Los BRICS se fortalecen para cambiar el orden global

La cumbre de Kazán resulta muy reveladora sobre el creciente papel de China en cohesionar al Sur Global

Los presidentes de China, Xi Jinping, y Rusia, Vladímir Putin, durante la cumbre de los BRICS en Kazán, el 24 de octubre.Maxim Shemetov (REUTERS)

La primera cumbre de los BRICS como grupo expandido de nueve miembros se celebró entre el 22 y el 24 de octubre en Kazán y es fruto de la decisión que adoptó en la última reunión del grupo en Sudáfrica. El mayor beneficiario de esta expansión es China, seguida de Rusia, dos de los miembros originales junto a Brasil, India y Sudáfrica, los países que forman el acrónimo que da nombre al grupo. Desde el pasado enero, ...

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La primera cumbre de los BRICS como grupo expandido de nueve miembros se celebró entre el 22 y el 24 de octubre en Kazán y es fruto de la decisión que adoptó en la última reunión del grupo en Sudáfrica. El mayor beneficiario de esta expansión es China, seguida de Rusia, dos de los miembros originales junto a Brasil, India y Sudáfrica, los países que forman el acrónimo que da nombre al grupo. Desde el pasado enero, a ellos se unieron Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos y hay, además, otras 13 naciones que se han convertido en países asociados (Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam). El papel de China como primus inter pares en los BRICS+ hace que el grupo se asemeje cada vez más a la Iniciativa de la Franja y la Ruta forjada por el presidente Xi Jinping, donde Pekín mantiene un papel central con relaciones bilaterales con cada uno de los miembros.

Los acuerdos alcanzados en la cumbre de Kazán se resumen en una declaración de 12 puntos cargada de retórica antioccidental. Dicha retórica, sin duda, ha sido empujada por el presidente ruso, Vladímir Putin, pero es importante entender que Putin solo no ha podido reorientar a los BRICS hacia una narrativa tan beligerante sin el consentimiento de Xi.

De la declaración de Kazán conviene tener varios puntos en cuenta. En primer lugar, la importancia de establecer un mundo multipolar, pero con un concepto de multipolaridad cuyo punto de partida es la oposición a Occidente. De hecho, la declaración se apropia de los valores clave en las democracias liberales, tales como la democracia y el respeto del derecho internacional, incluyendo la soberanía nacional y la no proliferación nuclear. El cinismo de dicha declaración es evidente vistas las políticas de muchos de los regímenes BRICS+ y, en particular, la agresión de Putin a Ucrania junto con su amenaza de usar armas nucleares. Por si no fuera suficiente, la declaración también critica a Occidente por estar a la altura de sus propios valores.

Un segundo punto a destacar es la importancia que se le otorga a Naciones Unidas, sobre todo para lograr la paz y la seguridad internacional. Este apoyo a la ONU no es para nada gratuito, puesto que se yuxtapone a la necesidad de reforma de la organización para que los intereses del Sur Global estén mejor representados.

En tercer lugar, el comunicado no pierde la oportunidad de apoyar el cambio del sistema monetario internacional y el papel central que desempeña en él el dólar. Desde un concepto abstracto de desdolarización, que ya se introdujo en la cumbre de los BRICS de 2023 en Sudáfrica, se han dado pasos adicionales para desligar estas economías de la divisa estadounidense, aunque no se haya llegado tan lejos como esperaba Putin. El llamado BRICS Clear, un nuevo sistema de pagos transfronterizo diseñado para liquidar valores sin necesidad de utilizar el dólar como moneda de conversión gracias a la tecnología blockchain y los tokens no ha llegado a aprobarse. No debería sorprender, ya que algunos miembros de los BRICS, en particular Emiratos Árabes Unidos, tienen sus monedas pegadas al dólar. Además, la India no ve con buenos ojos que la moneda alternativa, a efectos prácticos, sea el renminbi y no tanto el resto de monedas de los BRICS. Aun así, Rusia y China —los dos posibles beneficiarios de un mundo más desdolarizado, ya sea para evitar sanciones y/o para internacionalizar su moneda— han conseguido que la declaración de Kazán incluya un acuerdo para llevar a cabo un análisis de viabilidad del BRICS Clear. En ese mismo sentido, la declaración incluye un Acuerdo de Reservas Contingentes de los BRICS, lo que supone un acuerdo de puesta en común de las reservas internacionales de los respectivos bancos centrales. Cabe señalar que el esfuerzo mayor es el del Banco Popular de China, que ya ha extendido líneas de crédito en renminbis con prácticamente todos los miembros de los BRICS+ y otros países de fuera del grupo. Además, para apoyar el uso de monedas locales en las transacciones financieras entre países BRICS+, se desarrollará un nuevo Mecanismo de Cooperación Interbancaria. Por último, la declaración de Kazán también tiene por objeto presionar para lograr la reforma de las instituciones multilaterales, incluidos el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como el apoyo a instituciones alternativas a las occidentales, como el Nuevo Banco de Desarrollo, organismo con sede central en Shanghái y cuyo nombre original era el Banco de los BRICS.

Si analizamos el conjunto de estas medidas es fácil concluir que, el ámbito monetario, el papel central de China en los BRICS+ se hace cada vez más evidente.

Occidente y el resto del mundo deberían prestar más atención a los BRICS, no solo porque están creciendo en número y relevancia, sino también porque están evolucionando en un bloque antioccidental con la firme intención de cambiar el orden global. El dominio del grupo por parte de China —con el apoyo capaz de Putin— hace aún más urgente que Occidente vigile lo que ocurre en su seno, pero también que reaccione con una mejor oferta a los países del Sur Global.


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