Día Mundial de la Obesidad: dime cómo comes y te diré cómo de saludables son tus hijos
La dieta y el sedentarismo de las madres es un factor asociado con los hábitos saludables de los más pequeños, de acuerdo a un artículo científico publicado en ‘Nutrients’ con participación de la Gasol Foundation
Los platos de nuestras madres y abuelas son, sin duda, los mejores del mundo. Y si son saludables, son los mejores del universo, ya que además de todo el amor, sabor, cultura y recuerdos, nos habrán aportado un ejemplo de hábitos de vida saludable, que, seguramente, estemos compartiendo con nuestros hijos. Así lo demuestra un artículo científico que ha estudiado la relación entre la dieta y el sedentarismo de 1130 madres y los estilos de vida de sus hijos/as.
Y es que la importancia de actuar (y comer) como modelos ejemplares para los más pequeños es fundamental para que adopten esos hábitos de vida saludable que les permitirán tener la oportunidad de crecer sanos. El artículo, que cuenta con la participación de los equipos de investigación de Estados Unidos y España de la Gasol Foundation —la fundación de los hermanos Pau y Marc Gasol cuya misión es la prevención y la reducción de la obesidad infantil— ha analizado cómo comen las madres (18 grupos de alimentos diferentes, desde fruta a comida rápida, pasando por la mantequilla o los cereales) y cuánto tiempo dedican a actividades sedentarias (ver la televisión, estar frente al ordenador o jugar a videojuegos).
Los resultados son reveladores: si las madres comen habitualmente fruta, verdura y pescado, sus peques tienen un 69% más de probabilidades de seguir la recomendación de consumo de fruta. Este porcentaje se eleva hasta el 89% para el caso de las verduras o hasta el 190% para el pescado.
Y es que los pequeños tienen una gran capacidad para absorber y adoptar las costumbres que ven de sus referentes adultos; en este caso, de sus madres. O, en otras palabras, mamar desde pequeños hábitos saludables es fundamental para adquirir un estilo de vida que beneficie el desarrollo integral. En el contexto de la pandemia silenciosa de la obesidad infantil, que afecta, junto al sobrepeso, a uno de cada tres niños en España, compartir estos hábitos saludables es relevante. Y en este sentido, las actividades que organiza la Gasol Foundation con motivo del Día Mundial de la Obesidad quieren ser un ejemplo de cómo promocionar estilos de vida saludable de forma divertida y activa. _ Mamar desde pequeños hábitos saludables es fundamental para adquirir un estilo de vida que beneficie el desarrollo integral
En cuanto al sedentarismo, la evidencia científica apunta a que las relaciones son muy similares. Las madres que suelen pasar varias horas delante de la televisión tienen muchas probabilidades de que sus hijos les acompañen. Las pantallas, tan presentes en nuestro estilo de vida, pueden ser muy útiles a la hora de compartir momentos, consultar recetas saludables e incluso grabarnos bailando el reto del momento. Pero también se asocian a un mayor incumplimiento de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud de horas de actividad física.
Según el estudio PASOS 2019, los niños y niñas de 8 a 16 años en España dedican casi 3 horas frente a las pantallas entre semana; y cuanto más mayores son, más tiempo invierten: casi 6 horas con 16 años. A su vez, el tiempo dedicado a la actividad física es menor en estas edades, lo que hace que solo el 36,7 % cumpla con la recomendación de una hora al día de actividad física vigorosa o moderada (la que nos acelera el corazón, vaya).
La relación materno-filial es uno de los grandes pilares del crecimiento de los niños: y ello puede tener consecuencias muy beneficiosas si las madres consiguen transmitir un estilo de vida saludable a los más pequeños desde la primera infancia.
Así es cómo lo hacemos a través de nuestros programas de promoción de hábitos de vida saludable en la Gasol Foundation. Programas como PRESAFALÍN, dirigido a la primera infancia, que recientemente recibía el premio Go!ODS del Pacto Mundial de las Naciones Unidas por su labor para reducir las desigualdades sociales, empoderan a las madres para que puedan compartir con sus hijos herramientas, reflexiones y hábitos que les harán crecer de forma saludable.
Puede que ya nos imagináramos que los niños aprenden lo que ven en sus casas (y en sus cocinas), lo saludable y lo no tan saludable; ahora la evidencia científica empieza a poner cifras a esta relación tan importante. Aprovechemos esas oportunidades, día a día, para comprar, cocinar y comer en familia, transmitiendo no solo las recetas más sabrosas, también los hábitos de vida saludable y el cariño que harán que los más pequeños crezcan sanos.
*Martín Tribaldos Fernández es técnico de Comunicación y Alianzas de Gasol Foundation
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