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Kim Jong-un se abre al diálogo con Trump si Washington deja de insistir en el fin del programa nuclear

“Tengo buenos recuerdos del presidente estadounidense”, afirma el líder norcoreano

El líder norcoreano, Kim Jong-un, cree que no hay ningún motivo para evitar conversaciones con Estados Unidos, siempre que Washington deje de insistir en la desnuclearización de su país, asegurando que nunca abandonará su arsenal atómico para evitar las sanciones. “Personalmente, tengo buenos recuerdos del presidente estadounidense, [Donald] Trump”, ha dicho Kim en un discurso en la Asa...

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El líder norcoreano, Kim Jong-un, cree que no hay ningún motivo para evitar conversaciones con Estados Unidos, siempre que Washington deje de insistir en la desnuclearización de su país, asegurando que nunca abandonará su arsenal atómico para evitar las sanciones. “Personalmente, tengo buenos recuerdos del presidente estadounidense, [Donald] Trump”, ha dicho Kim en un discurso en la Asamblea Popular Suprema, reunida el sábado y el domingo pasados, según ha recogido la agencia norcoreana KCNA.

“Si Estados Unidos abandona su absurda obsesión por desnuclearizarnos, acepta la realidad y desea una coexistencia pacífica genuina, no hay razón para que no nos sentemos a negociar”, ha afirmado Kim en el discurso, de acuerdo con Reuters.

Sus palabras han sido, según analistas citados por la agencia británica de noticias, las primeras que el dirigente asiático dedica de forma expresa al magnate republicano desde que este asumió por segunda vez la batuta de la Casa Blanca, en enero. Durante su primer mandato, ambos mantuvieron tres cumbres de altos vuelos, que finalmente no dieron ningún fruto. Uno de los escollos fue, precisamente, las exigencias de Washington sobre la desnuclearización de Corea del Norte.

Este mismo problema persiste, a juzgar por la alocución de Kim en la cita parlamentaria: “Nunca, jamás, habrá desnuclearización para nosotros”, ha dicho el norcoreano. “Nunca habrá negociaciones con los enemigos para intercambiar algo a cambio del alivio de las sanciones”, ha enfatizado, según la agencia surcoreana Yonhap.

La nueva mención de Kim sobre Trump llega en un momento en el que se abre una ventana para retomar un eventual diálogo. El presidente estadounidense tiene previsto viajar a Corea del Sur para asistir a la cumbre del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) que se celebra a finales de octubre. Entretanto, el presidente surcoreano, Lee Jae-myung, que asumió el cargo en junio y se ha mostrado interesado en retomar lazos pacíficos con el Norte, ya le propuso en agosto a Trump reabrir las conversaciones con su vecino.

“Mientras no renunciemos al objetivo a largo plazo de la desnuclearización, creo que hay claras ventajas en que Corea del Norte detenga su desarrollo nuclear y de misiles”, ha asegurado Lee este lunes en una entrevista en la radiotelevisión pública británica BBC. “La cuestión es si persistimos en intentos infructuosos para alcanzar el objetivo final [de la desnuclearización] o si establecemos objetivos más realistas y logramos algunos de ellos”.

Lee cree posible que ambos líderes vuelvan a reunirse, dado que “parecen tener un cierto grado de confianza mutua”. Estos encuentros, ha añadido, podrían beneficiar a Corea del Sur y contribuir a la paz y la seguridad mundiales.

El contexto internacional, turbulento, brumoso e incierto, es, en cualquier caso, muy distinto al del primer mandato de Trump. Tras aquellas conversaciones, el régimen hermético de Corea del Norte se replegó aún más; el cerrojazo fue extremo durante los años de la pandemia. Pyongyang comenzó su reapertura al mundo el año pasado, firmando un acuerdo de asociación con Rusia, que incluye un tratado de defensa mutua en caso de agresión.

Además, Corea del Norte ha asistido a Rusia en la guerra de Ucrania, con el envío de soldados y material militar. Mientras, las agencias de inteligencia occidentales temen que Pyongyang —que lleva casi dos décadas sometida a un régimen de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU por su programa nuclear y de misiles balísticos— pueda estar recibiendo ayuda rusa en estos campos.

A principios de septiembre, Kim viajó a Pekín a bordo de su habitual convoy ferroviario blindado para asistir al gigantesco desfile militar que China celebró el miércoles para conmemorar la rendición de Japón en la Segunda guerra sino-Japonesa (1937-1945) y el final de la II Guerra Mundial. En la capital china, el líder norcoreano, aislado políticamente y sin apenas interlocución internacional, gozó de una oportunidad diplomática única, al coincidir con más de 20 líderes invitados. Durante su estancia mostró sintonía con su homólogo chino, Xi Jinping, y el ruso, Vladímir Putin.

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