Los espacios verdes urbanos promueven una ciudadanía más sostenible, conectada e igualitaria
Las políticas medioambientales tienen que garantizar el derecho a un entorno urbano más resiliente que fomente su desarrollo tanto personal como económico
Nota a los lectores: EL PAÍS ofrece en abierto todo el contenido de la sección Planeta Futuro por su aportación informativa diaria y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.
La inequidad social que se experimenta en las ciudades es uno de los retos a resolver desde las agendas urbanas, pero también a nivel nacional e internacional. Las Naciones Unidas mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), abarca este asunto a través de proyectos e iniciativas que muchas administraciones locales asumen.
Más del 50% de la población mundial vive en ciudades. Muchas de ellas se encuentran en áreas afectadas por diferentes riesgos debidos al cambio climático. Este aspecto se debe tener muy en cuenta para minimizar más si cabe los riesgos de desigualdad, especialmente en relación con las mejoras y oportunidades socioeconómicas de sus habitantes.
Tanto en ecología como en economía es fundamental acabar con la inequidad. El informe de riesgos globales elaborado por el Foro Económico Mundial en 2020 vuelve a subrayar que los riesgos económicos siguen estando ligados al medioambiente. El caso de Madrid es paradigmático, ya que desde su Ayuntamiento se han esforzado en recoger los ODS en su gestión. Esta iniciativa se suma a políticas medioambientales previas relacionadas con las infraestructuras verdes.
Hay un aspecto fundamental que estas políticas deben atender: garantizar a los ciudadanos el derecho a un entorno urbano más resiliente que fomente su desarrollo tanto personal como económico.
Puede apreciarse un esfuerzo en este sentido en los procesos de recuperación ambiental y urbana iniciados desde Madrid Río hasta el parque Lineal del Manzanares. Aunque criticados, han servido para dar una nueva movilidad a los distritos sur que circunvalan la almendra central madrileña. Se han recuperado la fauna y flora locales del río Manzanares, y, en el caso del parque Lineal, también parte del cauce.
Este proyecto medioambiental ha favorecido la mejora de la calidad de vida de los vecinos, especialmente en Usera y Villaverde, dos distritos del eje sureste madrileño caracterizados por unas rentas bajas.
Existen diversas iniciativas ciudadanas trabajando en propuestas de infraestructuras verdes para minimizar problemas sociales relacionados con la violencia, delincuencia, movilidad, regeneración urbana y mejoras socioeconómicas de los vecinos
Los habitantes de estas dos zonas también han puesto en marcha iniciativas para mejorar sus condiciones, que pueden consultarse en la página web de las Asociaciones Vecinales de la Federación Regional de Madrid. Destaca el compromiso de los vecinos para contribuir a revitalizar el barrio gracias a la infraestructura verde. En esta voluntad de desarrollo social y medioambiental, las zonas verdes representan una oportunidad para mejorar la movilidad, seguridad e igualdad de los ciudadanos.
Estas infraestructuras son fundamentales para optimizar la gobernanza y la cohesión social y para incentivar la innovación a escala urbana; especialmente importantes para los ciudadanos de los barrios con rentas más bajas. Las demandas sociales se centran en reorganizar la trama urbana y edificatoria de los barrios interiores de los distritos, uniéndolos con el parque Lineal y la renaturalización del río Manzanares. Esta demanda supone una oportunidad para implantar un espacio verde en forma de corredor desde los barrios interiores hasta el parque Lineal.
Mejora de problemas sociales
En la actualidad existen diversas iniciativas ciudadanas trabajando en propuestas de infraestructuras verdes para minimizar problemas sociales relacionados con la violencia, delincuencia, movilidad, regeneración urbana y mejoras socioeconómicas de los vecinos.
Estas propuestas reflejan el alto impacto positivo que tienen estos espacios no solo para mejorar factores climáticos de confort urbano, sino también para aumentar el desarrollo económico y la vida social donde se implantan. A su vez, los corredores verdes entrelazan el tejido urbano con rentas más bajas, mejorando la movilidad y la conectividad.
Desde las distintas asociaciones e iniciativas ciudadanas se intenta convencer a todos los agentes de interés de los distritos de los beneficios sustanciales que supondrían estas infraestructuras para la sociedad: impulsarían una mayor igualdad y desarrollo económico, dos principios fundamentales recogidos en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En los casos de los barrios y distritos con una mayor desestructuración social, estos factores resultan fundamentales para lograr una convivencia segura entre sus ciudadanos. Fomentan una mayor interacción social, vida en comunidad, educación y comercio local, que contribuyen a minimizar los índices de vulnerabilidad socioeconómicos y aquellos relacionados con la mejora del nivel de estudios de sus ciudadanos y descendientes. Atraen así no solo a nuevos pobladores, sino también un mayor flujo de vecinos de los distritos contiguos o del resto de Madrid.
Miguel Ángel Ajuriaguerra Escudero es Dr. Arquitecto, especialista en Planificación Estratégica en el Área de Análisis Geográfico de la Universidad Rey Juan Carlos.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.