Batas blancas en pie de guerra

Ayuso haría bien en mirar el ejemplo de lo que pasó con la sanidad en Andalucía, donde este conflicto, enquistado, acabó por facilitar la salida de los socialistas del poder

Unas 200.000 personas, según la Delegación de Gobierno, marchaban durante la manifestación contra el desmantelamiento de la atención primaria en la Sanidad Pública, este domingo en Madrid. Foto: ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ (EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV

¿Por qué España fue uno de los países que se vacunó más rápidamente contra la covid-19? Una de las explicaciones que se dieron fue la enorme confianza de los españoles en sus médicos, y tiene fundamento. Personal sanitario y científicos, aunque maltratados en nuestro país, son los dos colectivos que más valoran los españoles en todas las encuestas. Al mismo tiempo, pese a que el Estado de bienestar español tiene muchas fallas, su sistema de salud pública y universal es la joya de la corona.

El desarrollo del sistema autonómico hizo que tanto la educación como la sanidad pasaran a manos ...

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¿Por qué España fue uno de los países que se vacunó más rápidamente contra la covid-19? Una de las explicaciones que se dieron fue la enorme confianza de los españoles en sus médicos, y tiene fundamento. Personal sanitario y científicos, aunque maltratados en nuestro país, son los dos colectivos que más valoran los españoles en todas las encuestas. Al mismo tiempo, pese a que el Estado de bienestar español tiene muchas fallas, su sistema de salud pública y universal es la joya de la corona.

El desarrollo del sistema autonómico hizo que tanto la educación como la sanidad pasaran a manos de las comunidades autónomas. Aunque al principio era algo confuso, hoy el ciudadano está acompasado con ese hecho: los electores saben mayoritariamente que la gestión de estas competencias es autonómica. Por tanto, echar la culpa al Gobierno nacional de lo malo y apropiarse de lo bueno, eso tan propio de nuestro modelo territorial, en estas dos materias, tiene poco recorrido.

Hasta la fecha, la gestión de este estallido social no puede estar siendo peor por parte del PP madrileño. Demonizar al colectivo más prestigiado y castigado (más aún tras la pandemia), intentar construir un marco polarizado (¡todos manipulados!) y echar balones fuera resulta contraproducente. Es más, según datos de encuesta, este tema es una preocupación central para cuatro de cada diez votantes del PP en la Comunidad de Madrid.

Sin duda, la situación de la sanidad madrileña obedece a múltiples causas. La apuesta por lo privado del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y la escasez de medios es el magma, pero la pésima gestión es el detonante. Las dimisiones en cascada de sus responsables dentro del Gobierno dan una idea de que a veces la torpeza y la falta de mano izquierda son más lesivas que la conspiración más astuta. Retar a los sanitarios, un colectivo bien organizado y con una enorme capilaridad en el territorio, no puede ser más osado. Ya se vio con las mareas blancas.

¿Qué impacto político puede tener esta manifestación tan masiva? Es verdad que un tema social en la agenda suele beneficiar más a la izquierda, la cual es vista como más competente al gestionarlo, según las encuestas. Ahora bien, quizá lo más relevante sea cómo esto mueve el marco de la competición.

Cada vez hay más polarización entre izquierda y derecha en España (no en otros sitios) sobre qué hacer con los impuestos. Mientras que la izquierda reivindica más subidas, el Partido Popular (y más el de Madrid) insiste en las rebajas. Sin embargo, esta división se rompe de manera transversal (lo que se llama en la jerga un valence issue) cuando se habla de servicios públicos: todo el mundo los quiere mejores. Así, el debate sobre la sanidad activa un marco que causa un desgaste general a quien gobierna.

Isabel Díaz Ayuso hace parte de su carrera mirando al ámbito nacional, pero su supervivencia depende del votante madrileño. Supo aprovecharlo bien siendo el pararrayos del descontento con Pedro Sánchez en 2021. Sin embargo, aquí no tiene escapatoria al espejo de su gestión. Haría bien en mirar el ejemplo de lo que pasó con la sanidad en Andalucía, donde este conflicto, enquistado, acabó por facilitar la salida de los socialistas del poder. Que se cuide mucho de las batas en pie de guerra.

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