Como todo hijo de vecino

Los lectores escriben de la importancia de no destacar, de la educación sexual, la situación de Irlanda del Norte y la ausencia del alcalde de Madrid y la vicealcaldesa en el acto de entrega del título de hija predilecta a Almudena Grandes

Un grupo de personas con y sin mascarillas por el centro de Madrid.JUAN BARBOSA

Querido hijo de vecino: Le escribo porque llevo toda la vida oyendo hablar de usted. Creo que ha llegado el momento de agradecerle todo el alivio que me ha supuesto su presencia a lo largo de los años. Ese ser diluido e imaginario que cada vez que aparecía en una conversación, o incluso en mi pensamiento, conseguía que no me sintiera tan sola, ni tan extraña. “Como todo hijo de vecino”, me decían, y yo me figuraba que usted debía de ser la persona más normal del mundo. Representaba la normalidad máxima. Con esas palabras rescataba la posibilidad de ser también yo, así como usted, normal. Hay v...

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Querido hijo de vecino: Le escribo porque llevo toda la vida oyendo hablar de usted. Creo que ha llegado el momento de agradecerle todo el alivio que me ha supuesto su presencia a lo largo de los años. Ese ser diluido e imaginario que cada vez que aparecía en una conversación, o incluso en mi pensamiento, conseguía que no me sintiera tan sola, ni tan extraña. “Como todo hijo de vecino”, me decían, y yo me figuraba que usted debía de ser la persona más normal del mundo. Representaba la normalidad máxima. Con esas palabras rescataba la posibilidad de ser también yo, así como usted, normal. Hay veces que tanta individualidad cansa. Después estaba el imperativo categórico paterno: “Hija, sobre todo, intenta parecer normal”. Y era un goce hermanarse con todo lo que usted representaba. El día menos pensado, en una conversación con un amigo, al expresar una queja, escuché “pues claro, como todo hijo de vecino”. Qué gusto. Con ese hijo de vecino crecí y aprendí que no era nadie especial. Que no hacía falta serlo.

Sílvia Ardévol Sala. Girona

El valor de la educación

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En el debate electoral del lunes, Macarena Olona le pidió al representante del PP andaluz si podía leer la palabra masturbación de un libro de Primaria, porque a ella le daba pudor. Es más, le parecía inconcebible que, aunque los niños comiencen a conocer todo su cuerpo entre los dos y los cuatro años, conozcan el significado de la masturbación con 10. Menos mal que se preocupó en resaltar que esto no ocurría en los colegios privados, poniendo en valor el sistema de educación pública de su querida Andalucía. Lejos de tratarse de una asignatura de introducción al Kamasutra, una educación afectivo-sexual integral con 10 años puede enseñar el valor del consentimiento y el respeto con los cuerpos ajenos y con el propio. Puede alejar la vergüenza y la ignorancia de todo lo que rodea a un tema tabú. Puede hacer que alguien no sienta pudor al decir la palabra masturbación a los 43 años, como si de un pecado se tratase.

Pilar Cortázar Gutiérrez. Málaga

Irlanda del Norte

Frente a la política antieuropea de Reino Unido, la Unión Europea no debe defender el Protocolo de Irlanda del Norte a costa de su propia existencia y violando sus cuatro principios fundamentales. La Unión debe aceptar que la única alternativa factible es restablecer una frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Es el pueblo de este enclave británico el que finalmente deberá decidir si permanece en el Reino Unido o se integra a la República de Irlanda, y con ello a la UE.

Agustín Blanco-Bazán. Londres

Mezquindad sectaria

El alcalde de Madrid y su vicealcaldesa no asistieron al acto de entrega del título de hija predilecta a Almudena Grandes, galardón que concede su propio Ayuntamiento. El sectarismo y la mezquindad de Martínez Almeida y su costilla institucional resultan insoportables. Almudena Grandes es una de las grandes escritoras de este país y un puntal literario de su capital. Un alcalde debe estar por encima de credos e ideologías y representar a toda la ciudad. Como diría Pepe Isbert, el alcalde de Madrid le debe una explicación al pueblo de Madrid, y esa explicación que le debe se la debe dar.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño

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