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No somos de cristal: somos una generación frustrada

Los lectores y las lectoras escriben sobre la situación de los jóvenes en España, la Selección española masculina de baloncesto en silla de ruedas, el acoso escolar y el cribado del cáncer de mama

Soy una joven de 25 años. Tengo carrera, máster y un C2 de inglés; pero también llevo seis meses buscando trabajo. En casi todas las ofertas piden carné de conducir y coche propio, pero no puedo permitirme pagar ninguno de los dos. Además, en lo único en lo que parecemos estar de acuerdo mis padres y yo últimamente, es en que tengo que irme de casa, pero no me cogen ni para extra en las campañas de Navidad. La gente de mi edad en el resto de Europa está comprando su primera vivienda o formando una familia. En España no conozco a nadie de mi edad que pueda siquiera planteárselo. Dicen que los jóvenes de hoy en día no queremos trabajar, que somos vagos y que nos quejamos por todo; la llamada generación de cristal. Pero lo que yo veo es una generación frustrada. Nuestros padres nos dijeron que podríamos ser lo que quisiéramos, y ni siquiera podemos ser independientes. Quizá lo decían porque no quedaba bonito decirle a una niña de 10 años que, en el futuro, solo los turistas podrían comprarse una casa.

Ylenia Jorge García. Santa Cruz de Tenerife

España somos todos

Hace una semana, Paco García Quiles consiguió ganar el campeonato de Europa con la selección española masculina de baloncesto en silla de ruedas. Era la primera vez, un hito histórico. Me sorprendió el escaso eco mediático. Si fuese la otra selección, abriría telediarios, coparía portadas y serían recibidos con honores por autoridades y aficionados. Esta selección representa sin duda grandes valores de los que hacer gala como la superación, el esfuerzo y la integración y, como sociedad, les debemos el mayor de los reconocimientos. La gratitud hacia quienes compiten con nuestros colores, dando lo mejor de sí mismos, orgullosos de lo que representan, debe tener la justa y necesaria proyección institucional y mediática. España somos todos, con o sin silla de ruedas.

Rebeca Bernal Méndez. Ávila (Madrid)

Ante el acoso escolar, es mejor sobreactuar

Como profesor de enseñanza secundaria de larga trayectoria y ante un tema tan complejo y difícil de abordar como el del acoso escolar, mi experiencia me dice que los centros carecen de medios suficientes para atajarlo, pero sobre todo, el profesorado adolece de formación al respecto. Solo he vivido un caso que tuve que tratar como tutor del que como conclusión más evidente aprendí que, independientemente de la nebulosa que rodee a estas situaciones, ante el más mínimo indicio de hostigamiento es preferible la sobreactuación de los estamentos académicos a la contemporización.

Daniel García Delicado. Albacete (Castilla-La Mancha)

El mundo se para

Mujer. 49 años. Dos hijas. Lunes de octubre. Una mañana otoñal preciosa. Mamografía rutinaria. Detectan un bulto que deben analizar practicando una punción. Sola, semidesnuda, en la camilla, pido la mano de la enfermera. Pero el médico no le deja, indicando que debo estar bien quieta. El mundo se para, siento que las hojas de los árboles han dejado de caer. ¿Cómo podemos rechazar dar la mano a alguien que lo necesita?

Aurelia Fernández. Alella (Barcelona)

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