Echar de menos
Los lectores escriben sobre la importancia de los lazos familiares, Carles Puigdemont y la amnistía, el valor que damos a la belleza en nuestra sociedad, la falta de futuro para los jóvenes, y sobre la gestión del FC Barcelona
Mi padre es el pequeño de cuatro hermanos. Por naturaleza debería irse el último, pero ya se ha despedido de dos antes de tiempo. Hoy ha vuelto de vacaciones y ha querido enseñarnos todas las fotos del viaje. Esperaba un mayor entusiasmo por parte de sus hijos y del corazón le ha salido: “cómo echo de menos tomarme un vino con mi hermana”. Realmente no echa de menos el vino, bebe cerveza. Echa de menos llamar a su hermana y decirle que la invita a un vino y se enseñan las fotos de las vacas. Porque ambos aman las fotos y porque nadie disfruta más que ellos contándose dónde han estado y alguna ...
Mi padre es el pequeño de cuatro hermanos. Por naturaleza debería irse el último, pero ya se ha despedido de dos antes de tiempo. Hoy ha vuelto de vacaciones y ha querido enseñarnos todas las fotos del viaje. Esperaba un mayor entusiasmo por parte de sus hijos y del corazón le ha salido: “cómo echo de menos tomarme un vino con mi hermana”. Realmente no echa de menos el vino, bebe cerveza. Echa de menos llamar a su hermana y decirle que la invita a un vino y se enseñan las fotos de las vacas. Porque ambos aman las fotos y porque nadie disfruta más que ellos contándose dónde han estado y alguna aventura. Porque les daban las tantas riéndose y planeando futuros viajes y abrían otra botella. He tragado saliva y he pensado que nadie podrá llenarle ese hueco. Que ese dolor de echar de menos escuece, pero también sacia al pensar que fue auténtico. Así que he retomado la conversación y le he puesto más empeño que nunca en sus fotos del verano, “cuéntame más, papá”, porque algún día seré yo quien eche de menos que me cuente sus viajes.
Carla Martínez Almansa. Pinto (Madrid)
Amnistía
En mi opinión, el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez puede otorgar la amnistía a los implicados en el procés. No obstante, hay un caso especial: Carles Puigdemont debe, antes que nada, ser juzgado por el Tribunal Supremo. De no ser así, todos sus compañeros que fueron encarcelados, y que después de muchos meses, fueron indultados, sufrirían una injusticia respecto al prófugo Puigdemont. Sin el juicio pendiente, no puede haber amnistía para él.
Joan Palacín Coll. Caldes de Montbui (Barcelona)
Mundo superficial
La belleza ya no es una característica sino una compra, una adquisición. Si una persona puede permitirse pagar cirugías y tratamientos se vuelve guapa. Si dispone de mucho tiempo para machacarse en el gimnasio incluso puede que llegue a estar buena. Intento escapar de esta superficialidad pero me persigue por todas partes. No quiero caer, pero es imposible competir con todo eso. Me da miedo el mundo en el que va a vivir mi hija. Me da miedo no encontrar personas pensantes. Estamos perdiendo la cordura. No todo debería reducirse a ser de plástico, a cambiar nuestra identidad por vernos como los demás.
Antonia Martínez Muñoz. Murcia
Síndrome de una vida vacía
Con 30 años, los deberes hechos y el deseo de tener la vida que vimos vivir a nuestros padres, nos encontramos con que el plan de futuro que nos prometieron de niños no es más que una realidad pasada de moda. Sin un empleo adaptado a nuestras competencias, sin casa, sin familia… la nueva tendencia solo deja en el haber de la juventud una vida llena de incertidumbre, síndromes y huecos con forma de bebé que solo podemos rellenar con gatos o perros.
María García. Alicante
Deriva del Barcelona
De un tiempo para acá, debido a la pésima gestión del club, la entidad azulgrana se halla perdida. Su estilo tanto en lo deportivo como en lo institucional es irreconocible. Pagos al arbitraje, instalación de sedes fiscales fuera de España, gestión económica utilizando palancas con activos fantasmas que hipotecarán al club por muchos años, prestigio en Europa diluido. Sin tener un euro siguen fichando con consentimiento de LaLiga. Deseo por el bien del club que alguien ponga cordura en ese caos.
Pedro María Benito. Vitoria