Ausente solidaridad empresarial
Los lectores escriben sobre los impuestos a las energéticas y los bancos, la sostenibilidad, el cuidado de los ríos y el ahorro de energía y las nucleares
Últimamente, hemos podido asistir a los nefastos actos de pataleta pública ejercida por unas cuantas multinacionales del sector bancario y eléctrico. Unas rabietas, como si niños fueran, por el nuevo impuesto que el Gobierno va a imponer a estas empresas. Empresas que presumen en sus páginas web de responsabilidad social corporativa, pero dicen ser incapaces de asumir una pingüe reducción de sus beneficios por un nuevo impuesto ...
Últimamente, hemos podido asistir a los nefastos actos de pataleta pública ejercida por unas cuantas multinacionales del sector bancario y eléctrico. Unas rabietas, como si niños fueran, por el nuevo impuesto que el Gobierno va a imponer a estas empresas. Empresas que presumen en sus páginas web de responsabilidad social corporativa, pero dicen ser incapaces de asumir una pingüe reducción de sus beneficios por un nuevo impuesto que llega en un momento de crisis, cuando el mundo se cae a pedazos, mientras sus beneficios no se cuentan por cientos, sino por miles de millones de euros, provenientes, muchas veces, de prácticas que son todo menos éticas, incluso ilegales. Por un lado, tenemos bancos que cierran oficinas, despiden a sus empleados, contribuyen a la exclusión financiera, se alejan de sus clientes más fieles, los azuzan con miseros horarios de apertura... Y, por otro, a eléctricas que secan pantanos dejando a la gente sin agua, a los peces sin casa y a los pueblos sin vida.
Jaime Godas Della Ripa. O Carballiño (Ourense)
Sostenibilidad
La palabra sostenibilidad no existía cuando yo era niña. Tampoco conocíamos el plástico y ni las familias acomodadas tenían congelador. La nevera se rellenaba a diario con hielo comprado en la fábrica. En verano era un lujo tener un ventilador. Teníamos conciencia del consumo de agua y de luz: la luz, apagada si no se necesitaba y nada de una ducha diaria. El mundo era menos desarrollado, sí, pero mucho más sostenible. Mentalicémonos; no pasa nada si por una temporada tenemos que retroceder. Seguro que las nuevas generaciones van a aprender mucho.
Carmen Alonso Núñez. Madrid
Cuidemos nuestro río
Centros de interpretación del río, pasarelas… es lo que promete el Somontano donde vivo para el turista, todo cierto si no fuera porque en Huerta de Vero constatamos, día tras día, que el Vero baja cada día más sucio y sus márgenes están completamente abandonados e invadidos por la vegetación. ¿Consecuencia de la necesidad de depuradora en el pueblo más turístico de la zona? ¿Por qué se ha permitido que se drene el cauce del río y que se extraiga grava en cantidades excesivas? Si no velamos por nuestra fuente de riqueza, pronto no va a haber ni pasarelas ni río que interpretar. Estamos matando a la gallina de los huevos de oro.
Carolina Ojeda Arnal. Huerta de Vero (Huesca)
Centrales nucleares
El PP propone que, en vez de reducir el consumo de energía limitando los termostatos y la iluminación, se aumente la producción de energía, por ejemplo, alargando la vida útil de las centrales nucleares. ¿Cómo se alarga la vida útil de una central nuclear? ¿Cómo se alarga la fecha de caducidad de un antibiótico? Lo que proponen es seguir utilizando centrales nucleares caducadas. Los problemas graves con los medicamentos, como con las centrales nucleares, siempre son posibles, claro, pero son mucho más probables si se utilizan medicinas, o centrales nucleares, caducadas.
Carlos Pérez Herrero. A Coruña