Cremas y tintes ‘made in Africa’ para combatir el racismo en la industria cosmética

Muchas africanas se sienten discriminadas y perjudicadas por productos de belleza pensados para mujeres blancas o que son dañinos para la piel o el cabello de las mujeres negras. En Kenia, las marcas locales, más adaptadas y asequibles, ganan terreno

Una joven de piel negra se maquilla.Jay Yuno (Getty Images)

A finales de 2022, Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos entre 2009 y 2017, reconoció que cuando su esposo se convirtió en el primer presidente negro del país ella decidió aparecer en público con el cabello liso porque consideró que el pueblo estadounidense “no estaba listo” para sus rizos naturales. Lo dijo en un elegante teatro de Washington, en el que apareció con su melena naturalmente ondulada.

Millones de mujeres africanas han sentido y sienten esa misma presión de unos cánones que han intentado durante años modificar su belleza y no potenciarla. Basta ver la oferta de alisadores de cabello, productos para blanquear la piel, maquillajes especiales para aclarar el tono y tintes de cabello especiales.

Michelle Obama, durante la presentación de su nuevo libro, el pasado 15 de noviembre, el acto en el que explicó por qué se alisaba el pelo cuando su esposo, Barack Obama, llegó a la Casa Blanca.Jose Luis Magana (AP)

Pero en países africanos como Kenia, cobra fuerza un activismo que pide respeto hacia el consumidor africano y ensalza la belleza natural frente a la clásica tendencia de blanquear la piel o alisar el cabello. Así, en los últimos años han surgido productos de calidad fabricados localmente, asequibles para la mayoría de bolsillos y sin ingredientes peligrosos para la salud.

Michelle Obama reconoció que cuando su esposo se convirtió en el primer presidente negro del país ella decidió aparecer en público con el cabello liso porque consideró que el pueblo estadounidense “no estaba listo” para sus rizos naturales

Suzie Wokabi presume de dirigir la primera marca de cosméticos creada por una africana para las mujeres africanas. Esta empresaria vivió en Estados Unidos durante 10 años y al volver a Kenia en 2007 vivió la “frustración” de tener que comprar productos importados a un precio carísimo. Este fue el punto de partida de SuzieBeauty. La firma, que se expande ya en otros países de la región, se tornó famosa a escala internacional en 2014, cuando la actriz ganadora de un Óscar Lupita Nyong’o publicó en Instagram que había utilizado un pintalabios de la marca en una entrevista con Queen Latifah.

Hacer que las africanas se sientan orgullosas de sus raíces “de la cabeza a los pies” y se cuiden con productos seguros y de calidad fue también lo que motivó a la doctora keniana Gasheri Thuku a crear en 2015 Sheth Naturals. “Creemos que las necesidades y demandas de belleza de la población africana pueden satisfacerse con productos locales que tengan un atractivo mundial”, explica firma en su página en internet. Como símbolo de este compromiso su primera línea de productos se llamó Mizizi, que en suajili quiere decir “raíces”.

El mismo espíritu ha movido a Lheritier, un grupo de empresas dedicadas al bienestar y basadas en Kenia, que fabrican maquillaje gracias a productores de la región. La marca fue creada en 2016 por Francisca Ochieng, que, tras vivir más de 25 años en Estados Unidos, volvió a Kenia y vio, igual que Wokabi, que tenía que comprar todos sus cosméticos en el extranjero.

Pero ir contracorriente no ha sido fácil. Ochieng considera que su país tiene grandes oportunidades de negocio, pero enumera las trabas, los altos impuestos a la importación y el recelo ante los productos locales que se respira aún en Kenia y pide al gobierno que proteja a los pequeños comerciantes que están empezando. “El apoyo no consiste en recibir dinero público sino en que las autoridades conozcan de primera mano estas iniciativas puestas en marcha por y para los kenianos. Una visita contribuiría por ejemplo a dar credibilidad a nuestros productos”, sugiere.

Dañinos, denigrantes y de peor calidad

En los últimos años ha habido estudios que han demostrado que ciertos productos de belleza especialmente destinados a las personas negras tienen más componentes peligrosos para la salud. Un informe realizado en 2016 por el grupo activista estadounidense Environmental Working Group (EWC), tras el análisis de los ingredientes de 1.177 productos de belleza e higiene personal dirigidos especialmente a mujeres negras, concluyó que aproximadamente uno de cada 12 era muy peligroso, sobre todo los alisadores, los tintes y los decolorantes de cabello.

En países africanos como Kenia, cobra fuerza un activismo que pide calidad y respeto hacia el consumidor africano y ensalza la belleza natural frente a la tendencia de blanquear la piel o alisar el cabello

El EWC concluyó que menos de un cuarto de los productos especialmente dirigidos a mujeres negras estaban en el grupo de productos menos dañinos potencialmente. En los productos destinados al público en general, este porcentaje aumentaba hasta el 40%.

En 2019, un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) vinculó los químicos usados en los tintes de cabello con un aumento del riesgo de cáncer de mama y concluyó que este riesgo era seis veces superior en el caso de las mujeres negras. Los investigadores constataron que tintes especialmente destinados a las mujeres africanas contienen más disruptores endocrinos, potencialmente asociados a un aumento de este tipo de cáncer.

En Kenia, se venden hasta hoy productos con ingredientes para aclarar el cutis pese a los efectos nocivos para la salud. Desde hace más de una década, la agencia gubernamental Oficina de Normas de Kenia (KEBS, por sus siglas en inglés) incluyó en su página web oficial una lista de cosméticos que contenían hidroquinona, peróxido de hidrógeno y otros ingredientes dañinos. No estaban registrados como medicamentos por lo que estaban prohibidos en el país, a menos de que fueran recetados por un médico. En 2022, la KEBS volvió a emitir una alerta sobre los productos de belleza nocivos y prohibidos que entraban en el país a través de sus porosas fronteras.

El racismo en la industria cosmética se traduce también en publicidad denigrante y en productos de menos calidad. En 2020 por ejemplo, la multinacional británica Unilever tuvo que pedir disculpas por un anuncio publicitario de la marca TRESemmé que causó gran indignación en Sudáfrica ya que definía el cabello negro africano como “encrespado y sin brillo”, mientras que el de una mujer blanca se calificaba de “normal”.

En Kenia en 2019, un tuit de la activista Scheaffer Okore con la etiqueta #MyAlwaysExperience animó a centenares de mujeres del continente africano a compartir sus experiencias negativas con la marca de compresas Always. Okore hizo un llamamiento al boicot y acusó al fabricante, la multinacional estadounidense Procter & Gamble de suministrar al mercado africano productos de menor calidad.

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