Mucho más que móviles

La clausura del Mobile de Barcelona es una buena ocasión para reivindicar la implicación pública en una revolución marcada por la IA

Un visitante prueba unas gafas de realidad virtual en el Mobile, el 28 de febrero.Pau Venteo (AP)

El Mobile World Congress (MWC) cerró ayer sus puertas en Barcelona con 101.000 asistentes, una cifra que supera ampliamente los 88.500 visitantes del año pasado. En la que ya es una de las ediciones más multitudinarias del evento —en 2019 reunió a 109.000 congresistas—, la edición recién clausurada ha estado dominada por...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Mobile World Congress (MWC) cerró ayer sus puertas en Barcelona con 101.000 asistentes, una cifra que supera ampliamente los 88.500 visitantes del año pasado. En la que ya es una de las ediciones más multitudinarias del evento —en 2019 reunió a 109.000 congresistas—, la edición recién clausurada ha estado dominada por el auge de la inteligencia artificial y la transformación tecnológica. Al éxito del encuentro ha contribuido su orientación hacia sectores más relacionados con la digitalización que con aquello que fuera su germen original en un ya remoto 1987: la telefonía móvil. El regreso masivo de los participantes chinos, tras años de restricciones por la pandemia de la covid-19, también se ha dejado notar en el número de asistentes.

La feria más relevante del planeta en el sector ha cumplido en esta edición su mayoría de edad en la capital catalana, donde desembarcó en 2006 procedente de Cannes. Y, sin duda, ha consolidado a Barcelona como referente mundial en ese ámbito, a la vez que plaza neutral en la batalla tecnológica que libran Estados Unidos y China. Atrás quedaron las dudas de los organizadores sobre su continuidad en la ciudad, relacionadas con la inestabilidad política derivada del procés y con la seguridad.

El MWC se ha convertido en una cita transversal del mundo de la digitalización: del teléfono celular al coche eléctrico pasando por los robots y los ordenadores de última generación. A diferencia de otras ediciones, esta vez el MWC ha querido rebajar las expectativas respecto a la sexta generación de telecomunicaciones inalámbricas al reconocer sus dificultades para el despliegue de la tecnología 5G y la necesidad de reforzar la capacidad de las redes móviles para ganar más potencia en la transmisión de datos. Además, la cobertura de 5G avanza con retraso en Europa respecto a China y EE UU, algo que los expertos atribuyen a la fragmentación del mercado continental, que frena la inversión en infraestructuras.

Pero sin duda la cita ha estado marcada por la irrupción de la inteligencia artificial. Gran parte de las firmas en el congreso han presentado alguna novedad relacionada con la incorporación de modelos generativos de aprendizaje automático bien a sus productos, bien a sus procesos productivos para ganar eficiencia.

En la cita barcelonesa el Gobierno hizo pública la creación de una nueva entidad pública empresarial para fomentar la soberanía digital española y canalizar proyectos relacionados con el desarrollo del ecosistema industrial de los semiconductores. Su aprobación está prevista en el próximo Consejo de Ministros y prevé movilizar fondos por unos 20.000 millones de euros. Además, ante las imparables perspectivas que abre la IA, Pedro Sánchez, anunció que España, en una colaboración público-privada, desarrollará un modelo de lenguaje de inteligencia artificial entrenado en castellano y en las lenguas cooficiales del Estado. No cabe duda de que un día las máquinas hablarán y entenderán con un alto nivel de complejidad. Por eso es clave que lo hagan en todos los idiomas y que, para evitar sesgos y errores, los hablen con corrección. También que el resultado se parezca a la realidad social, poliédrica y plurilingüe de España y de América Latina. Como demuestran tanto el tortuoso desarrollo de las leyes encargadas de regular las nuevas tecnologías como los continuos retos éticos que plantea su uso, es clave que las administraciones no se desentiendan de un universo que ya no es futuro sino presente.

Más información

Archivado En