Hacínense, muéranse
Llega enero de 2025 y la vivienda es un criadero de votos, una mina. No lo era ayer ni antes de ayer ni hace cuatro años
De repente, la vivienda es un criadero de votos, una mina. No lo era ayer ni antes de ayer ni hace cuatro años. De hecho, las viviendas de protección oficial, las pagadas a escote, se vendían, qué digo se vendían, se las regalaban a los compañeros de juerga de los fondos buitre. Se regalaron volquetes de pisos de tres habitaciones y dos bañ...
De repente, la vivienda es un criadero de votos, una mina. No lo era ayer ni antes de ayer ni hace cuatro años. De hecho, las viviendas de protección oficial, las pagadas a escote, se vendían, qué digo se vendían, se las regalaban a los compañeros de juerga de los fondos buitre. Se regalaron volquetes de pisos de tres habitaciones y dos baños de usted y míos a plena luz del día. Producía espanto ver a los nuevos propietarios despedir a los antiguos inquilinos de las casas de todos recién privatizadas. Era una orgía de dinero, un desenfreno histórico. Nadie se abrió las venas, nadie fue a la cárcel, nadie fue perseguido, París era una fiesta. La política estaba en otra cosa, los votos debían de estar en otra parte.
Entre tanto, la pobreza aumentaba, las desigualdades crecían y el artículo 47 de la Constitución, el del derecho a la vivienda digna y todo eso, se llenaba de polvo, se apolillaba, se agusanaba, se pudría delante de la judicatura y de la Fiscalía, y de la Cámara alta y de la baja. Pero no lo veían. Quizá habían recibido órdenes de no verlo porque el capital había puesto en marcha operaciones especulativas de gran calado que requerían tiempo. Había que no ver y no vieron, nadie vio.
De súbito, llega enero de 2025 y todos ven. Los ciegos ven. Los ciegos ven un depósito alucinante de votos en la retórica sobre el artículo 47 de la Constitución, recién desempolvado. Ya pueden ustedes gobernar o hacer oposición con el asunto, ya nos hemos forrado. Hablen de soluciones a largo plazo, ofrézcannos ventajas fiscales por sacar al mercado lo sustraído. Aleguen que el problema es complejo. Que la pobreza es simple mientras que el problema de la vivienda es complejo. Adviertan de que no se pueden aplicar soluciones complejas a problemas simples. Queridos contribuyentes, hacínense, muéranse, duerman en la calle, pero prémiennos con sus votos la facundia sobre las soluciones sobrevenidas. Gracias.