Izquierdas

Ahora, en España, los manejos fétidos y contradicciones flagrantes de los partidos gobernantes han logrado que las personas decentes y con estudios suelan abominar de ellos

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz firman el acuerdo entre PSOE y SUMAR en el Museo Reina Sofía, en Madrid, el pasado 13 de noviembre.Samuel Sánchez

En su momento hubo gran debate sobre si el cristianismo auténtico era el de Francisco de Asís o el del inquisidor Torquemada. También se discutió si la verdadera izquierda la representa Stalin o mejor ...

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En su momento hubo gran debate sobre si el cristianismo auténtico era el de Francisco de Asís o el del inquisidor Torquemada. También se discutió si la verdadera izquierda la representa Stalin o mejor Olof Palme. Polémicas a veces virulentas que han llevado a bastantes, entre los que me cuento, al escepticismo y a buscar al esquivo Dios o a la aún más esquiva justicia social fuera de jaulas doctrinales. El escepticismo previene del fanatismo pero no de la perplejidad o del malestar de la conciencia, que también incomodan, por lo que debemos respetar a quienes rebuscan en las dudosas ideologías en pos de terreno firme para edificar sus casas. Ahora, en España, los manejos fétidos y contradicciones flagrantes de la izquierda gobernante han logrado que las personas decentes y con estudios suelan abominar de ella. Muchos, sencillamente, aceptan cualquier asiento en la derecha como resguardo político, pero otros no se conforman y aspiran a una izquierda, pero una izquierda bien… por difícil que parezca.

Guillermo del Valle es un joven (envidiables 30 y pocos años) abogado laboralista, promotor del grupo político El Jacobino, que defiende un socialismo igualitario y laico, opuesto a la tómbola de privilegios de los nacionalismos identitarios. Acaba de publicar La izquierda traicionada (ed. Península), un libro claro y directo en el que expone sus principios, que se parecen mucho a lo que se ha llamado siempre socialismo hasta que llegaron el posmoderno Sánchez y el bolivariano Iglesias. Una obra con muchas de cuyas ideas es difícil no simpatizar, no por izquierdismo recalcitrante sino por sentido común. Se puede complementar con Teorías cínicas (Pluckrose y Lindsay, Ed. Alianza), donde se repasan las deplorables modas sobre raza, género e identidad que han sustituido las metas progresistas clásicas. Claro que si se contentan con Bolaños y Yolanda Díaz no lean nada. Total…

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