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Sanae Takaichi, la dama de hierro que aspira a ser primera ministra de Japón

La política conservadora, admiradora de Thatcher, lidera las encuestas para presidir el PLD y convertirse en la primera mujer en gobernar el país asiático

Sanae Takaichi, una política de marcada inclinación conservadora y nacionalista, aspira a convertirse en la primera mujer en liderar un Gobierno en Japón. De 64 años, y con una larga trayectoria como ministra en distintos gabinetes, encabeza las encuestas para ...

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Sanae Takaichi, una política de marcada inclinación conservadora y nacionalista, aspira a convertirse en la primera mujer en liderar un Gobierno en Japón. De 64 años, y con una larga trayectoria como ministra en distintos gabinetes, encabeza las encuestas para presidir el Partido Liberal Demócrata (PLD) en las primarias de este sábado. El ganador de esas elecciones internas tiene una altísima probabilidad de convertirse a continuación en el próximo primer ministro del país asiático, previa votación del Parlamento.

Takaichi, que es la única mujer que compite por el cargo frente a cuatro hombres, no esconde su admiración por la histórica premier británica Margaret Thatcher: “Mi objetivo es ser la ‘Dama de hierro”, dijo la semana pasada en un debate televisado con el resto de candidatos, según recoge la prensa local. “Me gusta su actitud de trabajar con convicción en políticas impopulares si cree que son necesarias para el país”, apuntó en otra ocasión.

Su elección sería histórica en un país donde la participación de las mujeres en la política va bastante rezagada. El actual Ejecutivo, de 20 miembros, solo cuenta con dos mujeres. En el Informe de Brecha de Género 2025 del Foro Económico Mundial, Japón ocupa el puesto 118º entre 148 países, el más bajo de entre los miembros del G7 (en la categoría “empoderamiento político” ocupa el puesto 125º). El porcentaje de mujeres en la Cámara de Representantes es de en torno al 15%.

Takaichi, que entró en política en los años noventa, no destaca por ser una defensora de las políticas feministas ni de los derechos de las minorías. Aunque fue ministra de Igualdad de Género, se opuso a cambiar una ley que consagra la sucesión imperial masculina, y es contraria al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Ha hecho recientes concesiones, como asegurar que tratará de elevar el número de parlamentarias, o hablar públicamente de los síntomas de la menopausia y mostrar su deseo de apoyar a las mujeres que se dedican a los cuidados familiares para que no tengan que abandonar sus carreras profesionales.

Apasionada del béisbol, en su juventud fue motera y tocó la batería en una banda de heavy metal. Estudió Administración de Empresas. A lo largo de su carrera ha dirigido ministerios de peso, como el de Seguridad Económica, materia en la que es defensora de una política fiscal proactiva, aquella en la que el Gobierno impulsa medidas para impulsar la economía. Este tipo de detalles son determinantes en un país con la economía en el diván desde hace tres décadas, y en el que la inflación y los tipos de cambio son dosieres que tumban primeros ministros.

Ella se considera la heredera política del exprimer ministro Shinzo Abe, asesinado en 2022, y de sus políticas en materia de finanzas, las conocidas como“abenomics”. Fue él quien la llamó por primera vez en 2006 para ocupar un cargo en un gabinete.

En 2021, después de que Abe dimitiera por motivos de salud, Takaichi decidió presentarse a las primarias del PLD. Perdió. Volvió a intentarlo en 2024, tras la retirada de Fumio Kishida. Cayó derrotada de nuevo, esta vez frente al actual primer ministro, Shigeru Ishiba.

Este es su tercer intento, y su visión de línea dura la ha colocado al frente de los sondeos en un momento en el que el PLD ―que ha gobernado Japón de forma casi ininterrumpida desde 1955― se encuentra en estado crítico.

Las primarias son la consecuencia de los últimos batacazos electorales del partido, a los que ha contribuido el auge de formaciones populistas y de corte trumpista, como Sanseito, con sus mensajes antiinmigración y nostálgicos de un supuesto pasado glorioso, con tirón entre los jóvenes desencantados de la política tradicional. El coste de la vida, el precio de la vivienda, el envejecimiento y los exiguos aumentos salariales forman parte del cóctel de descontento que atraviesa el país.

El PLD y su tradicional socio, el minoritario Komeito, se dejaron en unos comicios parciales celebrados a finales de julio la mayoría que ostentaban hasta entonces en la Cámara alta de la Dieta (el Parlamento nipón). La debacle se sumó a la que ya habían sufrido en las elecciones de octubre del año pasado, cuando perdieron la mayoría en la Cámara baja, con más peso político.

Ambas derrotas llegaron después de que el actual primer ministro, Ishiba, asumiera hace un año las riendas del PLD tras imponerse, precisamente, a Takaichi en las primarias. El declive en las urnas forzó a Ishiba a anunciar a principios de septiembre su dimisión, desencadenando un proceso de sustitución. Las elecciones internas del PLD son el primer peldaño. Después, la persona elegida deberá recabar los apoyos parlamentarios suficientes para encabezar el frente del Ejecutivo, algo que es altamente probable, aunque tampoco está garantizado.

La última encuesta publicada por la agencia Kyodo muestra que un 34,4% de los simpatizantes del PLD consideran a Takaichi la candidata más adecuada de entre los cinco contendientes, en unas primarias en la que participan los afiliados de base y los parlamentarios del partido. Le sigue muy de cerca Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura e hijo del exprimer ministro Junichiro Koizumi, con un 29,3 % de apoyo. El actual secretario jefe del Gabinete nipón, Yoshimasa Hayashi, va en tercer lugar con un 19,5 %.

El sondeo sugiere que ningún candidato obtendrá la mayoría absoluta en la primera vuelta, por lo que es probable que se celebre una segunda, el mismo día. Esto puede resultar crucial, ya que el sistema de votación en ambas rondas difiere: en la primera tienen igual peso ponderado lo que decidan los militantes de base y los parlamentarios; en la segunda, prima la decisión de estos últimos.

A ningún analista se le escapa lo sucedido en las primarias del año pasado: ganó Takaichi en primera vuelta, pero perdió en la segunda. Podría reeditarse el escenario. “En la segunda ronda habrá necesidad de construir coaliciones”, comenta al teléfono Koichi Nakano, profesor de la Universidad Sophia de Tokio. Y ahí, sostiene, la candidata tiene las de perder de nuevo. “Es difícil que Takaichi salga elegida”.

Nakano la define como una “revisionista de derechas”, que ha abrazado un mensaje duro en lo migratorio, asegurando que los malos resultados del PLD se deben a que la formación se ha vuelto demasiado “liberal y favorable a los extranjeros”. Usa un “mensaje intolerante” para recuperar a viejos votantes, señala el analista. Esto a la vez provoca que muchos dentro de sus filas la consideren “inaceptable”. Ha sido criticada, por ejemplo, por sostener, sin aportar evidencias, que los turistas extranjeros golpean a los famosos ciervos que recorren las calles de la ciudad de Nara.

El segundo candidato, Koizumi, cuenta a su favor con el linaje familiar; es joven (44 años) y muchos lo consideran atractivo, por lo que hay quien lo compara con el exprimer ministro canadiense Justin Trudeau. De ganar, se convertiría en el jefe de Gobierno de menor edad de Japón, pero la inexperiencia puede jugar en su contra. Esta semana se ha visto obligado a pedir disculpas tras admitir que ha tratado de llenar una popular red social con falsos comentarios aduladores (pedía, por ejemplo, destacar su madurez), reforzando la impresión de que le falta sustancia.

El tercer candidato podría ser el tapado en la carrera. Hayashi, de 64 años, ha ido creciendo en los sondeos, aunque se le ve como un tecnócrata grisáceo. Tiene fama de moderado, algo que no es necesariamente un activo en estos tiempos inflamados. Ha sido ministro de Exteriores y está en posesión de una larga carrera política. “Se le ve como alguien capaz de gobernar de forma estable”, señala Nakano, de la Universidad Sophia.

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