Si Lula quiere una moneda única en América Latinoamérica ¿por qué no una lengua en común?

Lula debe resucitar la ley sobre la obligatoriedad de la enseñanza del español en las escuelas de Brasil

Una escuela en São Paulo durante la pandemia provocada por la covid-19.AMANDA PEROBELLI (Reuters)

En su recién estrenado tercer Gobierno, Lula da Silva ha sido inteligente en empezar sus viajes internacionales por América Latina con su visita a Argentina y Uruguay. Sería interesante, sin embargo, que junto con la idea de ir pensando en una moneda única, Lula resucitara una ley aprobada durante su prim...

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En su recién estrenado tercer Gobierno, Lula da Silva ha sido inteligente en empezar sus viajes internacionales por América Latina con su visita a Argentina y Uruguay. Sería interesante, sin embargo, que junto con la idea de ir pensando en una moneda única, Lula resucitara una ley aprobada durante su primer Gobierno en 2005 y hoy olvidada sobre la obligatoriedad de la enseñanza del español en las escuelas públicas.

La ley llevó años de disputa en el Congreso porque ingleses y franceses se oponían. Fue un triunfo de la diplomacia y de los medios de comunicación, empezando por este periódico que apoyaron la idea. Hubo que hacer concesiones, pero al final se aprobó que en los tres cursos de la enseñanza secundaria se debería ofrecer obligatoriamente la posibilidad de estudiar el español a quienes lo solicitaran.

La ley que se ha perdido por el camino es de una gran importancia social, ya que los millones de alumnos de las escuelas públicas son la gran mayoría de los niños de la clase más pobre que difícilmente podrá costearse estudiar otro idioma. Se dio la excusa de que sería imposible encontrar profesores suficientes que deberían ser entonces unos 200.000 y que de fuera de Brasil no aceptarían los sueldos muy bajos que podrían ofrecerles.

Así, poco a poco, aquella ley se fue vaciando y cayendo en el olvido al mismo tiempo que los alumnos siguen pidiendo poder aprender español que les facilitaría su trabajo futuro y más si un día cuajara la idea de crear de verdad un continente único a pesar de la reticencia de los brasileños a dicha idea, ya que ellos, en su casi totalidad, se sienten solo brasileños y no latinoamericanos. Se ven como un imperio.

Y, sin embargo, sería importante que Lula, que ha vuelto al mando de Brasil, resucitara la obligatoriedad del español en las escuelas públicas haciendo cumplir la ley que priva a millones de niños de dicha oportunidad. ¿O es que eso no hace parte del nuevo Gobierno que se proclama de fuerte corte social?

Escribí ya en este periódico que el seguir viendo a Brasil como fuera de América Latina es una barbaridad y recordé, jocosamente, que si del mapa del continente se mutila a Brasil se queda feo y extraño.

Lula tiene la posibilidad y la urgencia en su nuevo mandato en el que pretende reavivar los lazos con toda América Latina de resucitar la ley que él mismo aprobó y que millones de niños pobres aplaudieron y hoy se sienten frustrados.

Vayan a cualquier escuela pública de Brasil y pregunten a los alumnos si les gustaría aprender español. Yo lo he hecho varias veces y en todas ellas el sí fue general.

En un gobierno que se proclama social y pretende rescatar de la pobreza a millones de familias quedan pocas dudas de que todo debe empezar por la educación. Acaso no han sido los cuatro años del Gobierno de extrema derecha de Bolsonaro cuando el ministerio de Educación ha sido más olvidado, humillado y despreciado.

Ahora uno de los mayores retos de Lula es recoger los escombros dejados en la enseñanza y ofrecer también la posibilidad, que además es una ley suya, de que hasta los más pobres puedan estudiar español. Ganaría Brasil y toda América Latina. Una lengua más es siempre una puerta abierta no solo a la superación personal sino también una medicina para nuestro cerebro.

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