“¿Qué es la UNAM?”: el ente educativo mexicano, a análisis
La periodista Gabriela Warkentin conversa con el economista Rolando Cordera para plantear los cuestionamientos sobre la autonomía de la universidad, qué habría que defender, qué se tendría que renovar y qué esta en juego tras las críticas expuestas por López Obrador
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la universidad más grande de México, ha entrado en el marco de la polémica desde el caso del plagio de la tesis de la ministra Yasmín Esquivel. El propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se cuestionaba que cómo era posible que saliera gente cuestionada por un mal manejo en una institución. “Se ha derechizado la UNAM. Se llenaron las facultades de Ciencias Sociales de conservadores. [La UNAM] se volvió individualista”, concluía el mandatario en una de sus ruedas de prensa de la mañana. En este episodio, la periodista Gabriela Warkentin conversa con el economista Rolando Cordera, egresado de la universidad mexicana, para plantear varios cuestionamientos sobre su autonomía y sobre qué esta en juego. “Atacar a la UNAM significa un conflicto de enfrentarse a diversos aspectos. El enfrentamiento del presidente lleva mucho tiempo, pero todo este asunto, tesis plagiada le ha permitido arreciar los ataques”, afirma la periodista.
Cordera cree que la reforma total de la universidad podría ser “catastrófico” para el país y para el ente educativo. “La universidad nacional no tiene más defensa que sus capacidades, sus producciones de conocimientos y sus miembros. El ataque va más allá de la confrontación intelectual, que es más que bienvenida”, cuenta durante en la conversación.
La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Yasmín Esquivel, ha estado en las últimas semanas en el núcleo de la discusión, acusada de haber plagiado su tesis de licenciatura. Ahora, deberá comparecer ante el Comité Universitario de Ética, el organismo interno de la UNAM que determinó que, efectivamente, su trabajo fue un plagio de la obra de otro alumno, Edgar Ulises Báez, realizada en 1986. “No tengo nada de que avergonzarme”, afirmaba la funcionaria brevemente justo antes de entrar al Tribunal el pasado 16 de enero. En esa misma intervención, mostraba que no estaba dispuesta a dejar su cargo: “Participaré en la sesión de hoy y en todas las consecuentes”.
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