Laura Álvarez, pediatra y creadora de contenido: “Los hábitos solo suman bienestar cuando se viven con naturalidad y flexibilidad”
Con más de 400.000 seguidores en Instagram, la también autora defiende que una infancia sana se construye desde lo cotidiano: rutinas sencillas, calma familiar y una educación que fomente la autonomía del menor
Los niños necesitan ritmos estables para crecer con confianza, pero encontrar el punto medio entre mantener el orden y la capacidad de adaptación no siempre es fácil. “Cuando nuestros hijos son pequeños, aprenden a regularse emocionalmente a través nuestro ejemplo, el de los padres y madres. Un ambiente calmado, seguro y predecible ayuda a que el menor perciba que todo está bajo control”, sostiene Laura Álvarez Chamorro (Castellón, 37 años), pediatra que trabaja en su clínica de Vila-real, centrada en el cuidado multidisciplinar de la infancia, y conocida en redes como La pediatra Laura, cuyo perfil en Instagram cuenta con 415.000 seguidores.
Según cuenta, fue durante su residencia en el Hospital General de Castellón cuando se interesó particularmente por la gastroenterología y nutrición infantil, y decidió realizar un Máster en Nutrición Pediátrica para especializarse en el área. Además, es autora del libro Preparados, listos, ¡ñam! (Espasa, 2022), enfocado en la alimentación complementaria. “Durante mi maternidad me enamoré de la crianza respetuosa, la lactancia materna y el sueño infantil, temas en los que también me he formado mediante diferentes cursos”, señala quien está inmersa en la divulgación de todos estos contenidos en las redes sociales.
PREGUNTA. Cuando se habla de rutinas de bienestar en la infancia (higiene, sueño, alimentación…), ¿por dónde conviene empezar para no abrumar a los padres?
RESPUESTA. Para introducir en el tema a las familias les diría que los hábitos nos van a ayudar a organizar el día a día de los hijos y que ofrecen un marco de seguridad y estabilidad. La paciencia y la constancia posibilitarán mantenerlos.
P. ¿Cuál es la edad apropiada en la que los menores pueden empezar a incorporar hábitos de higiene de forma autónoma, como lavarse los dientes o las manos?
R. Respecto a la higiene de manos, desde el año pueden empezar ya a imitarnos: mojándose las manos, enjabonándose. Con nuestra ayuda, poco a poco irán mejorando sus habilidades y sobre los 4-5 años muchos niños ya pueden hacerlo de manera autónoma. Respecto a la higiene dental, se recomienda empezar desde el primer diente con una pasta con flúor de al menos 1000 ppm (forma de indicar la cantidad de flúor que contiene la pasta)m al menos dos veces al día. Se requiere supervisión de los adultos hasta los 7-8 años.
P. El descanso nocturno puede considerarse uno de los grandes retos en las familias. ¿Cuáles son las pautas más efectivas para ayudar a los niños a conciliar el sueño?
R. Es muy importante mantener unas rutinas de sueño estables acordes a la edad del niño. Durante el día, realizar actividades al aire libre ayuda a regular el ritmo circadiano. Una rutina breve y predecible antes de irse a la cama, por ejemplo: baño, pijama y después leer un cuento. También resulta crucial evitar pantallas, juegos excitantes o comidas copiosas en los instantes previos a dormir.
P. ¿Cómo se puede fomentar una alimentación equilibrada sin caer en la obsesión por lo saludable ni en las disputas en torno a la comida?
R. Ser ejemplo de nuestros hijos comiendo sano a diario es fundamental, ya que aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Respetar señales de hambre y saciedad, sin forzar cantidades y evitando presiones, hará que nuestros pequeños vivan el momento de alimentarse como algo constructivo. Es clave explicarles que debe haber un equilibrio, porque algunos alimentos no tan beneficiosos nos permiten el disfrute y está bien consumirlos de manera ocasional, pero no deberían ser la base de nuestra alimentación.
P. ¿Qué señales muestran que un hábito que empezó siendo positivo se está convirtiendo en una fuente de ansiedad para el niño o los padres?
R. Debemos tener claro que estos hábitos suman bienestar cuando se viven con naturalidad y flexibilidad. Cuando generan conflicto y culpa, dejan de hacerlo.
P. ¿Qué beneficios tiene a largo plazo enseñar responsabilidad y autonomía desde pequeños?
R. Permitirles hacer cosas por ellos mismos, que exploren, se equivoquen, lo intenten de nuevo… refuerza su autoestima y seguridad, al comprobar que son capaces y valiosos. Hacérselo todo a los hijos bajo el paraguas de la sobreprotección les va a generar miedo, y les va a llevar al error.
P. ¿Cómo varía la forma de inculcar dinámicas según la etapa: preescolar, primaria y adolescencia?
R. En la época preescolar (hasta los 5 años) convertir los rituales en un juego los hará más divertidos. Por ejemplo, cantar para recoger los juguetes. Conviene que sean sencillos y predecibles. Los refuerzos positivos con pegatinas también pueden ayudar, así como los cuentos adaptados a su edad. Los pequeños de Primaria (6-11 años) ya pueden entender el porqué de los hábitos. Fomentar su autonomía y darles responsabilidades les ayudará a asentarlos. En la adolescencia resulta recomendable negociar en lugar de imponer, de manera que se les incluya en la toma de decisiones. Con flexibilidad, pero manteniendo límites. Conectar las rutinas con sus intereses y explicar las consecuencias reales de no cumplir unas buenas prácticas también nos puede ayudar.
P. En tiempos de pantallas, prisas y agendas apretadas, ¿qué dinámicas considera más prioritarias para los niños?
R. Encontrar momentos sin pantallas en los que demos pie a la creatividad, a charlar, a jugar con nuestros hijos, creo que debería formar parte de la actividad diaria. Lo mismo que jugar al aire libre, practicar actividad física y, si fuera posible, el contacto con la naturaleza. Del mismo modo, considero importante priorizar el descanso nocturno, algo que compruebo en consulta que cuesta en el ritmo acelerado actual.
P. ¿Cómo se puede implicar a la escuela en el fomento de estos rituales de salud y autocuidado?
R. Hablar de la importancia de la alimentación saludable, del sueño, de la actividad física, del bienestar emocional, así como la higiene y cuidado personal, es algo que creo que debería incluirse en el temario que aprenden nuestros pequeños. Y, por añadidura, dar ejemplo en el propio colegio con talleres, charlas y normas.
P. ¿Qué consejos daría para que los padres refuercen estas costumbres sin castigos ni premios excesivos, sino desde la motivación propia del menor?
R. El ejemplo, como ya he mencionado, es una herramienta muy poderosa. A mayores, es oportuno explicar de manera sencilla y adaptada a la edad los beneficios que aportan todos estos hábitos y pautas.
P. ¿Qué apunte considera primordial hacer a las familias sobre el desarrollo saludable de los niños?
R. Que nuestros pequeños no necesitan a unos padres perfectos. Considero muy importante estar bien informados, pero tampoco vale la pena caer en la obsesión y autoexigencia extrema. Nuestros hijos crecen muy rápido y necesitamos más conexión y bajar el ritmo.