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Meloni utiliza el asesinato de Charlie Kirk para sostener que la derecha es víctima de un “clima de odio insostenible” en Italia

La oposición acusa al Gobierno de victimismo y de instrumentalizar el tiroteo del activista conservador estadounidense para hacer campaña

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y varios de sus ministros se han subido a la ola de la ultraderecha internacional que acusa a la izquierda de haber alimentado el clima de confrontación que condujo al asesinato de Charlie Kirk, el activista trumpista asesinado el día 10 de un disparo en el cuello en una universidad de Uta...

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La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y varios de sus ministros se han subido a la ola de la ultraderecha internacional que acusa a la izquierda de haber alimentado el clima de confrontación que condujo al asesinato de Charlie Kirk, el activista trumpista asesinado el día 10 de un disparo en el cuello en una universidad de Utah (Estados Unidos). En múltiples ocasiones en los últimos días, la líder italiana y sus socios han denunciado la supuesta existencia de un “clima de odio insostenible” contra la derecha, también en Italia. Y han descrito un ambiente de persecución, llegando a evocar los violentos años de plomo del terrorismo italiano, que asoló el país desde finales de la década de los sesenta hasta finales de los ochenta, marcados por la agitación política y social, así como los enfrentamientos entre grupos extremistas. A raíz del asesinato del estadounidense, el Ejecutivo italiano ha ampliado la escolta de los dos vicepresidentes.

La oposición acusa al Gobierno de instrumentalizar el caso con fines políticos, de cara a las próximas elecciones regionales de noviembre en siete regiones. Además, ha pedido a los ministros que rebajen el tono, exigiendo moderación en el discurso oficial, y ha criticado el “victimismo” y la “exageración” de los miembros del Ejecutivo. Familiares de víctimas del terrorismo de grupos de extrema izquierda también han desmentido al Gobierno y han rechazado cualquier comparación con el clima que se vivió en el país transalpino durante aquellos años de terrorismo.

Meloni comenzó acusando a la izquierda de minimizar la gravedad de la violencia política tras el asesinato de Kirk. “Ha llegado la hora de pedirle cuentas a la izquierda italiana por minimizar o incluso justificar la violencia contra quienes no piensa como ellos, porque el clima de odio en Italia se está volviendo insostenible”, lanzó en un acto político en Roma días después del crimen.

Después, la primera ministra mandó un mensaje de vídeo en español, que se proyectó en el mitin de Vox del domingo día 14 en Madrid: “El asesinato de Kirk nos ha recordado una vez más de qué lado están la violencia y la intolerancia. Y quiero decir alto y claro a todos esos odiadores, a los extremistas que están en las calles, y a esos falsos maestros con traje y corbata escondidos en los salones, que no caeremos en su trampa, no jugaremos el juego de quienes quieren arrastrar a nuestras naciones a una espiral de violencia. No nos intimidarán”, dijo.

El líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, vicepresidente y ministro de Transportes italiano, también acusó a la izquierda de no condenar el asesinato “e incluso de alegrarse y decir que ‘él se lo buscó”, y apuntó a “un clima de odio aterrador e inaceptable que hay que erradicar”. Su número dos en la Liga, el antiguo general del ejército y eurodiputado Roberto Vannacci, aseguró que “la violencia siempre proviene de la izquierda”.

Llamadas a la moderación

Distintas figuras políticas de la oposición rebatieron de inmediato esta idea: “Yo fui una de las primeras en decir que el asesinato de Kirk es algo terrible y que no hay lugar para la violencia en la política”, ha defendido la secretaria del Partido Democrático, Elly Schlein. “La primera ministra ha echado más leña al fuego al atribuir toda la responsabilidad de lo ocurrido a la izquierda. Es irresponsable alimentar y fomentar aún más un clima tan tenso”, ha añadido.

El líder del Movimiento 5 Estrellas, Giuseppe Conte, también ha reaccionado a las acusaciones: “Estamos totalmente en contra de cualquier forma de violencia, cualquier forma de lenguaje agresivo, cualquier forma de odio. Invito al Gobierno a moderar el tono, a dejar de alimentar este victimismo, paradójicamente diciendo que hay que bajar el tono y contribuyendo, en cambio, a subirlo”.

El ministro de Relaciones con el Parlamento, Luca Ciriani, que comparte partido (Hermanos de Italia) con Meloni, fue más allá: incendió el tablero político italiano, vinculando la situación actual con la violencia del antiguo grupo terrorista de extrema izquierda, las Brigadas Rojas. “En Italia se está creando un clima con los mismos razonamientos que se escuchaban en la época de Sergio Ramelli y las Brigadas Rojas. Y es así solo porque el Gobierno funciona”, ha sostenido. El ministro equiparó el asesinato de Kirk en Estados Unidos con los ataques de la oposición italiana al ministro de Exteriores, Antonio Tajani, al que una senadora del Movimiento 5 Estrellas calificó de “influencer a sueldo de Israel”. También resaltó las críticas del partido Italia Viva a la primera ministra por ausentarse del Parlamento para ir a Nueva York de vacaciones con su hija.

Tajani, también vicepresidente y secretario de Forza Italia, el tercer partido de la coalición de Gobierno, ha apoyado esa tesis. Ha evocado el asesinato del comisario de policía Luigi Calabresi en 1972 a manos de un grupo de extrema izquierda: “Recordemos su historia. Hubo una campaña en su contra para criminalizarlo que culminó en su asesinato. Hay que tener cuidado de no azuzar a la opinión pública”.

El hijo de Calabresi, Mario, un reconocido periodista italiano que ha dirigido el diario La Repubblica, ha rechazado de plano la comparación de la situación actual con los años más oscuros de la historia reciente italiana. “En los años setenta, el terrorismo hacía proselitismo en las fábricas y universidades, donde encontraba terreno fértil para su propaganda; la violencia política era generalizada, cotidiana y continua. Hacer comparaciones entre aquella época y la Italia actual es engañoso y está fuera de lugar. Nuestra época no tiene nada que ver con aquella”, ha escrito en ese diario. Y ha agregado: “Soy hijo de un hombre asesinado por la extrema izquierda, pero eso no me impide ser objetivo: la violencia nunca ha sido cosa de una sola parte. La violencia ha sido tanto de la izquierda como de la derecha, tanto comunista como fascista. Quienes ocupan puestos de responsabilidad y dirigen las instituciones deben ser muy cuidadosos y contar toda la historia, afrontar el pasado y utilizar las palabras con prudencia. Preocuparse por la paz social y por detener la deriva violenta significa, ante todo, no echar leña al fuego”.

La periodista y escritora Benedetta Tobagi, hija del periodista Walter Tobagi, víctima de un grupo terrorista de extrema izquierda en 1980, también ha rebatido las comparaciones con aquella época violenta y las ha calificado de “muy peligrosas e irresponsables”. “Se ha evocado, sin ningún fundamento, un clima de regreso de las Brigadas Rojas, en un país, Italia, donde la tasa de homicidios en general, afortunadamente, nunca ha sido tan baja (con la alarmante excepción dentro de los datos tranquilizadores: los feminicidios), donde la violencia política, afortunadamente, también es residual”, ha señalado.

A raíz del asesinato del activista estadounidense conservador, el Ejecutivo ha decidido elevar el nivel de protección de Tajani y Salvini, que al inicio de la legislatura decidieron no optar por el máximo nivel de escolta, a diferencia de Meloni. El ministro de Interior, Matteo Piantedosi, ha explicado que en las condiciones actuales el riesgo es real: “No hay que olvidar que pueden darse procesos de emulación”, a lo que Tajani ha añadido que “el clima político en Italia no es de los mejores”. El Ejecutivo también ha defendido la necesidad de reforzar la seguridad de la cúpula del Gobierno después de encontrar en internet mensajes de movimientos juveniles comunistas que celebraban el asesinato de Kirk.

En los últimos informes anuales del Departamento de Información para la Seguridad —los servicios secretos italianos— se advierte de “la tendencia al aumento progresivo del riesgo derivado de la extrema derecha supremacista internacional, que a menudo se manifiesta en la red mediante la difusión de incitaciones a la violencia nihilista, indiscriminada y de carácter político y racial”.

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