Sospechosa al control

Lo peor para la idoneidad de Hohlmeier y Buxadé en la misión de control es que son tenaces militantes de la opacidad

El eurodiputado de Vox Jorge Buxadé, el 13 de febrero en Madrid.Carlos Luján (Europa Press)

Este lunes llega a España la misión de control del Parlamento Europeo sobre el buen uso de los fondos europeos Next Generation-EU. La preside una sospechosa, la eurodiputada bávara del ala ultra del PP alemán, la CSU, Monika Hohlmeier, hija del exnazi Franz Josep Strauss (CSU). Y brazo armado de Manfred Weber, acérrimo enemigo de la demócratacristiana moderada Ursula von der Leyen, a la que quiere sustituir, para lo...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Este lunes llega a España la misión de control del Parlamento Europeo sobre el buen uso de los fondos europeos Next Generation-EU. La preside una sospechosa, la eurodiputada bávara del ala ultra del PP alemán, la CSU, Monika Hohlmeier, hija del exnazi Franz Josep Strauss (CSU). Y brazo armado de Manfred Weber, acérrimo enemigo de la demócratacristiana moderada Ursula von der Leyen, a la que quiere sustituir, para lo que acusa a esta de peligrosa ecologista.

¿Sospechosa? Juzguen. Fue la conseguidora de su íntima infantil, Andrea Tandler —quien ganó 48 millones de euros traficando con mascarillas de la covid—, a la que introdujo y recomendó a la autoridad sanitaria bávara. Como presidenta de la CSU fue acusada de coacciones y chantaje a colegas: tuvo que dimitir y pedir disculpas. Luego Estrasburgo le quitó la inmunidad para investigarla por un atropello de tráfico y ¡fuga! Una perla.

Se ha encaramado a la misión el vicepresidente de Vox Jorge Buxadé. Candidato al Parlament (por Tarragona) de Falange Española de las JONS (1995) y de Falange Auténtica al Congreso (1996). Un inmediato pasado fascista del que confiesa “no” arrepentirse (El Mundo, 23/3/2019), aunque sí de “haber sido militante del PP”. Buxadé se prodiga como vocero de la Obra. El cénit del tres-en-uno franquista: falangista, del Opus Dei, militarista.

Lo peor para la idoneidad de ambos en la misión de control no son siquiera esos datos. Sino que son tenaces militantes de la opacidad. Hohlmeier votó el pasado abril contra el aumento de la transparencia sobre las dietas y gastos generales de los eurodiputados (40 millones al año). Buxadé logró en 2017 una orden de la superioridad para paralizar la investigación que la fiscalía le había abierto sobre sus abultadas minutas a una federación deportiva de Badalona. Su partido censura la presencia de periodistas incómodos en sus ruedas de prensa.

Se vanagloria la bávara de que la misión se realizará “de manera no politizada”. Já. Ya ha declarado ex ante, en plan Torquemada: “No sé donde está el dinero” de los fondos; y que su sistema de control “parece que no funciona” (OKdiario y Abc, 26/1). Acaba de rebatirla la Comisión, validando el sistema CoFFEE de control del Next Generation-EU en España.

Lo confirmó Von der Leyen: “Doy la enhorabuena a España, que siga trabajando así de bien, que la Comisión está de su lado”. Esa es la clave de la ofensiva ultra: debilitarla. Y así, propulsar a Weber, coceando al Gobierno en la espinilla de España, y reducirle fondos. Al servicio del austeritarismo ultra alemán. Y de las industrias contaminantes afines, que Bruselas busca reducir.

Más información

Archivado En