25 cosas que nunca pensaste que harías como padre, pero haces: usar a tu hijo como excusa o regalarle algo que en el fondo quieres tú

Cuando tienes hijos y vas sumando horas de paternidad y cansancio, el día a día deja de parecerse a Instagram. Aunque en principio todos intentamos hacerlo bien, en algún momento bajas la guardia o tiras por el camino rápido

Muchos padres compran bollería industrial a sus hijos porque es más rápido y barato que una merienda sana que deben preparar ellos.Oscar Wong (Getty Images)

Es muy fácil pontificar sobre la crianza ideal antes de tener hijos. Que si nunca le darás azúcar, que si nunca caeréis bajo la esclavitud de las pantallas, que si nunca hay que gritarles a los niños… Pero cuando los críos llegan y vas sumando horas de paternidad y cansancio, el día a día deja de parecerse a Instagram. Y aunque en principio todos intentamos hacerlo bien todo el rato, en algún momento de debilidad bajas la guardia o tiras por el camino rápido.

Como confesión colectiva, aquí tienes un listado de varias acciones que habrías jurado que nunca harías cuando tuvieras hijos. No están ordenadas ni por nivel de gravedad ni por lo mal que te sientes cuando lo vuelves a hacer, porque lo que a ti te puede parecer caer muy bajo, a otro lo puede considerar el atajo más normal para salir del paso (y que conste ante notario que yo me he salvado de hacer unas cuantas, pero me fijo en lo que hacen los demás).

A ver en cuántas te reconoces.

1. Escaquearte de poner dinero para el regalo de los profes, porque total, luego no miran quién ha pagado (y volverte a escaquear a final de curso cuando has visto que tu bomba de humo ya funcionó por Navidad).

2. Pisar o darle un toque con el cochecito de bebé a tu hijo mayor que se cruza por delante, después de haberle avisado varias veces de que camine a vuestro lado, no cambiando de carril a lo loco.

3. Acabarte el agua de la única botella que lleváis por la calle antes de que se la acaben tus hijos.

4. Obligar a los niños a posar en fotos familiares aunque salgan con cara de asco y se genere un momento de tensión más que un bonito recuerdo para toda la vida.

5. Al pasar cerca de un policía con tu hijo, decirle al crío que igual lo meterán en la cárcel por haberse portado mal.

6. Dejarle ver la tele a tu hijo para poder verla tú también (en otra habitación).

7. Dejarle tu móvil en un restaurante para que no moleste.

8. Olvidarte de preparar o ponerles en la mochila el desayuno o la merienda y vivir sin remordimiento, pensando que en el cole alguien compartirá su comida con tus hijos… o que podrán aguantar unas horas tranquilamente, que todo el mundo habla muy bien del ayuno intermitente.

9. Dejar que tu hijo vea YouTube sin supervisión, que vete a saber qué anuncios y vídeos le enseña el algoritmo, porque tienes que hacer la cena o simplemente porque necesitas que se calle un rato.

10. Aprovechar cualquier rabieta infantil para castigar a tus hijos y cancelar un plan que no te apetecía nada o volver a casa antes.

11. Mandar al niño al cole con un chute de Dalsy esperando que no noten la fiebre y no contestar a la primera cuando te llamen para que lo vayas a buscar, porque quién lo iba a decir, resulta que tiene fiebre.

Zanjar una discusión paterno-filial gritando “¡porque lo digo yo!” es una de las cosas que un padre espera no hacer, pero hace.Maskot (Getty Images)

12. Gritarle a tu hijo con más rabia de la que su edad merece.

13. Comerte rápido antes de que te vean algo que se guardaban para ellos (científicamente, esto suele pasar con el último trozo de tortilla de patatas.)

14. Mentir descaradamente sobre el horario de cierre de alguna tienda o lugar al que no te apetece nada ir o sobre lo agotadas que están las entradas de conciertos y obras infantiles que tienen una pinta horrorosa.

15. Comprarle bollería industrial a tus hijos, porque es más rápido y barato que una merienda sana que debas anticipar y preparar tú.

16. Dejarle dormir meado toda la noche, porque a las tres de la mañana estás demasiado cansado para cambiarle y cambiarle las sábanas.

17. Regalarle a tu hijo por su cumpleaños algo que en el fondo querías tú.

18. Repetir pasta o pizza varias comidas seguidas, porque no tienes ganas de pensar, te faltan alternativas más saludables o simplemente porque es lo más rápido de preparar y sabes que los críos no se te quejarán.

19. Zanjar una discusión paterno-filial gritando “¡porque lo digo yo!”.

20. Criticar a un hijo tuyo delante del otro.

21. Mostrar claras preferencias por uno de tus hijos, incluso delante de los otros hijos.

22. En vez de promover el diálogo y el hablar con los profesores, decirle a tu hijo que si tiene un problema en el patio le pegue una patada en los huevos al otro.

23. Criticar sin sutileza a otros padres del cole con los niños oyéndolo todo.

24. Criticar a los amigos de tus hijos sin considerar que son solo niños.

25. Apuntar a tu hijo a un extraescolar que no le gusta solo para cuadrar tus horarios.

Si has ido asintiendo con la cabeza mientras leías la columna y quieres desahogarte un poco, te leemos en los comentarios.


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