La financiación autonómica, el señuelo y el chiste
En campaña apenas se ha hablado del reparto, cuya reforma ahora al parecer resulta acuciante, porque se ofrece a cambio de los apoyos de los separatistas catalanes a una investidura de Pedro Sánchez
Este año hemos tenido dos campañas electorales, a lo largo de las cuales se ha hablado de muchas cosas. El gran problema de España a veces era la vivienda, por ejemplo. Se han disparado alarmas por el supuesto ascenso de la ultraderecha. Hemos celebrado y alertado por la situación económica. Hemos discutido por la memoria y acerca del carácter de los candidatos a la presidencia del Gobierno. Hemos pontificado sobre el papel de la prensa, y hasta hemos recuperado el debate sobre la verdad y la mentira, una distinción ...
Este año hemos tenido dos campañas electorales, a lo largo de las cuales se ha hablado de muchas cosas. El gran problema de España a veces era la vivienda, por ejemplo. Se han disparado alarmas por el supuesto ascenso de la ultraderecha. Hemos celebrado y alertado por la situación económica. Hemos discutido por la memoria y acerca del carácter de los candidatos a la presidencia del Gobierno. Hemos pontificado sobre el papel de la prensa, y hasta hemos recuperado el debate sobre la verdad y la mentira, una distinción que volvía a importar de vez en cuando. Se hablaba del cambio climático y de la transición ecológica. Se ha escrito sobre ETA, sobre Franco y sobre la influencia de Donald Trump. Se ha polemizado sobre la violencia machista y la ley del solo sí es sí. Ha habido alertas antifascistas: se cernía la amenaza de la censura. Hemos hablado de contrabandistas y narcotraficantes, se ha exigido una definición de lo que es una mujer (sin obtener respuesta) y se ha preguntado al presidente del Gobierno por su ropa interior. Hemos hablado de pactos y cordones sanitarios. También se ha discutido sobre pensiones, recortes y sostenibilidad. Se ha preguntado por la relación de España con Marruecos y el cambio de la posición de nuestro país sobre el Sáhara Occidental. Hemos recordado el bloqueo del Consejo General del Poder Judicial y nos hemos enredado en torno a la lista más votada.
Pero en todas estas horas de campaña, entrevistas, mítines, filtraciones, spin, declaraciones y canutazos, en un país donde los partidos y sus intereses no solo colonizan las instituciones sino una parte deprimentemente grande de la conversación pública, apenas se ha hablado de la financiación autonómica, cuya reforma ahora al parecer resulta acuciante, porque se ofrece a cambio de los apoyos de los separatistas catalanes a una investidura de Pedro Sánchez.
El director de Fedea, Ángel de la Fuente, ha publicado un informe sobre la liquidación de 2021 del sistema de financiación de comunidades del régimen común. Podría ser un buen lugar para empezar a debatir un tema complejo, si el asunto no fuera un señuelo y nuestra discusión pública fuera otra cosa que un chiste que fingimos tomarnos en serio.