.