La “Economía del Amor”, el arma secreta de miles de campesinos egipcios contra la crisis climática
Naglaa Ahmed dirige una exitosa iniciativa de agricultura biodinámica creada en este país hace 30 años para transformar la manera de cultivar la tierra y evitar el abandono del campo. Su organización ha sido coganadora este mes en Lisboa del premio Gulbenkian de la Humanidad dotado con un millón de dólares
Naglaa Ahmed lleva 13 años recorriendo su país explicando a pequeños agricultores egipcios las ventajas de transformar su relación con la tierra y su manera de cultivar para adoptar métodos más sostenibles que les permitan permanecer en sus campos, muy castigados por la crisis climática, aumentar sus ganancias y enriquecer el ecosistema. ¿Cómo se convence a una persona de cambiar totalmente su forma de trabajar, la única que conoce y que lleva aplicando décadas? Yendo a su encuentro y “ofreciendo soluciones” para sus problemas, zanja esta madre de familia de 45 años en una entrevista con este diario. “¿Ves estas arrugas en mi rostro? Estoy orgullosa de ellas. Paso mucho tiempo al sol, en los campos, hablando con los productores”, agrega.
El mensaje que Ahmed, directora ejecutiva de proyectos en la Asociación biodinámica (EBDA), lleva a los campesinos se llama “Economía del Amor”, una expresión que puede sonar algo mística, pero que esconde una certificación clara para promover cadenas de suministro sostenibles, éticas y transparentes. El incentivo adicional para estos agricultores, además de tornar sus tierras más productivas, es obtener créditos de carbono por sus buenas prácticas, que venderán para poder reinvertir y mejorar la calidad de vida de las comunidades.
EBDA, una organización creada en 1994, es el programa más importante del conglomerado egipcio de ONG y empresas llamado SEKEM, fundada hace 50 años en una zona desértica del país con el sueño de impulsar el desarrollo sostenible. Ambas iniciativas recibieron a mediados de julio en Lisboa el premio de la Humanidad que otorga anualmente la Fundación Calouste Gulbenkian, por su lucha por defender la agricultura y fortalecer los sistemas alimenticios de manera innovadora frente a los desafíos climáticos. El millón de dólares del galardón se lo repartirán a partes iguales con el edafólogo Rattan Lal y el proyecto de agroecología indio Andhra Pradesh Community Managed Natural Farming (APCNF).
“El cambio climático afecta a todo Egipto y si no hay una solución, tal vez no los agricultores del momento presente, pero probablemente sus hijos deberán abandonar las tierras”, insiste Ahmed, que viajó a Portugal para recoger el premio. Hasta ahora, EBDA ha apoyado a 10.000 pequeños agricultores egipcios. La iniciativa y los buenos resultados corren ya de boca en boca y el objetivo es llegar a 40.000 campesinos en 2025.
Pregunta. ¿Cómo se convence a un agricultor de empezar de cero en su propia tierra?
Respuesta. Primero, yendo a su encuentro, hablando con ellos, mostrando que conocemos sus problemas y explicando de manera sencilla qué es la agricultura biodinámica y por qué es necesario un cambio. Además, yo ofrezco soluciones para mejorar su día a día. En este momento, recibimos ya más solicitudes de productores para iniciar la transición de las que habríamos imaginado.
P. Si estos agricultores no cambian su forma de trabajar, ¿están condenados a irse porque la crisis climática los dejará sin beneficios?
R. El cambio climático afecta a todo Egipto y si no hay una solución, tal vez no los agricultores del momento presente, pero probablemente sus hijos deberán abandonar las tierras, sobre todo por la falta de agua.
P. ¿En qué consiste exactamente la Economía del Amor?
R. Es una visión holística de nuestro trabajo y de nuestro futuro, que incluye cuatro dimensiones: sociedad, economía, medioambiente y cultura. La Economía del Amor es una certificación que reciben productos sostenibles, éticos y transparentes en toda la cadena de suministro. Es un sistema basado en el respeto a la naturaleza, a los productores y a los consumidores.
P. ¿Cómo se obtiene esa certificación?
R. Con la adopción de prácticas biodinámicas, es decir, plantando árboles, usando energías renovables o dejando de lado los productos químicos, entre otros. Y con formación, para saber qué métodos adoptar, cómo usar las técnicas y por qué. Y otra dimensión es el impacto en la sociedad, porque no nos dirigimos solo a los campesinos, sino que valoramos que sus empleados reciban un salario justo o que se ofrezca trabajo remunerado a las mujeres, por ejemplo. Es decir, que el agricultor sea una especie de factor multiplicador de los beneficios.
Es una agricultura conectada con la sociedad, con el medioambiente y con el entorno, para obtener alimentos saludables y naturales y ofrece, además, más productividad y beneficios
P. ¿Cuáles son los pilares de esta agricultura biodinámica?
R. Es realmente un sistema sencillo, que se aplica ya en numerosos países. Significa poner en el centro de todo al organismo vivo que late dentro del suelo, favorecer la biodiversidad, dejar de lado los pesticidas, las semillas transgénicas y todos los productos químicos que se han acumulado dentro del suelo. Es una agricultura conectada con la sociedad, con el medioambiente y con el entorno, para obtener alimentos saludables y naturales y ofrece, además, más productividad y beneficios. En Egipto los pequeños agricultores que la han adoptado están felices.
P. ¿Cuánto tiempo se tarda en limpiar la tierra?
R. Oficialmente, en el papel, un año, pero suelen ser más. Dos, tres... Depende de muchas cosas. El suelo no solo está contaminado por las prácticas tradicionales de los agricultores, sino por el aire o el agua. Además, lo más importante no es la conversión del suelo, sino la transformación de la mentalidad de los agricultores.
P. ¿Cómo se eligen las tierras?
R. No seleccionamos lugares, seleccionamos personas que tienen el deseo y la intención de trabajar y comprometerse con esta transición, que requiere paciencia.
P. Otro de los grandes incentivos para esta transición son los créditos de carbono. ¿Cómo funcionan?
R. Aunque el objetivo principal sea cambiar las prácticas agrícolas, estos créditos, logrados por ejemplo con proyectos de forestación, producción de compost, secuestro de carbono del suelo o uso de energías renovables, son claramente un incentivo. Al certificarlos y venderlos, estos créditos se transforman en dinero que pueden invertir en su familia o en otros proyectos de desarrollo sostenible. Es un beneficio adicional que la agricultura tradicional no da. Ahora hemos certificado un primer grupo de 2.000 agricultores. El proceso se hace por grupos, porque es complejo. Uno de los campesinos beneficiados, de una zona montañosa del Alto Egipto, en el sur, ha abierto ya un pequeño comercio de insumos orgánicos, para expandir esta forma de cultivar en su zona. Y estamos recibiendo solicitudes, sobre todo de asociaciones de mujeres de la región, que quieren adoptar la agricultura biodinámica. Este hombre es claramente un multiplicador.
Al certificarlos y venderlos, estos créditos se transforman en dinero que pueden invertir en su familia o en otros proyectos de desarrollo sostenible. Es un beneficio adicional que la agricultura tradicional no da
P. ¿Las mujeres son parte esencial de esta nueva cadena productiva?
R. Egipto es un país agrícola, las mujeres son indispensables en esta cadena y la “Economía del Amor” les ofrece más oportunidades de trabajo. Cuidan de la tierra, de las semillas que se van a plantar, de los animales que van a aportar el fertilizante natural... Además, son más pacientes que los hombres y en la agricultura biodinámica, sobre todo al principio, hace falta un poco de paciencia.
P. ¿En qué usará EBDA este premio?
R. Este reconocimiento es esencial, primero por el prestigio y por la visibilidad que nos da. Además, estamos queriendo llegar a 40.000 agricultores y eso necesita financiación, sobre todo para formación, y expandir este proyecto en otros países.
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