El sinsentido de recibir una bofetada por dar el pecho a tu bebé en público
Una mujer ha sido agredida por amamantar a su pequeño en la ciudad francesa de Burdeos. La madre lamenta que algo tan natural siga siendo un problema para muchos
Dar del pecho en público sigue siendo una indecencia para algunos. O al menos así lo parece tras el último incidente ocurrido en Francia, cuando una mujer que amamantaba a su bebé recibió por ello una bofetada: algo que no solo ataca la libertad de esta madre para alimentar a su pequeño donde desee, sino que además daña su integridad física con violencia. El país galo no cuenta con ninguna ley que impida amamantar en ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Dar del pecho en público sigue siendo una indecencia para algunos. O al menos así lo parece tras el último incidente ocurrido en Francia, cuando una mujer que amamantaba a su bebé recibió por ello una bofetada: algo que no solo ataca la libertad de esta madre para alimentar a su pequeño donde desee, sino que además daña su integridad física con violencia. El país galo no cuenta con ninguna ley que impida amamantar en público.
Los hechos, según informan en RTL, cadena de radio francesa, generalista y de difusión nacional, ocurrieron hace una semana en Burdeos, ciudad situada en el departamento francés de Gironde, al sudoeste del país. Maÿlis se encontraba en una cola para recoger un paquete cuando su pequeño Nico, de seis meses y nacido prematuro, tuvo hambre. La mujer intentó esperar unos 10 minutos, pero la joven, que vestía una camiseta de lactancia, terminó por darle el pecho, el pequeño estaba realmente hambriento: “Me puse ropa adecuada, que se abre por los lados, y lo intenté hacer con discreción. Además, como había gente, me escondí con mi chaqueta”, explica la joven en un video en el Instagram de Doctissimo (site especializado en noticias de bienestar y salud).
Tan pronto la joven terminó de dar de comer a su pequeño, según relata, una mujer empezó a increparla e insultarla. Le dijo: “¿No tienes vergüenza? (...) La nueva generación está aquí para lucirse, eres madre y tienes que planificar las comidas de tu hijo, deberías haberlo hecho en casa”. Cuanto más se violentaba la mujer, más se acercaba a ella: “No tuve tiempo de darme cuenta de lo que estaba pasando y recibí una bofetada con mi bebé en brazos”. La mujer no recibió ningún tipo de apoyo de la gente que estaba a su alrededor: “Incluso, la mujer de detrás de la fila, más mayor, la felicitó, y los demás bajaron la cabeza, no hicieron nada. Nadie me defendió. Nadie reprendió a la señora”.
“Tras el incidente, la única reacción que tuve fue volver a poner a mi hijo en el carro, recoger mis gafas de sol que se habían caído en el suelo, irme, volver a casa y llorar”, confiesa. “Me hubiera encantado reaccionar, mucho, pero con un bebé en brazos, ¿qué quieres que haga?”, añade la madre. La mujer relata que un amigo suyo que fue testigo del incidente colgó un post en Facebook y que los comentarios la han animado mucho. “Gracias”, agradece Maÿlis. En su opinión, “si la lactancia materna sigue siendo un problema es porque las mujeres todavía hoy están muy sexualizadas”.
Parece reiterativo contar siempre lo mismo. Pero no hay un mes en el que no haya una polémica en torno a la lactancia materna: cuando no es una madre que es atacada en redes sociales, hay otra que ha sido insultada en el parque o expulsada de una piscina por el simple hecho de dar el pecho, por hacer algo natural. Un problema que es, sin duda, del que mira. Dar el pecho es algo natural y cada mujer lidia con ello como puede. Convertirlo de mala manera en algo vergonzoso puede hacer que la mujer sufra más de lo que debe ante la llegada de su bebé. Y, por supuesto, acudir a la violencia o insultar es terrible. Un sinsentido. Con no mirar, si molesta, debería ser suficiente.
Normalizar una alimentación cuya importancia es vital para los recién nacidos y que grandes instituciones como la Organización Mundial de la Salud recomiendan como única alimentación hasta los seis meses de vida es esencial para el bienestar del niño, de la madre y de toda la familia. Y no hay un lugar que no sea adecuado: se hace cuando el bebé quiere comer, y es lo único que debería importar.
Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.