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Un equipo de arqueólogos de España en la frontera entre Etiopía y Somalilandia

Siguiendo las huellas del militar británico T. Curle, tratan de extraer conclusiones que permitan entender el fracaso de muchos de los estados contemporáneos de la región

Un arqueólogo del Incipit recoge algunas muestras de materiales en una de las calles del poblado etíope de AwBarre, bajo la atenta mirada de algunos niños del barrio.ALVARO MINGUITO
Una mujer prepara injeras para el desayuno en el pueblo de Gocti, cercano a la frontera con Somalilandia, donde no hay suministro eléctrico ni agua corriente. La injera forma parte de la dieta diaria etíope y es un pan plano hecho a base de teff, un cereal común en este país africano.ALVARO MINGUITO
El viaje hacia la ciudad etíope de Jigjiga, en la frontera con Somalilandia, desde Adis Abeba, la capital del país, lleva dos días por carretera, en los que se atraviesa la frontera entre Oromía y el Ogaden, dos regiones del país tradicionalmente enfrentadas.
El equipo de arqueólogos del proyecto Statehorn prepara una de sus salidas de prospección en el pueblo etíope de AwBarre, en la frontera con Somalilandia.ALVARO MINGUITO
Un grupo de dromedarios se revuelca en el suelo, a pocos metros del yacimiento etíope de AwBoba, pastoreados por los nómadas que habitan el lugar.ALVARO MINGUITO
Una mujer pasa junto al equipo de arqueólogos, durante un descanso en el poblado de AwBarre, en Etiopía.ALVARO MINGUITO
El equipo arqueológico documenta una pared que podría ser de la antigua ciudad medieval de AwBarre, en un pozo destinado a ser fosa séptica de una de las viviendas del actual pueblo etíope.ALVARO MINGUITO
Worku Derara, profesor de arqueología en la Universidad de Adis Abeba, sostiene para la foto uno de los materiales encontrados durante la expedición, que formó en su día parte de un brazalete.
Carolina Cornax Gómez, una de las arqueólogas españolas del equipo, observa el paisaje durante los trayectos de la expedición.ALVARO MINGUITO
Durante las prospecciones en Garbagiri, un lugar con mezquita y un cementerio musulmán, el equipo de arqueólogos coincide con un grupo de nómadas que preparan una boda. En la fotografía, una de las mujeres de la familia sonríe a la cámara.
El equipo de arqueólogos durante sus prospecciones en Etiopía.ALVARO MINGUITO
Un campo de refugiados a las afueras de la ciudad etíope de Jigjiga.
El arqueólogo español Jorge de Torres muestra a un experto local una de las piezas encontradas durante los primeros días de prospección. Se trata de un pedazo de brazalete de vidrio, probablemente originario de Yemen y que llegó a la zona gracias a las rutas comerciales del Mar Rojo.
Dos arqueólogos españoles trabajan en un hotel de Jigjiga con los materiales recogidos en la prospección, antes de depositarlos en la universidad de esta ciudad etíope.ALVARO MINGUITO
Un de los pobladores nómadas de la zona del yacimiento de Ayanle, en Etiopía, muestra al equipo sus habilidades con la honda, que normalmente se usa para cazar pequeños animales como pájaros y espantarlos de los campos de cultivo.ALVARO MINGUITO
Los arqueólogos caminan tras visitar un túmulo cercano a Ayanle, en busca de un posible yacimiento medieval.ALVARO MINGUITO