Mpox: prudencia y prevención

Aunque no hay razón para la alarma en Europa, la declaración de emergencia global por el virus puede estimular la ayuda a África

Un sanitario prepara este viernes una inyección en un centro de salud en Munigi (República Democrática del Congo).MOISE KASEREKA (EFE)

Con la declaración de emergencia global para la mpox (antes llamada viruela del mono), la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere llamar la atención internacional sobre un virus que se está extendiendo por la República Democrática del Congo, donde es endémico, y por otros países africanos que hasta ahora no habían registrado casos. Las palabras virus, OMS y emergencia en un mismo enunciado provocan un inevitable escalofrío en un mundo donde está muy fresca la memoria de cómo en cuestión de semanas la covid-19 cambió nuestra forma de vivir. Pero la situación actual es muy distinta del repentino desafío que representó aquella pandemia. No hay razón para la alarma, pero sí para intensificar la vigilancia y, sobre todo, para promover la vacunación en los países africanos afectados.

La nueva variante (clado 1B) de mpox que ha causado esta declaración de emergencia —la segunda que emite la OMS por este virus, tras la de 2022— parece transmitirse algo mejor que las anteriores, que requerían un contacto muy estrecho con una persona contagiada o sus fluidos. De hecho, las principales víctimas son ahora los niños, cuando antes eran los adultos por la vía sexual. El problema se concentra en África. El único caso fuera del continente ha sido detectado en Suecia, en una persona que había estado en África. Pero, por mucho que el virus haya mejorado su capacidad de transmisión, está muy lejos de poder compararse con la capacidad de contagio masivo que tienen la covid o la gripe, que son virus respiratorios que se transmiten por el aire. Otra diferencia relevante es que el mpox no es un virus nuevo que amenaza a una humanidad sin defensas, como el de la covid. Se conoce desde los años cincuenta, y ya hay vacunas que los países occidentales usaron en la anterior crisis de 2022 y que tienen en stock.

El Centro Europeo de Control de Enfermedades afirmó este viernes que el riesgo es “bajo” en Europa. El lunes habrá una reunión a nivel europeo y el martes, del Gobierno con las comunidades autónomas. Cabe preguntarse entonces si la declaración de emergencia global de la OMS es excesiva. La respuesta está en África, donde la mpox sí está causando estragos que, además, serían perfectamente evitables con la biomedicina actual. Los números no se pueden comparar con los 20 millones de muertos por la covid, pero muestran una clara tendencia al alza, con 15.000 casos y 500 muertes este año en Congo, Uganda, Kenia, Ruanda y media docena de países de la región. Eso multiplica por dos veces y media los casos del año pasado y, como novedad, el 40% de los positivos son niños menores de cinco años. Tedros Adhanom, director general de la OMS, tiene razón en que es necesario bloquear la propagación del virus y en que la colaboración internacional resulta precisa para ello.

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El punto clave, como ya lo fue en la crisis de mpox de 2022 y en la covid de 2020, son las vacunas. Ya existen algunas de mpox con eficacias cercanas al 80% de protección, y varios laboratorios están desarrollando otras más adaptadas a las nuevas variantes que han surgido en África. Pero no hay en el mundo vacunas suficientes para proteger a los grupos de riesgo de media África. Desde la seguridad que dan la distancia y la capacidad de respuesta, los países desarrollados deben acelerar la producción de vacunas y facilitar su distribución por unos países con sistemas sanitarios deficientes para frenar la expansión del virus.

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