El tema de conversación más peligroso

Hablar del tiempo era la charla de ascensor por antonomasia: el tema de conversación más anodino e inofensivo que uno pudiera imaginarse. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido, como casi todo, en un campo de minas politizado: un “vaya calor” se puede interpretar como una forma de recriminarle al vecino que no use el transporte público y un “pues ya refresca” puede parecer un claro ataque negacionista.

Y en el ascensor nos comportamos, más o menos, pero en Twitter no tanto...

Hablar del tiempo era la charla de ascensor por antonomasia: el tema de conversación más anodino e inofensivo que uno pudiera imaginarse. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido, como casi todo, en un campo de minas politizado: un “vaya calor” se puede interpretar como una forma de recriminarle al vecino que no use el transporte público y un “pues ya refresca” puede parecer un claro ataque negacionista.

Y en el ascensor nos comportamos, más o menos, pero en Twitter no tanto, y cualquier noticia sobre el tiempo que va a hacer en los próximos días recibe acusaciones de estar escrita al servicio de unos poderes ocultos que nos quieren manipular. En julio y agosto, muchos insistían en que “siempre ha hecho calor en verano” y ahora estamos pasando al “a ver, llevamos 10 años hablando del veroño, tampoco es tan raro ir en manga corta en octubre”. A este paso, imagino que alguno llegará a hablar del “tradicional veranillo de Nochebuena”. Venimos del estío más caluroso que jamás se ha registrado y el inicio del otoño parece el final de junio, pero en Twitter hay gente convencida de que lo normal es que haga más calor de lo normal.

A las noticias más o menos relacionadas con el cambio climático no solo se responde con lo de “siempre ha sido así”. Otra respuesta habitual es que “el clima siempre ha cambiado”. Lo dijo Javier Milei durante el debate presidencial de Argentina, por poner un ejemplo reciente. Y, de acuerdo, el clima cambia, eso es algo obvio. Pero decir algo así es como si un cazador de rinocerontes afirma que los animales siempre se han extinguido: “¿Acaso no has oído hablar de la extinción masiva del Pérmico?”. La cuestión es si este cambio es más acelerado que nunca y si el hecho de que coincida con el aumento de las emisiones de CO₂ resulta solo una tremenda casualidad.

A muchos de estos lugares comunes negacionistas se les responde con memes y viñetas, además de con hilos más o menos extensos y más o menos detallados. A los que aseguran que todo es normalísimo, se les suele mostrar el meme de “this is fine” (”esto está bien”), que tiene su origen en un cómic web que KC Green dibujó hace 10 años. En la imagen aparece un perro rodeado de llamas que dice esa frase mientras se toma un café. Otro meme habitual es el de Bart Simpson comentándole a Homer que es el verano más caluroso de su vida (en la serie decía “el peor día”). Homer le contesta que no, que es el verano más frío del resto de su vida. También se comparten imágenes y gráficos como las barras de colores creadas por Ed Hawkins, profesor de Ciencias Climáticas en la Universidad de Reading (Reino Unido). En estos gráficos, cada línea representa la temperatura media de un año desde 1901, comparado con la media del periodo total. Cada vez está todo más rojo.

Llegados a este extremo, hay quienes no niegan el cambio climático y se limitan a encogerse de hombros y asegurar, con resignación, que no hay nada que hacer. Incluso le buscan ventajas al incremento de las temperaturas. Al fin y al cabo, ¿a quién no le gusta el calorcito? Una de estas ventajas, como ironizaba la periodista Lucía Taboada, es que nos podemos llevar los turrones a la playa: “Cuántos mazapanes nos comíamos de pequeños en los chiringuitos. Qué recuerdos”.

Es verdad: el otoño se retrasa, pero el turrón de chocolate llega, al menos desde hace unos años, antes incluso que Halloween. Este fin de semana compré mi primera tableta de la temporada (en manga corta). No se lo comenté al vecino con el que me crucé en el portal, porque a saber cómo se lo tomaba. Hay que tener en cuenta que él iba armado con una barra de pan y, en fin, el tiempo está loco, pero nosotros tampoco estamos muy bien de lo nuestro.