Nada como la comida de una madre
Los lectores escriben sobre el particular sabor que tiene la comida hecha una madre, la violencia de género, el aumento de la desigualdad, y sobre los paraísos artificiales que crea la tecnología
Los táperes se han convertido en un envase prácticamente imprescindible en muchas situaciones de nuestra vida: para los escolares, el trabajo... Pero hay que hablar de los táperes de las madres, de esas madres abnegadas, altruistas, que se resisten a romper el cordón umbilical del periodo fetal. Muchas veces, ese cordón ocupa kilómetros de distancia, ya que se puede extender hasta los puntos más distantes de la Península y en ocasiones por Europa; un cordón lleno de calorías, de proteínas para que los hijos estén bien nutridos. Y es que no hay nada como la comida de una madre. Son recetas culi...
Los táperes se han convertido en un envase prácticamente imprescindible en muchas situaciones de nuestra vida: para los escolares, el trabajo... Pero hay que hablar de los táperes de las madres, de esas madres abnegadas, altruistas, que se resisten a romper el cordón umbilical del periodo fetal. Muchas veces, ese cordón ocupa kilómetros de distancia, ya que se puede extender hasta los puntos más distantes de la Península y en ocasiones por Europa; un cordón lleno de calorías, de proteínas para que los hijos estén bien nutridos. Y es que no hay nada como la comida de una madre. Son recetas culinarias llenas de amor y sabor, y nada te hace recordar tanto a tu propia casa como la cocina de mamá. Los hijos vuelven a sus casas, a sus destinos, con esa liviana carga de más, con esa apetitosa mochila y sus madres son felices y se sienten eternamente agradecidas con ese arrumaco por parte de sus hijos. Eso es amor, quien lo probó, quien lo vive, lo sabe.
Mariano Aguas Jáuregui. Zaragoza
No es no
No es no. Porque no es una negativa clara y contundente. Y si no se oye es porque me tapas la boca, me aplastas con tu cuerpo y eres más fuerte que yo. Y al oído me gritas di no y verás qué significa no. Y tengo mucho miedo porque el no se ha quedado atrapado en mi garganta y no puedo mover los brazos ni las piernas para gritar no con todo mi cuerpo. Y vosotros me pedís que forcejee y demuestre con huellas en mi carne que hubo no. Pero mi cuerpo estaba atrapado por esas manos, esa boca desconocida y apestosa y unas piernas que empujaban para conseguir atravesarme hasta el alma.
Anna Mor. Castellvell del Camp (Tarragona)
Huelgas
Vemos huelgas de médicos, abogados… profesionales de alto nivel que casi nunca habíamos visto. Pero también podrían ser los periodistas que se ven obligados a escribir lo que demandan sus propietarios, o inspectores y auditores que tienen que mirar para otro lado por la misma causa, o profesionales de cualquier tipo que se ven amenazados por ejercer su profesión sin mirar quién les manda, que es el único dios existente: el euro o el dólar en poder de cada vez menos gente. ¿Hay alguien, de derechas o izquierdas que crea que esa desigualdad en aumento puede ser un futuro prolongado y positivo? La derecha parece que lo cree, pero muchos de ellos y de sus votantes también sufrirán esa deriva.
Cesar Moya Villasante. Madrid
Paraísos artificiales
Con el desarrollo de la inteligencia artificial y el metaverso parece que nos adentramos en una nueva dimensión. Los datos, los algoritmos y la creación de un mundo sucedáneo a modo de edén resuelven la realidad mediante fórmulas e imágenes efímeras. Esa mezcla de ingeniería y visiones virtuales, tal vez condicionará en un futuro próximo nuestro modus vivendi. Cómo adaptarnos y evolucionar supone un reto para una especie inteligente, real y humana. ¿Hasta dónde llegará nuestro cerebro?
Ramón Puchades. Valencia