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Ha llegado la hora de una Declaración de Independencia de la UE

La seguridad, prosperidad y democracia del continente ya no pueden depender de la voluntad cambiante de Estados Unidos

La Unión Europea se enfrenta a desafíos sin precedentes en un momento en el que el orden multilateral basado en la ONU está bajo asedio. La estrategia de apaciguamiento hacia Donald Trump —desde la cumbre de la OTAN hasta la desregulación de las normas digitales, de inteligencia artificial y medioambientales, ...

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La Unión Europea se enfrenta a desafíos sin precedentes en un momento en el que el orden multilateral basado en la ONU está bajo asedio. La estrategia de apaciguamiento hacia Donald Trump —desde la cumbre de la OTAN hasta la desregulación de las normas digitales, de inteligencia artificial y medioambientales, incluida la humillación arancelaria de Turnberry— no está funcionando. Las concesiones no han reducido la imprevisibilidad ni la hostilidad de Trump. Al contrario, han profundizado la vulnerabilidad estratégica de Europa, han producido un plan de capitulación inaceptable para Ucrania y una declaración política de guerra a la UE en forma de Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en la que se llama a un retorno a una Europa de naciones y se anuncia, en consecuencia, una alianza de Trump con las fuerzas políticas nacionalpopulistas del continente.

Europa debe, por tanto, extraer las conclusiones necesarias: su seguridad, prosperidad y democracia ya no pueden depender de la voluntad cambiante de Estados Unidos. La autonomía estratégica ya no es una opción, sino una necesidad. La Unión Europea debe ser capaz de actuar de manera independiente, asumir la plena responsabilidad de su propia defensa, y perseguir sus intereses y valores en la escena global con soberanía y credibilidad.

Una Europa más productiva y competitiva es condición previa del poder geopolítico y del bienestar social. Por ello, debemos garantizar para 2028 la plena aplicación de los informes Letta y Draghi sobre la finalización del mercado único y la competitividad europea. Además, necesitamos un presupuesto plurianual que apoye nuevas inversiones, públicas y privadas, en industrias clave e innovadoras. Por ello, instamos a la Comisión a que presente una nueva propuesta de Marco Financiero Plurianual (MFP), reforzada y más ambiciosa, capaz de financiar bienes públicos europeos, incluidas nuevas prioridades en defensa e investigación, preservando al mismo tiempo las dimensiones social y medioambiental, la cohesión y la agricultura, respetando el control parlamentario y el papel de las regiones y ciudades europeas, y financiada con verdaderos recursos propios de la UE.

Pero recuperar la competitividad y modernizar el presupuesto no es suficiente para construir una Europa geopolítica. Al igual que en 1950, debemos concentrarnos en un punto crítico: el establecimiento de una Defensa Común Europea respaldada por una unión política más fuerte. Solo una Europa más federal puede hacer frente a estos desafíos, garantizando el respeto de nuestros valores y derechos fundamentales, a menos que estemos dispuestos a aceptar a Trump como autoridad política mundial, en una asociación ambigua con Putin y Xi Jinping. Reconociendo la amenaza a la seguridad que afronta la UE y la abierta hostilidad de Trump, confirmada por la citada Estrategia de Seguridad Nacional, instamos a los Estados miembros en el Consejo Europeo a establecer una Defensa Común Europea, tal como prevé el artículo 42 del Tratado de la Unión Europea, lo que también puede hacerse mediante una nueva Cooperación Estructurada Permanente entre los Estados miembros dispuestos en caso de falta de unanimidad. Esto constituirá un Sistema de Defensa Europeo capaz de coordinar las fuerzas armadas nacionales en caso de agresión contra cualquier Estado miembro. Para ello se requiere un Centro de Mando y Control de la UE.

De manera más general, las instituciones y los dirigentes de la UE deben explotar plenamente el Tratado de Lisboa, mediante una interpretación federalista del mismo en todos los ámbitos, como se hizo con la respuesta a la pandemia de coronavirus, también siguiendo el llamamiento de Mario Draghi a un “federalismo pragmático”. La UE no se habría convertido en una potencia comercial si esta política hubiera estado sometida a la unanimidad. Debemos superar la vetocracia en política exterior, defensa y finanzas. Un presupuesto de la UE más fuerte, beneficioso para determinados Estados miembros, podría condicionarse a su apoyo a la activación de las cláusulas pasarela para pasar de la unanimidad a la votación por mayoría. En paralelo, el Consejo Europeo debe dar un seguimiento coherente a la propuesta del Parlamento de reformar los Tratados para abolir la unanimidad en el sistema de toma de decisiones de la UE —presupuesto y fiscalidad, política exterior, seguridad y defensa, y ampliación deberían pasar todos al procedimiento legislativo ordinario—, incluida la futura reforma de los Tratados.

Consideramos que el Parlamento Europeo puede desempeñar un papel fundamental en la aplicación de las reformas institucionales necesarias, también con vistas a la ampliación. En primer lugar, condicionando su apoyo a los próximos presupuestos anuales y al MFP a que el Consejo Europeo actúe conforme a las peticiones mencionadas. En segundo lugar, promoviendo una Asamblea Interparlamentaria (Assises) para defender la plena aplicación de esos objetivos, junto con una Asamblea Ciudadana Europea ad hoc para implicar a la ciudadanía y al espacio público europeo en su conjunto.

A tal efecto, apoyamos la creación de una coalición proeuropea renovada, transversal y entre instituciones, que abarque a los Estados miembros más comprometidos en el Consejo Europeo, a la mayoría proeuropea en los Parlamentos Europeo y nacionales, a la Comisión Europea y a las instituciones regionales y locales, más allá de las inercias particulares de cada institución, así como a la sociedad civil organizada europeísta. Hacemos un llamamiento a todos ellos para que se movilicen a nivel local, nacional y transnacional en apoyo de estas demandas en favor de una Unión más soberana y democrática.

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